sábado, 31 de mayo de 2014

Mitología Asturiana.

Puede denominarse mitología asturiana al conjunto de tradiciones fantásticas y leyendas populares del folclore de Asturias. Enlaza con otras mitologías de la cornisa cantábrica aunque ha desarrollado sus propias especificidades.
Es posible que las creencias folclóricas asturianas, como las de toda Europa, se encuentren vinculadas de algún modo a las religiones paganas de los pueblos precristianos (romanos, astures, visigodos), las cuales habrían sido más o menos asimiladas y transformadas sincréticamente por el cristianismo. Sin embargo, resulta muy difícil, si no imposible, aseverar nada claro al respecto: la frontera que separa la realidad etnológica seria del mito romántico decimonónico es extremadamente tenue.

Personajes mitológicos

El Basilisco

Hermanado con el mito griego, el basilisco nace del huevo que pone un gallo, en vez de una gallina. El gallo pondrá el huevo dentro del cuchu (forma asturiana de "estiércol") y con el calor de este será incubado hasta que eclosione y de él nazca el basilisco. Hay dos versiones diferentes de su aspecto: la 1ª, en la que aparece como una serpiente con cresta de gallo que puede alcanzar varios metros de lontigud, y la 2ª, aún más terrible, en la que es un gallo que en vez de plumas traseras tiene una larga cola de serpiente. En esta segunda apariencia su cacareo resultaba tremendamente dañido para los oídos de cualquier animal o persona que lo escuchase, aunque su poder era tal que tanto en una forma como en otra, podía matar a cualquier ser que le mirase directamente a los ojos.

El Busgosu

El Busgosu es un ser híbrido, mitad hombre mitad cabrito. Tiene espesas cabelleras, sus patas son de cabrito al igual que los cuernos que posee en su cabeza, mientras que el torso y los brazos, al igual que su rostro, son humanos. Existen dos mitos uno en el oriente el cual se asemeja más al mismo mito cántabro, es decir, donde el busgosu es benefactor y guía a los pastores cuando se pierden, o ayuda a arreglar las cabañas de las brañas. El otro mito, más extendido en el occidente de Asturias, dice que el busgosu es el señor del bosque y de todo lo que habita en él. Es enemigo encarnizado de los leñadores y cazadores, les persigue haciendo que se despeñen por acantilados. Rapta a las mujeres de las aldeas para llevarlas a su cueva, por mucho que se le trate de perseguir, nunca se le puede alcanzar. Se cree que este mito fue introducido por los ferreiros vascos asentados en Asturias en el siglo XVII, aunque otros estudiosos del tema lo consideran un mito autóctono.

El Carru de la Muerte

El carru de la muerte es un carro que vuela por los cielos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de este cuando fallece, en algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras historias el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga. Va conducido por el último fallecido de la parroquia, se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase “sal fulano que aquí lo buscan”.

El Coco

Personaje infantil célebre por una famosa nana que en una de sus estrofas reza "Duérmete niño, duérmete ya, que viene el Coco y se te llevará". Se le supone un personaje nocturno de muy aviesas intenciones, que rapta a los niños desobedientes por las noches o a aquellos que no duermen, para después llevárselos lejos de sus casas. Se desconoce lo que hace con ellos.

El Cuélebre

El Cuélebre es una serpiente gigantesca que custodia tesoros o a les xanes. Como son inmortales, con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra. No se suele mover mucho del sitio que custodia, cuando lo hace es para comer ganado o a hombres.
En las historias de cuélebres más conocidas se le suele matar dándole de comer una piedra al rojo vivo, o con una hogaza de pan llena de alfileres. Otro mito relacionado con el cuélebre es la «piedra del cuélebre», con la que se cree que se curan ciertas enfermedades. Se dice que seis culebras se juntan al cuélebre y las babas de todos ellos crean dicha piedra al endurecerse.

