miércoles, 18 de julio de 2012

MAGO.

Este término se aplica a 2 actividades bien diferenciadas: 1. Heb. generalmente mekashshêf (del verbo kâshaf, "practicar la brujería [hechicería]"); jartummîm (aram. jartummîn) y ashshâfîm (en Daniel); gr. mágos, fármakéus, fármakon, fármakos. Alguien que echa mano de la brujería o emplea poderes logrados gracias al auxilio y el control de los espíritus malignos; aunque en algunos casos, ciertos términos traducidos así pueden referirse a alguien que posee cierto conocimiento de química y física, lo que lo capacita para hacer demostraciones que los ignorantes consideran proezas sobrenaturales. Estas palabras también han sido traducidas por "hechiceros", y se nos dice que eran muy activos en Egipto (Ex. 7:11), Babilonia (Dn. 2:2; cƒ Is. 47:9; etc.), Israel (2 R. 9:22), Judá (2 Cr. 33:1, 6; Jer. 27:1, 9) y entre los judíos del tiempo de Nehemías (Mal. 3:5; véase CBA 4:1152). En Egipto, los hechiceros imitaron los milagros de Moisés delante de Faraón (Ex. 7:11; etc.). En Israel se condenaba a muerte a los que practicaban la magia o la hechicería (Ex. 22:18; cƒ Lv. 20:6, 27; Dt. 18:9-12). Cierto Simón practicaba la magia en Samaria en tiempos de los apóstoles (Hch. 8:4-11), como también Elimas en Pafos, en la isla de Chipre (Hch. 13:6, 8). Para Dios, la magia y la brujería se encuentran entre los pecados más viles (Gá. 5:20), y amenaza que los que las practiquen serán totalmente destruidos en el lago de fuego (Ap. 21:8). Véase Magia. Otros términos originales relacionados con "mago", "magia", etc., son las heb. najash, ôbôth, yidd ônîm, qôsêm, meônên, menajêsh, hôbrê; y las gr. manteuómenos, kldoni5ómenos, oiÇni5ómenos, epáeidÇn. 2. Gr. mágos. Definidamente, los "magos de oriente" que le trajeron regalos a Jesús (Mt. 2:1; cƒ vs 7, 16). Nuestros vocablos "mago" y "magia" derivan de este témino griego, y éste, a su vez, es una palabra que originalmente se aplicaba a los miembros de una cierta clase de sacerdotes medos (y más tarde también de persas): la casta o profesión de los Magi, o Magios, sabios que luego ejercieron funciones sacerdotales entre los pueblos iranios. Con el tiempo, la palabra adquirió el sentido de alguien versado en las "ciencias" de la astrología y otras. Una leyenda que no tiene fundamento afirma que fueron 3 los sabios -llamados Melchor, Gaspar y Baltasar- que le llevaron obsequios a Jesús. Que se dice que fueron 3 probablemente se debe a la clase de donativos que llevaron, a saber, oro, incienso y mirra (cp 2:11). Los magos estaban sin duda al tanto de la creencia judía relativa al advenimiento del Mesías, creencia que muchos conocían en el Oriente (véase CBA 5: 61-63). Los magos evidentemente eran sinceros buscadores del verdadero Dios. Bib.: Herodoto i.102.

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