domingo, 29 de julio de 2012

MULADAR.

Los traductores griegos (los Setenta) y los latinos (Vulgata) han hecho famoso "el muladar del santo hombre Job (cf. Jb 2,8)". Según el texto hebreo, el autor bíblico habla de un montón de cenizas: el de la basura pública, saneada a menudo por el fuego, generalmente arrojada a cierta distancia de los lugares habitados y a donde se relegaba gustosamente a los individuos que padecían enfermedades muy contagiosas.

Pero los términos hebraicos que equivalen a los nuestros designan, sin duda, como muladar, tanto el montón de desechos y estíércol de animales como el detrito y basura de todo tipo en putrefación más o menos avanzada o los dos a la vez. Proporcionan de todos modos imágenes susceptibles de inspirar el desprecio (ej.: 2R 9,37; Jr 8,2; etc), la repugnancia (ej.: So 1,17; Mi 2,3; etc), o la execración (ej.: 1R 14,10; Is 25,10; etc). El término griego scybala ("inmundicia") tiene el mismo uso: el apóstol Pablo lo emplea para denunciar la vanidad relativa (respecto de su fe en Cristo) de todo lo que podía gloriarse (Flp 3,8). Jerusalén tuvo su "puerta del Muladar (cf. Ne 2,13)".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.