El Diañu Burlón

El diañu burlón normalmente es representado como un caballo, aunque se puede trasformar en otras criaturas como un carnero e incluso en humano. No suele ser muy dañino con los humanos, normalmente solo gasta bromas pesadas, como dejar que el fatigado caminante se monte sobre su lomo, para entonces cabalgar a una velocidad endiablada en ir aumentando en tamaño. El asustado jinete, al realizar una invocación a alguna potencia celestial -por lo general:¡Xesús, Xosé y María!- se libera de la siniestra cabalgadura para dar con sus huesos en una riega. A pesar de no ser excesivamente dañino para las personas, es adorado por les bruxes del oriente y centro de Asturias y representa al macho cabrío y al diablo.

El Güercu

El Güercu es la aparición en un lugar, o la aparición a una persona de un futuro difunto, normalmente de su familia, que más tarde al hablar con este niega reiteradamente que él se encontrase en ese lugar, esto anuncia la muerte de esta persona en los próximos días. Se dice de él que vaga por cementerios, y que a veces adopta la terrorífica forma de un perro negro con cuernos.

L'Home del Sacu

Mito ampliamente extendido por la geografía española además de la asturiana, este lúgubre personaje ronda por los caminos con un saco al hombro, y por las noches viaja por las casas para encontrar a los niños que se niegan a dormir, a los que en silencio mete en su saco y los lleva, no volviéndolos nunca a ver. En una versión del mito, los mata por portarse mal, mientras que en otra se los come.

L'Home Marín

Un siniestro personaje que merodea por las costas en busca de barcos pesqueros, divirtiéndose con ellos rompiendo sus aparejos de pesca al crear grandes oleajes o aprovechando las tormentas que puedan coger al barco desprevenido antes de que éste pudiese volver a puerto. Otra de sus diversiones es destrozar los propios barcos, dejando a los marineros en mitad del mar.

El Lloberu o Llobera

Los lloberos, son hombres y mujeres que se crían entre lobos, llegando a mandar en las manadas. Son distintos a los casos de licantropía, donde el individuo se convierte en lobo. De este último se cuenta que es la maldición de un padre a su hijo por comer demasiada carne, entonces este se va de casa y se revuelca por la tierra, convirtiéndose en lobo, se encarga de que los lobos no se coman el ganado ni ataquen a las personas, pasados siete años, se revuelca de nuevo en la tierra y la maldición se va. Está documentado históricamente el proceso llevado a cabo por el Santo Oficio contra Ana María García, la Llobera de Llanes, fechado en 1648.

El Nuberu

También conocido en el occidente como Reñubeiru o Xuan Cabritu, el nuberu es un conductor de nubes y tormentas. Se le representa como un hombre con espesa barba , viste pieles de cabra y un sombrero de ala ancha. Puede ser terriblemente dañino con las personas, lacrando pastos y sembrados, si bien puede ser muy beneficioso con aquellos que le ayuden. El mito nos cuenta que vive en Egipto en la Ciudad del Grito. En una ocasión vino a Asturias montado en las nubes, teniendo la mala suerte de caerse a la tierra. Pidió cobijo y nadie se lo dio hasta bien entrada la noche en el que un pobre campesino se apiadó de él. En gratificación todos los años le regaba bien sus sembrados aumentando éstos su producción. Años después este campesino tiene que efectuar un viaje al lejano Egipto. Enterándose el campesino de que su amada después de tantos años de ausencia decide casarse con otro, va a pedir ayuda al Nuberu, éste le monta en una nube llegando a tiempo para impedir la boda. En los pueblos para evitar la llegada del Nuberu se hacía tocar las campanas de bronce de la iglesia. Otro método de alejar el mal tiempo era poner cuchillos y navajas semi enterrados en la tierra y apuntando al cielo, esperando así cortar la mala nube en dos. El Entiznáu de la mitología hurdana posee paralelismos con el Nuberu asturiano, incluso en la indumentaria.

