domingo, 22 de septiembre de 2013

Amigo.

1. «El amigo fiel no tiene precio» Eclo 6,15s 7,18, porque «ama en todo tiempo» Prov 17,17 y hace la vida deliciosa Sal 133 Prov 15,17. ¿Cómo sería posible olvidar la amistad que unió a David y Jonatás en un brote espontáneo 1Sa 18,1-4, que duró en la prueba 1Sa 19-20, hasta la muerte 2Sa 1,25s y sobrevivió en la memoria del corazón 2Sa 9,1 21,7?
Ahora bien, aunque existen tales amistades, las hay también que son ilusorias. ¿Por qué tienen tantos amigos los ricos, y tan pocos los pobres, lo enfermos, los perseguidos? Prov 14,20 Sal 38,12 55,13s 88,19 109,4s Job 19,19. ¿Por qué «el que comparte el pan conmigo levanta contra mí su calcañar» Sal 41,10? Estas dolorosas experiencias enseñan a proceder con lucidez en la elección de los amigos, tanto que a veces conviene ponerse en guardia Eclo 6,5-13 12,8-13,23 37,1-5. Una amistad, incluso sincera Job 2,12s, ¿no puede ser decepcionante Job 6,15-30 y hasta arrastrar al mal Dt 13,7 Eclo 12,14 2Sa 13,3-15?
Así la amistad gana según va envejeciendo: «Vino nuevo el amigo nuevo: cuando envejece es cuando se bebe con placer» Eclo 9,10; agradece la reprensión sincera Prov 27,5s: sobre todo se alimenta del temor de Dios: «El que teme al Señor encuentra verdaderos amigos, y como fiel es él, así lo será su amigo» Eclo 6.16s. De hecho (amor), el modelo y la fuente de la verdadera amistad es la amistad que Dios sella con el hombre, con un Abraham Is 41,8,Gen 18,17ss, con un Moisés Ex 33,11, con los profetas Am 3,7.
2. Al enviar a su Hijo entre nosotros se mostró Dios «amigo de los hombres» Tit 3,4; y Jesús lo describió como uno que se deja molestar por el amigo importuno Lc 11,5-8. Sobre todo, Jesús dio a esta amistad un rostro de carne: amó al joven rico Mc 10.21, amó tiernamente a Lázaro y, a través de él, a todos los que por la fe debían resurgir de la tumba con él Jn 11,3.11.35 ss. Tuvo «compañeros» que compartieron su existencia Mc 3,14, pero no todos llegaron a ser sus «amigos» (gr. philos); así a Judas se le llama todavía compañero (gr. hetairos) Mt 26,50 20,13 22,12, mientras que a los otros acaba Jesús de declarar: «Ya no os llamo servidores, sino amigos» Jn 15,15: han compartido sus pruebas, están prontos a afrontar la noche de la pasión Lc 22,28s; así Jesús los hace participes de los secretos de su Padre Jn 15,15, como entre amigos. El tipo de amigo de Jesús, fiel hasta la cruz, es «el discípulo al que amaba Jesús» Jn 13,23 y al que confió a su propia madre 19,26.
En adelante reinará una amistad perfecta entre estos amigos prontos a dar la vida los unos por los otros, como Jesús lo hizo por cada uno Jn 15,12ss. Aun cuando, entre hermanos, esta amistad puede conocer tormentas Act 15,36-39 2Tim 4,10-14, renace sin cesar; es que sobrepasa la medida común de la amistad humana Mt 5,46 y no conoce ya las barreras que separan a los hombres Gal 3,28. Algunos hombres querrán romper su amistad con el que se hace discípulo de Cristo Lc 21,16, pero éste no cesa de ofrecer su amistad a todos, aun a los que se creen sus enemigos Rm 12,13-21.

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