domingo, 28 de julio de 2013

Ammonas: Carta XIII sobre el Espíritu de penitencia y el Espíritu Santo

El Espíritu de penitencia y el Espíritu Santo Queridísimos en el Señor, los saludo en el Espíritu de dulzura, que es pacífico y perfuma las almas de los justos. Este Espíritu viene sólo a las almas totalmente purificadas de su vetustez, porque es santo y no puede entrar en un alma impura (Sb 1,4-5) 157 .
Nuestro Señor lo dio a los apóstoles únicamente después que ellos se purificaron. Por eso Él les dijo: "Si me voy, les enviaré el consolador, el Espíritu de verdad, y Él les dar a conocer todas las cosas" (Jn 16,7.13). Pues este Espíritu, desde Abel y Henoc hasta hoy, se da a las almas de los justos que están totalmente purificadas. Pero el que llega a las otras almas no es ése, sino el Espíritu de penitencia 158 ; arriba a las otras almas para llamarlas a todas y purificarlas de su impureza. Y cuando las ha purificado totalmente, las entrega 159 al Espíritu Santo, para que Él difunda sin cesar sobre ellas un perfume suave, como lo dijo Leví: "¿Quién ha conocido el perfume del Espíritu sino aquellos en los cuales Él habita?" 160 . Son pocos los favorecidos incluso con el Espíritu de penitencia, pero el Espíritu de verdad, de generación en generación, apenas habita en algunas almas solamente.
Al igual que una perla preciosa no se encuentra en todas las casas, sino únicamente, a veces, en los palacios reales 161 , así también este Espíritu no se encuentra sino en las almas de los justos que han llegado a ser perfectos. Desde el instante en que Leví fue gratificado con Él, ofreció una gran acción de gracias a Dios y dijo : "Te canto, Señor, porque me has regalado el Espíritu que tú das a tus siervos" 162 . Y todos los justos a los cuales fue enviado, ofrecieron a Dios grandes acciones de gracias. Porque es la perla de la que habla el evangelio, comprada por aquel que vendió todos sus bienes (Mt 13,46). Pues el tesoro escondido en un campo, que un hombre encontró y por el que se alegró mucho (Mt 13,44). A las almas en las que habita, Él les revela grandes misterios; para ellos la noche es como el día. He aquí que les he dado a conocer la acción de ese Espíritu.
Quiero 163 que sepan que desde el día en que los dejé, Dios me hizo prosperar en todas las cosas, hasta que llegué a mi lugar. Y cuando estoy en mi soledad, Él hace mi camino más próspero aún 164 y me ayuda, ya sea secretamente, ya sea abiertamente. Y hubiera deseado que ustedes estuvieran cerca mío a causa de las revelaciones que me fueron dadas 165 , porque cada día concede nuevas (revelaciones) 166 .
Deseo, pues, que sepan cuál es la tentación. Ustedes saben que la tentación no le sobreviene al hombre si no ha recibido el Espíritu. Cuando ha recibido el Espíritu, es entregado al diablo para ser tentado. ¿Pero quién lo entrega sino el Espíritu de Dios? Porque es imposible para el diablo tentar a un fiel, si Dios no se lo entrega.
En efecto, nuestro Señor al tomar carne devino un ejemplo para nosotros en todo. Cuando fue 167 bautizado, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma (Mt 3,16), porque el Espíritu lo condujo al desierto 168 para ser tentado (Mt 4,1), y el diablo no pudo nada contra Él. Pero la fuerza del Espíritu, después de las tentaciones, les agrega a los santos otra grandeza y una fuerza más grande 169 .
Es necesario que ustedes conozcan 170 mi tentación, que me ha hecho semejante a nuestro Señor. Cuando Él descendió del cielo, vio un aire diferente, tenebroso, y de nuevo cuando iba a descender al Hades, vio un aire más denso y dijo: "Ahora mi alma está turbada" (Jn 12,27). Igualmente yo, de modo parecido, soporté recientemente esta tentación que me turbó por todas partes 171 . Sin embargo, yo alabé a Dios, a quien sirvo con todo mi corazón desde mi juventud y a quien obedezco, ya sea en el honor, ya sea en la humillación. Él me sacó de ese aire tenebroso y me restableció en la primera altura. Y pienso que esa tentación es la última 172 .
Cuando el bienaventurado José soportó su última tentación en la prisión (Gn 29,20), fue más afligido que por todas las otras tentaciones. Pero después de la prisión, que es la imagen del Hades, él recibió todos los honores, porque llegó a ser rey (Gn 41,40). Desde entonces la tentación no lo probó más. Les he dado a conocer en qué tentaciones me encontré y cómo estoy ahora 173 .
Después de haber escrito esta carta me acordé de la palabra escrita en Ezequiel, que presenta la imagen de las almas que han llegado a ser perfectas. Él vio un ser viviente sobre el rió Chobar, que tenía cuatro rostros, cuatro pies y cuatro alas. Un rostro de Querubín, uno de hombre, uno de águila y uno de toro (Ez 1,1-10). El rostro de Querubín es el Espíritu de Dios, reposando en un alma y disponiéndola a alabar con una voz dulce y bella 174 . Y cuando Él quiere, desciende y edifica a los hombres, toma entonces el rostro de hombre. Y el de toro, es cuando el alma fiel está en el combate: el Espíritu de Dios la auxilia y le da la fuerza de un toro, para que ella pueda cornear al diablo. Y el de águila, porque el águila vuela más alto que todos los otros pájaros. Y cuando el alma del hombre se eleva en las alturas, el Espíritu Santo viene a ella, enseñándole a permanecer en las alturas y a estar cerca de Dios.
Les he dado a conocer pocas cosas sobre este ser. Pero si oran y los visito, entraré en Betel, que es la casa de Dios (Gn 28,19), y cumpliré mis votos (Sal 65,13), los que prometieron mis labios 175 . Entonces les hablaré más claramente 176 sobre este ser 177 .
En efecto, Betel quiere decir la casa de Dios (Gn 28,19). Dios combate, entonces, por la casa sobre la que se invoca su nombre. Y fue Ezequiel quien vio ese ser viviente.
Saluden a todos aquellos que han sido asociados al trabajo y a los sudores de sus padres en la tentación, como Juan lo dice en otro lugar: "Dios es glorificado por el sudor del alma" 178 . Así por la semilla de sudor que siembra, el alma es asociada a Dios. Y aquellos son asociados también a su cosecha, pues está escrito: Si sufrimos con él, viviremos con él (Rm 8,17), etc. El Señor también dijo a sus discípulos: "Ustedes padecieron conmigo en mis tentaciones, estableceré con ustedes un contrato real, al igual que El Padre me prometió que se sentarían a mi mesa" (Lc 22,29), etc.
Ven que quienes comparten los trabajos también comparten el reposo, y el que participa en la humillación, igualmente participa en el honor. Est escrito, en efecto, en los Padres: "Un buen hijo hereda el derecho de primogenitura y las bendiciones paternas" 179 . Sucede así con lo que nosotros sembramos. Son los sembrados de Dios y los buenos hijos quienes heredan el derecho de primogenitura y nuestras bendiciones. Cuando esté lejos, en mi lugar, la llegada de los frutos me recordar estos sembrados.
Pero tú, como un buen maestro, exhórtalos con cuidado. ¡Quiera Dios que abandones esta morada 180 dejando una buena cosecha! Porque sabemos que eres un padre bueno y un educador excelente. Sin embargo, te recuerdo que es por causa de esta cosecha que Dios te ha dejado en esta morada.
Pórtate bien en el Señor, en el Espíritu dulce y pacífico que habita las almas de los justos.
Selección: José Gálvez Krüger
Fuente Biblioteca Electrónica Cristiana