El Papón

Este personaje tiene su nombre debido a su enorme papada. Tiene el vientre muy hinchado, un gran abdomen y una apariencia bonachona, pero tras esa fachada se oculta un glotón al que le encanta raptar a los niños llorones que no se duermen. se los lleva de sus casas por las noches, a los que luego se come. Otro personaje emparentado con éste es Xuan Canas, que vive en los pozos de los ríos y si algún niño pasa por allí lo rapta y lo esconde para siempre en el fondo del río.

El Pataricu

Son seres gigantescos que viven en la legendaria isla de Eonavia o Eonaviega (entre las costas del Eo y de Navia) que tienen un solo ojo y un finísimo sentido del olfato que les permite detectar náufragos de los cuales se alimentan. La isla solo era accesible para los barcos que habían sufrido un naufragio, llegando a sus costas arrastrados por la marea, de modo que los supervivientes se veían atrapados en la isla al no tener barco con que escapar de ella, siendo también víctimas del hambre de estos enormes cíclopes.

El Pesadiellu

El pesadiellu es un espíritu maligno, que no tiene forma determinada y relacionado con el diablo. Se suele aparecer a los caminantes, que sienten como una presión extrema en el cuerpo que puede llegar al desfallecimiento y debe recurrir a los rezos para deshacerse de él. Otra historia nos cuenta que se presenta como una enorme mano peluda o como un macho cabrío.

El Repunte de las Medias Blancas

Se trata de un monstruo de aterradora apariencia que vive bajo el mar y que permanece cerca de los acantilados, a la espera de que alguien se acerque demasiado al borde. En ese momento se sube a las crestas de las olas y cuando éstas se estrellan contra el rompiente, salta hacia el acantilado para llevarse a su incauta presa del fondo del mar.

El Sacauntos u Home el untu

Parecido al hombre del saco, se trata de un errante mercader de siniestro producto, ya que al hombro porta un gran saco en donde deposita el unto (la manteca o grasa) de las personas a las que él destripa personalmente, usando un cuchillo que lleva para la ocasión. Una vez muertas y vaciadas de grasa, el Sacauntos acude a los mercados, donde vende la grasa para sacarse unas monedas con que comer.

El Sumiciu

Es menos conocido que el Trasgu, pero al igual que éste es un duende del hogar. Se le asocia con los despistes y las desapariciones de objetos, siendo muy habitual en Asturias oír la expresión “llevolo el Sumiciu” o “páez obra del Sumiciu”. Es de un tamaño sumamente pequeño o incluso invisible. Pero la acción del sumiciu no se limita a eso. Este duende es más perverso que el trasgu, llegando incluso su poder a ser capaz de "sumir" a las personas, especialmente a los niños. (Ir haciéndolas desaparecer poco a poco) Aun así, la manera de librarse del Sumiciu y recuperar los objetos perdidos es simple: Se dice que hay que rezar una oración a San Antonio pero sin cometer ni un solo error, si no, los objetos perdidos, jamás se recuperarán.

El Trasgu

Uno de los personajes más conocidos de la mitología asturiana, el trasno o trasgu es un duende p Vive en las casas y es sumamente travieso, llegando a ocasionar grandes destrozos en ocasiones. Causa graves trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando al ganado, tirando cosas al suelo, impidiendo que las personas duerman por las noches, etc. Sin embargo si se le trata bien, y siempre y cuando este de buen humor, el trasgu puede recoger y limpiar las casas, aunque suele ser más dañino que benefactor. Es tal la molestia que causa que en ocasiones las familias tienen que mudarse. No obstante es sumamente difícil deshacerse de él, acompañando normalmente a la familia en la mudanza, suelen anunciarse diciendo “yo también ando de casa mudada”. Hay varias maneras según el mito de deshacerse de él: una es encargarle que traiga agua en una cesta, o que convierta un pellejo de carnero negro en blanco, al no poder hacerlo se marcha avergonzado. Otra manera de deshacerse del trasgu es dejándole un puñado de grano en el suelo, como no los puede coger porque se le escapa por el agujero de la mano se enfada y se va. El mito del trasgu está emparentado con otros mitos de duendes comunes en toda Europa y el resto del mundo.

