jueves, 12 de septiembre de 2013

Apología.

El uso semántico de la palabra “apología» puede referirse a un doble horizonte: el filosófico y el judicial.
Con el primero se indica ante todo la intención de justificar los propios argumentos y convicciones; con el segundo, la propia conducta. También es posible ver un sentido más general de esta palabra, para indicar simplemente el hecho de dar una respuesta al que pide explicación de alguna cosa. La Escritura usa “apología» sólo tres veces en el Antiguo Testamento y unas lo en el Nuevo; el contexto en que la encontramos lleva de ordinario a identificar su horizonte semántico en el plano procesal.
Este término adquiere una importancia especial en la teología fundamental, que ve en la apología su posibilidad para dar razón del contenido de su propia fe. El lugar clásico de referencia y que constituye la charta magna de la apología es 1 Pe 3,15, donde el apóstol exhorta a los cristianos a "estar siempre dispuestos a dar razón (apologhían) de vuestra esperanza a todo el que os pida explicaciones». El contexto de esta perícopa ve a los creyentes en una situación de diáspora y de fuertes tensiones, entre las que pueden percibirse también algunas formas de violencia contra ellos. Pedro parte de esta situación para exhortar a los creyentes a responder al mal con el bien y a la violencia con la benevolencia; a ejemplo de Cristo, también sus discípulos deben saber que el sufrimiento por el evangelio es causa de bienaventuranza. Por consiguiente, deben estar en condiciones de no dejarse intimidar ni por las violencias ni por las calumnias, sino que han de ser capaces de saber responder "con dulzura y respeto, como quien tiene limpia la conciencia» (1 Pe 3,15-16), a estas provocaciones, en todo tiempo y vengan de quien vengan. Aquí el término apología está expresado por Pedro por el de "responder», "dar explicación».
Más que una defensa de la fe - como a veces se ha dicho -, es conveniente en este caso valorar los datos de la exégesis que orientan a una visión no tanto procesual y - por tanto de defensa, sino más bien a una visión positiva de “presentación». Por tanto, el apóstol parece exhortar a los cristianos a saber dar razones que puedan provocar y convencer incluso a sus perseguidores para que vean el sentido profundo que tiene la fe para la vida, hasta el punto de que los transforme radicalmente y les haga aceptar las injusticias y los sufrimientos por amor. La apelación a "vuestra esperanza» y por tanto a la fuerza que orienta a ver el futuro, confirma más aún la interpretación de “apología» como de una capacidad de presentar positivamente los contenidos de la fe.
R. Fisichella
 
Bibl.: E. Bosetti, Apología. en DTF, 1 1 8-121 : R. Fisichella, La revelación: evento y credibilidad. Sígueme, Salamanca 1989.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.