(También llamado Paolo Veronese)
Un eminente pintor de la escuela veneciana; nacido en Verona, en 1528; muerto en Venecia el 19 de Abril de 1588. Era hijo de un escultor, Gabriele Caliari, y se educó al principio en el arte de su padre, pero su gusto le llevó a la pintura; e ingresó en el estudio de Antonio Badile, un pintor veronés de cierta reputación. Sus primeras obras las llevó a cabo en Verona, en Mantua y en Castelfranco. En este último lugar decoró la Villa Soranzo con grandes frescos. Fue llamado a Venecia y encargado de decorar el techo de San Sebastiano, produciendo su obra tal satisfacción que fue además empleado para pintar un retablo y obras menores en la misma iglesia. Las pinturas históricas que ejecutó en un castillo cerca de Vicenza llamaron la atención de Tiziano, que le seleccionó para llevar a cabo parte de la decoración de la gran sala de la Biblioteca de San Marcos, y sus tres medallones le hicieron ganar la cadena de oro ofrecida a la mejor pintura de la biblioteca. En 1562 pintó su gran cuadro, las “Bodas de Caná” (ahora en el Louvre) para el convento de San Giorgio Maggiore, siguiéndole otras varias escenas de banquetes. El año siguiente estuvo de nuevo en la iglesia de San Sebastiano pintando dos soberbios murales que pintan el martirio de San Sebastián y la ejecución de los Santos Marcelo y Marcelino. Este mismo año decoró en estilo magistral la Villa Masiera de Palladio, no lejos de Treviso. Poco después de 1566, Veronese fue a Roma en el séquito del embajador de la República de Venecia, Guniani, y estudió cuidadosamente las obras de Miguel Ángel y Rafael, pero rápidamente volvió a su región natal; el resto de su vida lo pasó al servicio de la República de Venecia, y fue enterrado en la iglesia de San Sebastiano. Se casó con la hija de Antonio Badile y tuvo una extensa familia, adoptando dos de sus hijos, Gabriele (nacido en 1568) y Carletto (nacido en 1570) la profesión de su padre. Se afirma que era un hombre de carácter dulce, amistoso y generoso, muy afecto a su familia, y grandemente estimado por todos los que lo conocían. Fue un pintor de prodigiosa facilidad e incansable energía, y sus pinturas son sumamente decorativas, brillando con vistosos colores, y compuestas espléndidamente. Sus pinturas son todas francamente anacrónicas, y no pretende pintar las escenas religiosas en el ambiente que les correspondería. No hay en ellas huella de sentimiento religioso, y ningún intento de producir una emoción tal. Los asuntos eran tratados por el pintor puramente como ofreciendo buenas posibilidades para la representación pictórica, e introducía personajes históricos en sus vistosas escenas sin tener en cuenta en absoluto la unidad histórica, meramente con vistas al encanto decorativo. Su finalidad era la magnificencia, y la iglesia de San Sebastiano es un espléndido monumento de su magistral habilidad en la decoración. Brilla con su suntuoso colorido. Su “Visión de Santa Elena”, en la National Gallery, Londres, nos demuestra, sin embargo, que tenía un profundo sentimiento poético, que no siempre aparece en sus mejor conocidas escenas de banquetes. Una de las peculiaridades de sus grandes escenas es su costumbre de introducir detalles irreverentes, tales como enanos, guardias suizos, perros, gatos, monos y otros animales, en asuntos bíblicos, y por hacer eso fue convocado dos veces ante la Inquisición y reprendido severamente. Los inquisidores estaban particularmente escandalizados por la introducción de los guardias suizos, que suponían eran protestantes, y por la figura de un discípulo al que se pinta en el acto de limpiarse los dientes con un tenedor.
Se debe aludir a los grupos familiares de cuerpo entero que este artista pintó. En “La familia de Darío ante Alejandro”, toda la noble cualidad del pintor se ve a la perfección. El colorido es soberbio, el toque brillante y seco, la composición inigualable, mientras que las grandiosas figuras masculinas y las hermosas mujeres son dignas de toda alabanza. Era sumamente aficionado a las composiciones gigantescas, y Tintoretto fue el único pintor que le superó en el uso de enormes lienzos. Sin duda estuvo influido por Carotto, Brusasorci y otros pintores veroneses, y el efecto de su temprana formación en Verona puede verse en todas sus obras, pero en la espléndida pompa del color y en la presentación de una noble raza de seres humanos en pleno disfrute de los deleites de la vida es un verdadero seguidor de la escuela de la gran república. Se ha dicho bien que la belleza de sus figuras está más dirigida a los sentidos que al alma, pero debe tenerse en cuenta que sus cuadros tienen un sentimiento por la gracia y el esplendor de la vida que les separa completamente de las demás escuelas del periodo. Venecia tiene muchas obras de Paolo Veronese, y hay muchos de sus cuadros en Florencia, Milán, Dresde, Munich, Viena, Londres, París y Castelfranco, en tanto que más de una docena de obras suyas han de verse en Madrid. Su obra decorativa de frescos sólo puede estudiarse en la comarca alrededor de Venecia, en las Villas Fanzolo, Tiene, Masiera y Magnadole.