La Curuxa

La curuxa (lechuza), si se posa o ronda la casa de un enfermo significa que este enfermo va a fallecer. También se oye en Asturias que este mensaje lo realiza la corneja y el cuervo. Otra historia cuenta la aparición en el pueblo de un perro negro que nadie había visto antes, que se para delante de la casa de un enfermo y se pone a aullar, ronda la vivienda hasta el fallecimiento del enfermo y luego le acompaña hasta que éste es enterrado, desapareciendo luego para siempre. La curuxa es también una de las figuraciones de la Guaxa.

La Fiera Cuprecia

Bestia de extraño aspecto parecido a la quimera de la mitología griega, con cuerpo de harpía provisto de cuatro mamas, cola, boca de león y cuernos de toro. Este ser se dedica a asustar a los niños que encuentra por los bosques.

La Guaxa

Es un ser tenebroso, representado en forma de mujer vieja, con un solo diente, que por las noches entra en las casas de los niños y abriéndoles la arteria del cuello les chupa la sangre lentamente. La Guaxa vuelve noche tras noche hasta ver cumplido su cometido: matar al humano. La Guaxa se puede esconder en todos lados persiguiendo a sus víctimas. Hay quien dice "por donde pasa un soplo de aire pasa la Guaxa"

La Güestía

La güestía es una larga procesión de espíritus que avisan de la muerte. Portan huesos en vez de velas que misteriosamente desprenden llamas y nadie sabe a donde se dirigen. Para una persona el hecho de ver esta procesión significaría la futura muerte. Siempre van exclamando "Andai de día que la noche ye mía", y allá en las casas donde se paran, una muerte en ellas suceden a los pocos días. Quien lleva la procesión, sin embargo, no es un espíritu, si no un vivo que está condenado a salir por las noches a comandarla, y a encontrar a otra persona a quien pasar la maldición antes de que ésta le vaya palideciendo lentamente hasta morir, creándose así un eterno círculo vicioso. En conclusión es un signo de mala suerte y mal augurio, para librarse del fatal destino la persona ha de trazar un círculo en el suelo y meterse dentro de él nada más verla y si la güestia se cruza por su camino, la persona debe tirarse al suelo delante de ella aunque le pise y le aplaste.

La Zamparrampa

Una mujer de aspecto deforme y cruel, a la que le gusta sembrar todo tipo de caos y desorden en las cosas en donde entra. Le encanta a asustar a los niños y provocar desastres domésticos, volviendo locas a las mujeres de la casa.

Les Ayalgues

Les ayalgues, ayalgas o chalgas en Asturias son, propiamente, los tesoros enterrados bajo tierra, aunque también por extensión la ayalga es una mujer mortal que sufre un hechizo y es condenada a vivir en cuevas y simas llenas de tesoros, custodiadas, al igual que les xanes, por cuélebres. El hechizo con el que se ve condenada le ofrece también ciertos poderes sobrenaturales como el poder entenderse con los animales y plantas. Para romper el hechizo un hombre debe matar al «cuélebre» que la custodia, si lo consigue la ayalga se vuelve nuevamente humana y se casará con este, entregándole también el tesoro que guardaba.

Les Bruxes

Ancianas feas, arrugadas y de malas intenciones que conocen todos los secretos de la magia y de la brujería. Según la creencia, con sus miradas pueden hacer enfermar a los que las han agraviado o a quienes les caen mal. También se conocen todas las pociones y ungüentos habidos y por haber, que crean en ollas o grandes cacerolas. Suelen vestir siempre de negro, acompañadas por gatos igualmente negros y con escobas que la cultura popular ha dotado del poder de volar.

Les Llavanderes

Les Llavanderes son mujeres viejas y arrugadas que lavan ropa en los ríos por la noche. Aunque es fácil escucharlas es muy difícil verlas. Aquel que logre verlas será invitado a lavar la ropa con ellas, pero él rechaza la invitación, o las mira directamente a la cara o lavase la ropa apuntando hacia alguna de ellas, será ahogado en el río por ellas (o apaleado hasta la muerte con las palas de lavar, según otra versión del mito). Tienen una parte positiva al ayudar a apagar incendios en los bosques al desviar los cursos de los ríos.

