viernes, 23 de mayo de 2014

Bon.

Escuela Bön
Fundador(es) Tönpa Shenrab Miwoche
Reconocimiento Siglo XXI (fue reconocida como escuela del budismo tibetano muy recientemente)
Primado actual Lungtok Tenpa'i Nyima Abad de Menri
Sede Bandera de India Dharamsala, India
Territorio principal Importantes comunidades en Tíbet, Bután, Nepal, norte de India y Occidente
Lenguas litúrgicas Idioma tibetano
Calendario Tibetano
Parte de una rueda de la vida Bön.
El Bön es una antigua tradición chamánica y animista tibetana anterior a la llegada del budismo. El Bön influyó mucho en las creencias del Budismo Tibetano, creando una especie de sincretismo religioso.
Recientemente, el decimocuarto Dalái Lama, Tenzin Gyatso ha reconocido esta tradición como una de las seis principales escuelas espirituales del Tíbet, junto con las escuelas kagyu, nyingma, sakia, gelug y jonang.

Historia

El fundador mítico del Bön fue Tönpa Shenrab Miwoche quien según cuentan las tradiciones naciera en la no menos mítica tierra de "Tagzig Olmo Lung Ring" cuyo centro es el "Yungdrung Gutsek" (o "Yung-drung Gu-tzeg"). Tenzin Wangyal Rinpoche, fundador del "Ligmincha Institute", es uno de los representantes actuales más importantes de esta tradición.
La adaptación del Bon al Budismo, como consecuencia de la presión histórica ejercida por éste sobre el primero, configurará el Bon llamándolo "Bon Blanco", cuyos textos fundamentales son los Vehículos del Fruto. Por su parte, el "Bon Negro" o Bon Primitivo rechaza el budismo y sus enseñanzas se encuentran contenidas en los 4 Vehículos de la Causa, dando lugar a los 9 vehículos del canon Bonpo.
El Bon Negro o Primitivo comprende un conjunto de creencias genéricas sobre la naturaleza y, además, una serie de prácticas chamánicas de corte animista (esto es, la idea de que todos los seres, debido a la co-pertenencia a una misma naturaleza, pueden ejercer un poder dinámico unos sobre otros). En el universo Bon, que está constituido por 3 mundos: el de los dioses, el de los espíritus y el inferior o de los demonios, se requiere un mediador, el bonpo, que mantenga el equilibrio esencial. No resulta casual, pues, que éste sea considerado un sanador, sortero, oráculo (mediante el uso de múltiples mánticas) o, más aún, un psicopompo (guía a los muertos para que alcancen el cielo), que dirige los ritos funerarios. De este modo, el Bon Primitivo del Tíbet se relacionaría entonces con el chamanismo característico del Asia Central y septentrional ya que coincide con ellos en practicar un culto al cielo.
Los seguidores del Bon Negro solo reconocen en el Dalai Lama un soberano civil sin poder religioso.

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