martes, 11 de junio de 2013

TINIEBLA. N.T

I. "La tiniebla/las tinieblas» son símbolo de mal y de muerte, que puede especificarse como opresión (Mt 4,16; cf. Is 9,1; Lc 1,79); de estado miserable por falta de amor/generosidad (Mt 6,23 par.). Aparece en Mc 15,33 par., aludiendo a Ex 10,21s, Am 8,9s, Jr 15,8s, para indicar la liberación que supone la muerte de Jesús para la humanidad entera y como amenaza para los opresores.

II. Es Jn el único que usa de manera sistemática la metáfora de la tiniebla. Esta no significa la mera ausencia de luz; tiene siempre un carácter maléfico y presenta dos aspectos:

a) La tiniebla como entidad activa y perversa que pretende extinguir la luz de la vida (1,5) y así impedir el conocimiento del proyecto de Dios sobre el hombre (1,4). La tiniebla se opone a la vida en la línea del conocimiento (luz = verdad; cf. 1,7; 5,33). Se define, por tanto, como una ideología contraria al designio creador, que, al ser aceptada, sofoca en el hombre la aspiración a la plenitud de vida. Se identifica con "la mentira» (8,44), la ideología propuesta por el círculo de poder, que nace de la ambición de riqueza y afán de gloria humana. El designio de Dios es la expresión de su amor al hombre: la tiniebla deforma la imagen de Dios, proponiendo un dios exigente, que no ama al hombre, sino que lo somete.

b) La tiniebla como ámbito de oscuridad o ceguera creado por su acción, donde el hombre se encuentra privado de la experiencia de la vida y no conoce el designio de Dios sobre él (5,3: ciegos; 9,1ss) .

Pertenece a la tiniebla (12,35) o mentira la concepción de un Mesías dominador que usa la fuerza para implantar el reinado de Dios. Tal es la interpretación de los maestros de la Ley (12,24; cf. Mc 12,35-37 par.); con ella ciegan al pueblo (12,40), impidiéndole reconocer al Mesías en Jesús (12,34.37).

La luz-vida (Jesús) y la tiniebla-muerte (el orden injusto) son ámbitos irreconciliables entre los que el hombre tiene que optar (3,19; 8,12). La opción depende de la conducta anterior: quien practica «la lealtad» ( = el amor leal) con los demás abandona la tiniebla y se acerca a la luz, con la que ya estaba en sintonía (3,21); quien «actuaba con bajeza» por su modo de obrar perverso, no se acerca a la luz, para que no se descubran sus acciones, y llega a odiarla,(3,19s).

III. Obras de las tinieblas (Rom 13,12; Ef 5,11); cristianismo = luz, paganismo = tinieblas (Ef 5,8; cf. 1 Tes 5,4s). En Dios no hay tinieblas (1 Jn 1,5).

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