lunes, 4 de agosto de 2014

Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo

Gerardo Ferrari, sacerdote tercermundista que se integrara en las FAP en 19691
El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo fue un movimiento carismático dentro de la Iglesia Católica argentina, que intentó articular la idea de renovación de la Iglesia subsiguiente al Concilio Vaticano II con una fuerte participación política y social. Formado principalmente por sacerdotes activos en villas miseria y barrios obreros, entre 1967 y 1976 fue uno de los canales por los se canalizó la acción social, muy cercano a organizaciones de la izquierda peronista y en ocasiones al marxismo.

Antecedentes

El movimiento renovador dentro de la Iglesia Católica había dado varios frutos muy visibles en años anteriores, en especial las modificaciones en el culto y en la orientación secular de la iglesia establecidas en el Concilio Vaticano II y las indicaciones sobre la implicación de la Iglesia en la acción social contenidas en la encíclica Populorum Progressio dictada por el papa Pablo VI.
El 15 de agosto de 1967, el obispo brasileño Hélder Câmara lideró un grupo de 18 obispos de Latinoamérica, Asia y África que redactó un manifiesto para apoyar el "llamado angustioso del Papa paulo VI en la encíclica Populorum Progressio", en el que se vinculaba la situación de pobreza y desamparo de los ciudadanos del Tercer Mundo con la explotación a la que el "imperialismo del dinero" de las corporaciones multinacionales los someten, con el aval de los gobiernos, y expresando el compromiso religioso con la superación de la misma.2

Conformación

El obispo de Goya, Alberto Devoto, fue el primero en recibir el documento en Argentina y lo entregó al sacerdote Miguel Ramondetti, quien lo tradujo junto con su colega Rodolfo Ricciardelli, lo imprimieron y junto con Héctor Botán lo distribuyeron. El 31 de diciembre de 1967 270 sacerdotes, entre los cuales estaban los tres citados, dirigieron una carta al obispo Helder Cámara adhiriendo al manifiesto de los 18 obispos, la cual puede considerarse el documento fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), a la cual se añadieron rápidamente 22 firmas.3
La reacción al documento base elaborado por el Consejo Episcopal Latinoamericano para la Conferencia Episcopal de Medellín, encontró a la curia argentina ya en efervescencia. El primer encuentro del MSTM, realizado en mayo de 1968,3 contó con el aval tácito de los obispos Guillermo Bolatti, Enrique Angelelli, Alberto Devoto, Jerónimo Podestá, Jaime de Nevares, Adolfo Tortolo y Vicente Zaspe, aunque ninguno de ellos llegó a formar parte del movimiento. El MSTM envió una carta a los obispor reunidos en Medellín, que fue firmada por 400 sacerdotes argentinos y 500 más de otros países latinoamericanos.4
Entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1968, la reunión de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en la ciudad colombiana de Medellín, llegó a conclusiones similares; el documento redactado por la misma declaró el compromiso de la Iglesia en la mejora de la situación de los pobres, actuando sobre las situaciones que originaban la miseria. La adaptación al momento político, de acuerdo a la CELAM, obligaba a los sacerdotes a avalar acciones políticas de diferente cariz —revolucionarias, pacíficas o violentas— en los distintos contextos nacionales.
Junto con numerosos laicos, el MSTM se dedicó al trabajo social en zonas marginales, además de apoyar las reivindicaciones obreras. La cercanía con los sindicatos aproximó a muchos de sus miembros al movimiento peronista. El segundo encuentro se llevó a cabo el 1, 2 y 3 de mayo de 1969 en Colonia Caroya, Córdoba.3 A partir del tercer encuentro del MSTM se deja ver una clara aproximación al peronismo.5 El escritor Carlos Sacheri publicó entonces un libro contra el MSTM, en el que se destaca el señalamiento a Miguel Ramondetti como "comunista".6
El MSTM confluyó con la corriente continental de la Teología de la liberación, contó con expositores de su perspectiva teológica de opción por los pobres, como Rolando Concatti,7 8 9 y encontró un instrumento teórico para su trabajo pastoral con la publicación del libro Teología de la Liberación: Perspectivas de Gustavo Gutierrez, en 1971. La deriva teológica no tardó en recibir duras condenas del episcopado. Un comunicado del MSTM que abogaba por la socialización del poder económico, político y cultural y la supresión de la propiedad privada de los medios de producción,10 fue declarado por la jerarquía como contrario a la doctrina eclesiástica, lo cual no impidió que monseñor Eduardo Pironio dijera el 20 de febrero de 1972 que "el Movimiento de sacerdotes para el Tercer Mundo es sin duda un movimiento religioso, con una admirable disposición de entrega, es también una lección de compromiso, y en muchos casos, de heroísmo".3

Divergencias

La principal controversia versaba sobre el uso de la violencia. Si bien la cosmovisión del movimiento se basaba en Pierre Teilhard de Chardin y en la doctrina del compromiso con el mundo de Emmanuel Mounier, Yves Congar y Michel Quoist, así como de Gustavo Gutiérrez, que negaban la posibilidad de apoyar la lucha armada, el marxismo, los escritos y lucha del sacerdote colombiano Camilo Torres Restrepo y el movimiento peronista Montoneros, permearon los sectores mas extremos del movimiento, en especial por la justificación teológica de la violencia revolucionaria que es considerada un fenómeno natural e inevitable por la dogmática marxista. Estas diferencias llevaron a una fuerte ruptura en el encuentro de 1973, en que se mostraron irreconciliables; aunque la acción individual de los sacerdotes no disminuyó, dejaron de presentar un frente organizado. Algunos sacerdotes tercermundistas dejaron la sotana por aquellos años para sumarse al coro de la guerrilla, mientras que grandes representantes del movimiento como el padre Carlos Mugica y el padre Carbone, asesor nacional de la JEC continuaron con su rechazo a la lucha armada, diferenciando el MSTM de las guerrillas. En el fondo estaba también una divergencia de fondo sobre el socialismo por el cual se luchaba, con los sectores que habían asumido una concepción marxista-leninista.
Otras diferencias concernían a la posición política; incluso dentro del mismo peronismo, la línea más próxima a la cúpula sindical promovía una concepción relativamente verticalista, mientras que las posiciones del interior abogaban por una estructura más descentralizada. Finalmente, otros peronistas eran afines al marxismo. En el encuentro de 1973 se debatió además sobre si los sacerdotes que se habían casado podía pertenecer al MSTM.

Extinción

Junto con el recrudecimiento de la represión, tras la muerte de Perón y el ascenso de José López Rega, el movimiento perdió capacidad de acción y acabó por disolverse unos años más tarde. Aunque algunos de sus miembros dejaron el sacerdocio, especialmente para contraer matrimonio, la mayoría permaneció en el mismo; un estudio de 1988 indicaba que un 67% conservaba aún su estado clerical.11 Veinte sacerdotes integrantes del MSTM fueron asesinados.3

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.