157
Cf. cartas de san Antonio, VII. 158
También san Antonio en sus cartas (I,2 y 4) habla de un espíritu de penitencia o de conversión (Lettres, p. 45, nota 2). 159
Es la lección del georgiano; el griego y el árabe leen: "transmite"; el sirio: "conduce" (o: guía). 160
Cita no identificada. 161
El griego dice solamente: "Del mismo modo que una perla de gran precio...". 162
Cita no identificada. 163
Este párrafo falta por completo en la versión griega. 164
Sigo texto siríaco. 165
Georgiano: "Que sepan cuantas revelaciones hay"; árabe: "Para que les dé a conocer todo lo que me ha revelado el Espíritu Santo en todo tiempo". 166
Georgiano: "Pues de día en día tendrán una alegría aún más grande"; el árabe omite esta frase. 167
Esta primera parte, hasta aquí, falta en el georgiano. 168
El sirio añade: "Y lo entregó a Satán s...". 169
"Y una fuerza más grande", falta en el siríaco. 170
Es la lectura del georgiano; falta en el siríaco. El árabe trae: "Hijos amadísimos, desearía que estuviesen cerca mío para que conocieran...". 171
El texto griego omite desde "es necesario" hasta aquí. 172
Toda esta última parte es diferente en el griego: "En todas las cosas alabemos, pues, a Dios y démosle gracias, sea en el honor, sea en la humillación, porque Él nos ha sacado de ese aire tenebroso y nos ha restablecido en nuestra primera altura". Después lo que sigue, no existe en la versión griega editada por F. Nau. 173
Georgiano: "He aquí que les he dado a conocer la magnitud de las tentaciones que soportado". 174
La trad. francesa de esta parte parece seguir la versión georgiana; el texto siríaco es bastante diverso: "Una cara de Querubín era de león, una de hombre, una de águila y una de toro (Ez 1,1-10). Ahora bien, ¿la cara de león de Querubín, qué es? En efecto, cuando el Espíritu de Dios reposa sobre el alma de un hombre, le da la fuerza de Dios, la anima fuertemente y le enseña un canto con voz dulce y bella". 175
El sirio dice: "Entrar n en Betel y allí cumpliremos nuestros votos, y ofreceremos nuestros sacrificios de paz, que prometieron nuestros labios". 176
Es la lectura del georgiano. El sirio trae: "En la medida que nos sea posible les daremos la explicación...". 177
Aquí parece terminar el georgiano, que solamente añade el saludo: "Sean fuertes en Cristo y pórtense bien". 178
Cita no identificada. 179
Cita no identificada. 180
El sirio dice: "Este mundo".

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