sábado, 31 de mayo de 2014

LEONOR DE AQUITANIA: ÚNICA EN SU ESPECIE.



Se trata de una de las mujeres más singulares de su época, con una vida apasionante y excepcional. Fue por dos veces reina, de Francia y de Inglaterra, amante apasionada y esposa desleal, rica y poderosa, musa de los trovadores y una mujer liberada en unos momentos en que las mujeres de su rango sólo servían para matrimonios de conveniencia. 

A los 15 años fue entregada en matrimonio al futuro rey Luis VII de Francia, que contaba con un año más que ella. El novio estaba profundamente enamorado, lo que no es extrañar porque Leonor poseía muchos encantos físicos, además de ser la heredera del duque de Aquitania. Belleza y riqueza se aunaban en una mujer que además, era culta y refinada. 

Su esposo, el rey, dirigió la 11 Cruzada y llevó con él a Leonor, pues no las tenía todas consigo si la dejaba en Francia. Parece ser que la reina y sus damas causaron furor en los campamentos cristianos, especialmente cuando salían a cabalgar con los pechos desnudos mientras los esforzados caballeros que luchaban por la reconquista de los Santos Lugares quedaban obnubilados ante semejante espectáculo. Por si esto fuera poco, en Antioquía Leonor coincidió con Raimundo, que además de ser su tío por parte de padre, era el príncipe de la ciudad. Parece ser que sus contactos excedieron de lo que podríamos llamar relaciones familiares y Luis apresuró la marcha hacia Jerusalén. Leonor no quiso seguirle. Aquello era demasiado, y por una vez, el rey se mostró tajante. La reina no podía abandonarle sin infligir una ofensa a Francia. 

Lo que hubiera de tratarse se haría al final del viaje. En 1149 la pareja real regresó, pasando primero por Roma donde el papa Eugenio III incluso llegó a casarlos de nuevo. Pero tres años después las infidelidades de Leonor corrían de boca en boca por toda la corte. 

Leonor tuvo dos hijas con Luis pero ningún varón y ésta fue una de las causas esgrimidas para solicitar el divorcio, además de cierta consanguinidad. El caso es que en 1152 el matrimonio se anuló y Leonor volvió a sus dominios, mientras tras de sí tenía una cohorte de pretendientes, deseosos de conseguir a la mujer y a su dote. 

Enrique Plantagenet fue el afortunado conquistador del corazón de Leonor, aunque los inconvenientes para este matrimonio eran muchos. Primero estaba la edad de la novia, diez años mayor que el pretendiente que sólo contaba con 19 años. Después estaba el asunto de que eran parientes y parecía difícil que pudieran tener descendencia y además el futuro suegro de Leonor no veía con buenos ojos que su hijo se casase con una mujer que había sido la esposa de su señor natural, el rey de Francia. Pero Enrique, con el corazón prendido de las gracias de Leonor hizo caso omiso y el18 de mayo de 1152 se casaban en Poiters. 

Pese a todas las predicciones Leonor y Enrique engendraron cinco hijos varones y tres hijas. La pasión de los nuevos esposos se vio recompensada con una prole numerosa, aunque no le iban a faltar motivos a Enrique durante su vida conyugal para renegar de Leonor y de los varones de su estirpe. No era la heredera de la Aquitania mujer a la que se pudiese manejar con facilidad. Segura de sí misma, posiblemente con la seguridad y fortaleza de su fortuna personal, situada entre las mayores de su tiempo en Europa, utilizó a sus hijos para reclamar la herencia paterna a edades bien tempranas. El primogénito Guillermo murió siendo niño y Enrique fue asociado al trono con apenas 15 años. Ricardo fue siempre el amado y preferido de Leonor ... ¡quién sabe por qué! ya los 13 años su madre le nombró heredero de la Aquitania. 

Pero el destino de aquella mujer que había revolucionado las cortes de Europa, admirada y cantada por su hermosura, deseada por los hombres en todos los aspectos, se torció cuando en 1173 apoyó y fomentó la rebelión de los hijos contra su padre. Enrique desbarató los planes de Leonor y la detuvo cuando huía hacia Francia para refugiarse junto a su ex marido el rey de Francia, tal vez con la idea de que no se hubiese apagado la llama del amor que Luis le profesó. 

Enrique, dolido y decepcionado la encerró en el castillo de Chinon, manteniéndola en una especie de arresto domiciliario si bien no la privó de todo cuanto pudiera desear. 

Pero el encierro debió ser una tortura para aquella mujer inquieta, acostumbrada a la adoración y a la pleitesía de tantos admiradores. Poco antes de su muerte y como era habitual en las viudas reales, Leonor se retiró a una gran abadía que poseía en Fontevraud. 

Leonor tuvo una larga vida, 82 años, un caso excepcional en la época, ¡pero es que en la heredera más rica del siglo XII todo fue excepcional! Con el paso de los años llegó a convertirse en una leyenda. Muchos la consideran como una feminista declarada, otros como una mujer independiente y luchadora ... como un ideal de belleza y cultura ... El día 31 de marzo de 1204 Leonor abandonó este mundo dejando tras de sí una estela de seducción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.