Les Serenes

Les serenes son seres híbridos, mitad mujeres mitad pez, viven en el mar y en los ríos cantando hermosas canciones. Suelen tener un carácter negativo y perverso. Se las asocia con la seducción de marineros a los que atraen con sus cantos a las costas peligrosas para que naufraguen o mueran en ellas.

Les Xanes

Xana (fonéticamente shana) es el nombre que reciben en Asturias las ninfas. Les xanes en Asturias están muy ligadas a las fuentes y saltos de agua, en el mito normalmente guardan tesoros bajo las aguas. Se las describe como chicas jóvenes y de tremenda belleza, de rasgos más bien nórdicos, de cabellos y ojos claros, se peinan a los orillas de las fuentes o saltos de agua con peines de oro, esperando a los incautos para cautivarlos con sus encantos y promesas de tesoros. Tienen hijos pequeños y peludos, llamados xaninos, como no los pueden amamantar los cambian por algún niño de alguna aldea cercana. Cuando la madre se da cuenta del horrendo trueque, ruega a la xana que se lo devuelva. En ocasiones son custodiadas por cuélebres.

Los Chupasangres

Revisión asturiana del mito del vampiro, según la cual estos seres se alimentan de la sangre de los niños mientras estos duermen indefensos por la noche. De alimentarse mucho de ellos, la falta de sangre les causaría ciertas enfermedades como anemia o paludismo. Esta historia conoció un hecho real sucedido en 1917 en Avilés, donde un hombre que se creía padecía de tuberculosis y que guiado por extrañas creencias mató a un niño de ocho años a mordiscos para beberse la sangre, siendo detenido por la Guardia Civil pero que logró escapar a sus captores mientras era conducido a prisión, no siendo encontrado jamás.

Los Diablecos

Duendes domésticos de pequeño tamaño que pueden realizar tareas imposibles para las personas. Se les concede el poder de adivinar el futuro, pero en caso de volverse en contra de los humanos con los que habita, son lo bastante vengativos para hacerles enfermar a su conveniencia o en casos más graves, de poseerlos como si de un demonio se tratase (de ahí su nombre).

Los Espumeros

Parientes de los ventolinos, los espumeros son duendes del mar, extremadamente pequeños y visten un traje de algas, llevan caracolas marinas que les dan les serenes, y ellos les corresponden con sus collares de flores, por lo que en ocasiones salen a tierra a recogerlas. Existen dos clases de espumerus: los morenos, que tienen unos ojos extremadamente brillantes, por lo que en ocasiones se ponen delante de los barcos en días de niebla para llevarlos a puerto. Los otros espumerus son rubios, y salen a tierra firme para adentrarse en las casas de los marineros, para llevar noticias de estos a sus familias o viceversa.

Los Ingalius

Estos duendes de la región de Ibias sienten una especial predilección por molestar a los niños, a los que les impiden crecer mediante una delgadez muy acusada, o volviéndolos muy pálidos. Cuando un niño está encanijado se dice que tiene los ingalius y para curarle se reúne la familia y le atan las piernas con un hilo de lana hilada en casa. Acto seguido, una persona lo lleva a la encrucijada de dos caminos por los cuales haya pasado o pueda pasar el viático. Allí se sienta con el niño entre sus brazos y a la primera persona que pasa le entrega unas tijeras y le dice: "Hombre que vienes con fortuna, corta los ingalius a esta criatura". El hombre (o mujer) corta el hilo que ata las piernas del niño y con esto queda cortada la enfermedad. Para que la operación surta efecto, ha de hacerse en silencio, y las personas que intervienen en ella tienen que separarse sin despedirse.

