L'Action,
o bien Ensayo de una crítica de la vida y de una ciencia práctica, es la obra
en la que Maurice Blondel proponía en términos nuevos y renovadores el tema de
fondo de la existencia ¿Tiene o no tiene la vida humana un sentido ? ¿Tiene o
no tiene el hombre un destino ?" (A., VII). Escrita como tesis doctoral en
el año 1893, suscitó un amplio debate tanto en el campo filosófico como en el
teológico; pero la tesis acabó imponiéndose como una obra que anticipaba en
gran parte los caminos renovadores que recorrería posteriormente el concilio
Vaticano II.
La
intuición fundamental de L'Action consiste en afrontar la dialéctica de la
existencia que se encuentra en una acción dinámica, en la que se percibe en
cada uno de los individuos una "fisura abierta” y una “desproporción”.
Este vacío no puede ser llenado por el sujeto, sino sólo por una intervención
sobrenatural a la que hay que estar siempre abiertos. El punto de partida de
Blondel es la verificación de una dialéctica permanente inherente en cada acción
personal, que deja vislumbrar un doble orden de la voluntad: una voluntad
queriente, que indica la tensión dinámica del espíritu y su apertura
ilimitada; y una voluntad querida, que permite registrar el logro concreto de la
acción.
La
obra se divide en cinco partes que van dejando atisbar progresivamente la
necesidad, inherente a la acción misma, de comprender que el cumplimiento
definitivo del hombre no puede darse en sí mismo, sino sólo en una apertura a
una acción distinta de la suya, es decir, a una acción que requiere la
intervención de Dios.
La
primera parte, titulada: “¿Existe un problema de la acción ?", estudia
las premisas necesarias para que pueda plantearse el tema de la acción con
sensatez. Blondel excluye la actitud del “diletante” y la del “esteta”,
que revela una contradicción insanable, la de no querer comprometerse uno mismo
de forma decisiva en la búsqueda del sentido.
La segunda parte: “¿Es quizás
negativa la solución del problema de la acción ?" surge de la crítica
del pesimismo y del nihilismo, que, de diversa forma, llegan a la misma conclusión,
y responde que querer la nada es una ilusión, ya que la nada no puede
concebirse ni quererse. La voluntad que niega la nada sigue siendo una voluntad
positiva de la afirmación del ser y no una negación suya.
Viene luego
la
tercera parte de L'Action: “La orientación natural de la voluntad”. Blondel
muestra en cinco etapas que “en mis actos, en el mundo, en mí mismo, fuera de
mí, hay algo; pero no sé dónde ni cómo, ni sé de qué se trata" (A.. 41).
Cada una de las etapas manifiesta con claridad la falta de adecuación entre lo
que alcanza la acción concreta y lo que la voluntad desea alcanzar.
Se abre en
este punto la cuarta parte: “El ser necesario de la acción”, que llega a
una primera conclusión sobre la afirmación de lo “único necesario” como
una verdad que vive dentro de la acción querida; para la persona, éste resulta
ser el momento «de lo absolutamente imposible y absolutamente necesario”.
La
quinta y última parte de L'Action: «El cumplimiento de la acción”, ve lo
sobrenatural presente en el cristianismo en cuanto religión revelada. Con
L'Action, la reflexión filosófica y teológica recobra una densidad que se había
olvidado, la que permite poner de relieve el cumplimiento de la persona a la luz
de una responsabilidad personal, que no prescinde de ningún intento a la hora
de abandonarse libremente a la gracia.
R.
Fis ichella
Bibl.:
Íd., Carta sobre apologética, Deusto 19911 M. Blondel, L'Action (1893), París
1973; H. Bouillard, Blondel et le christianisme, París 1961; Íd., La logique
de la foi, París 1964; J. Roig Gironella, La filosofía de la acción, Madríd
1943.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.