Los Malinos

Espíritus invisibles que pueden adoptar aspecto de sombras u ocultarse en ellas. Atormentan a sus víctimas con dolencias y enfermedades como la locura o esquizofrenia, de las que no se libran hasta que son sometidos a un exorcismo que logra expulsarlos del cuerpo del poseído, viéndose débilmente como una especie de humo o vapor que sale del cuerpo.

Los Moros o Mouros

Nada tienen que ver con los musulmanes, sino que son una raza de seres mágicos que vivían en Asturias desde el principio de los tiempos, por una razón desconocida se vieron obligados a vivir debajo de la tierra, ejerciendo el oficio de la minería, la metalurgia, la orfebrería o simplemente jugando a los bolos. Son los constructores de los dólmenes y de los castros, debido a su forma de vida tienen grandes tesoros que son protegidos por cuélebres o por hechizos. Rara vez salen al exterior a no ser para recoger comida, y solo salen al anochecer o por la noche o en días muy señalados como la noche de San Juan. No se suelen mezclar con los humanos, a no ser en encuentros casuales

Los Ventolinos

Un ventolín es un duende extremadamente pequeño, aunque en ocasiones se les puede ver. Flotan en el aire y en los rayos de la luna. Tienen facciones muy agradables y son hermosos. Entre otras tareas transportan los suspiros de los amantes por el aire, duermen a los niños con la armonía de sus voces y llevan el último adiós de los padres a los hijos que están lejos. En la noche de San Juan, los ventolinos cantan a les xanes para que estas bailen en coro alrededor de la hoguera.

María Cuchillas

Según se dice, María era una joven de clase humilde que vivía en Oviedo en el Siglo XVIII ó XIX y que estaba enamorada de un hombre rico, lo que impedía que él se fijase en ella. Para ayudarla, El Diablo se le apareció y le dijo que si quería conquistarlo llevase a su hermano recién nacido a una cueva, donde lo matase a cuchilladas hasta desangrarlo, y con su sangre hacer una pócima o un conjuro para enamorar a su amado. María obedeció pero su hombre fue avisado de lo ocurrido y encontró a María tras cometer el crimen, maldiciéndola y condenándola a limpiar la sangre de la cueva hasta que sus lágrimas se mezclasen el agua de lavar, indicando así su arrepentimiento. Otra versión de la historia la considera patrona de los crímenes sin resolver, y se aparece por las noches portando cuchillos manchados de sangre.

Xuán de la Borrina

Llamado también Xuan Blancu (Juán el Blanco), Xuan de Madruga (Juán el de la Madrugada), Xuan de Riba (Juán el de Arriba) Xuan Barbudu (Juán el barbudo) o Xuán de la niebla, este venerable anciano merodea por montes y valles acompañado de su perro lanudo y de su esposa, de quien curiosamente se dice que también tiene barba. Se aparecen solo dentro de la niebla como figuras borrosas y algo lejanas, de modo que nadie puede verlos de forma nítida. La leyenda le atribuye el don de traer la niebla así como de hacerla desaparecer, volviéndola hacia el cielo. Los pastores consideran a Xuan una especie de pastor con poder de dominar a la niebla, y al que pedían protección para sus rebaños cuando ésta cubría los valles en donde ellos estaban.

Xinxinos

Cuenta la leyenda que había un niño que era muy desobediente y maleducado con su propia madre, a la que encantaba fastidiar cuando tenía que ayudarla con las tareas domésticas. En cierta ocasión en que estaban cortando leña, Xinxinos cargó una pila de ella a la espalda y le preguntó a su madre donde debía dejarla, pero la madre, exhausta de la mala conducta de su propio retoño, le exortó a que la pusiera en los cuernos de la luna. La maldición se hizo efectiva, y el niño fue condenado a vagar por los bosques sin descanso, apareciéndose en las noches de luna llena cargando con una pila de leña que no sabe donde dejar.

Véase también

Bibliografía

  • Mitología asturiana - Alberto Álvarez Peña. Picu Urriellu. Gijón, 2005 (3ª ed.). ISBN 84-607-2090-X

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