Hay una detallada descripción de su decoración de la Villa Masiera por BLANC en La Gazette des Beaux-Arts. Ver también SIRET, KÖGLER, BRYAN, Diccionario. GEORGE CHARLES WILLIAMSON Trascrito por Matthew Reak Traducido por Francisco Vázquez
Un eminente pintor de la escuela veneciana; nacido en Verona, en 1528; muerto en Venecia el 19 de Abril de 1588. Era hijo de un escultor, Gabriele Caliari, y se educó al principio en el arte de su padre, pero su gusto le llevó a la pintura; e ingresó en el estudio de Antonio Badile, un pintor veronés de cierta reputación. Sus primeras obras las llevó a cabo en Verona, en Mantua y en Castelfranco. En este último lugar decoró la Villa Soranzo con grandes frescos. Fue llamado a Venecia y encargado de decorar el techo de San Sebastiano, produciendo su obra tal satisfacción que fue además empleado para pintar un retablo y obras menores en la misma iglesia. Las pinturas históricas que ejecutó en un castillo cerca de Vicenza llamaron la atención de Tiziano, que le seleccionó para llevar a cabo parte de la decoración de la gran sala de la Biblioteca de San Marcos, y sus tres medallones le hicieron ganar la cadena de oro ofrecida a la mejor pintura de la biblioteca. En 1562 pintó su gran cuadro, las “Bodas de Caná” (ahora en el Louvre) para el convento de San Giorgio Maggiore, siguiéndole otras varias escenas de banquetes. El año siguiente estuvo de nuevo en la iglesia de San Sebastiano pintando dos soberbios murales que pintan el martirio de San Sebastián y la ejecución de los Santos Marcelo y Marcelino. Este mismo año decoró en estilo magistral la Villa Masiera de Palladio, no lejos de Treviso. Poco después de 1566, Veronese fue a Roma en el séquito del embajador de la República de Venecia, Guniani, y estudió cuidadosamente las obras de Miguel Ángel y Rafael, pero rápidamente volvió a su región natal; el resto de su vida lo pasó al servicio de la República de Venecia, y fue enterrado en la iglesia de San Sebastiano. Se casó con la hija de Antonio Badile y tuvo una extensa familia, adoptando dos de sus hijos, Gabriele (nacido en 1568) y Carletto (nacido en 1570) la profesión de su padre. Se afirma que era un hombre de carácter dulce, amistoso y generoso, muy afecto a su familia, y grandemente estimado por todos los que lo conocían. Fue un pintor de prodigiosa facilidad e incansable energía, y sus pinturas son sumamente decorativas, brillando con vistosos colores, y compuestas espléndidamente. Sus pinturas son todas francamente anacrónicas, y no pretende pintar las escenas religiosas en el ambiente que les correspondería. No hay en ellas huella de sentimiento religioso, y ningún intento de producir una emoción tal. Los asuntos eran tratados por el pintor puramente como ofreciendo buenas posibilidades para la representación pictórica, e introducía personajes históricos en sus vistosas escenas sin tener en cuenta en absoluto la unidad histórica, meramente con vistas al encanto decorativo. Su finalidad era la magnificencia, y la iglesia de San Sebastiano es un espléndido monumento de su magistral habilidad en la decoración. Brilla con su suntuoso colorido. Su “Visión de Santa Elena”, en la National Gallery, Londres, nos demuestra, sin embargo, que tenía un profundo sentimiento poético, que no siempre aparece en sus mejor conocidas escenas de banquetes. Una de las peculiaridades de sus grandes escenas es su costumbre de introducir detalles irreverentes, tales como enanos, guardias suizos, perros, gatos, monos y otros animales, en asuntos bíblicos, y por hacer eso fue convocado dos veces ante la Inquisición y reprendido severamente. Los inquisidores estaban particularmente escandalizados por la introducción de los guardias suizos, que suponían eran protestantes, y por la figura de un discípulo al que se pinta en el acto de limpiarse los dientes con un tenedor.
Se debe aludir a los grupos familiares de cuerpo entero que este artista pintó. En “La familia de Darío ante Alejandro”, toda la noble cualidad del pintor se ve a la perfección. El colorido es soberbio, el toque brillante y seco, la composición inigualable, mientras que las grandiosas figuras masculinas y las hermosas mujeres son dignas de toda alabanza. Era sumamente aficionado a las composiciones gigantescas, y Tintoretto fue el único pintor que le superó en el uso de enormes lienzos. Sin duda estuvo influido por Carotto, Brusasorci y otros pintores veroneses, y el efecto de su temprana formación en Verona puede verse en todas sus obras, pero en la espléndida pompa del color y en la presentación de una noble raza de seres humanos en pleno disfrute de los deleites de la vida es un verdadero seguidor de la escuela de la gran república. Se ha dicho bien que la belleza de sus figuras está más dirigida a los sentidos que al alma, pero debe tenerse en cuenta que sus cuadros tienen un sentimiento por la gracia y el esplendor de la vida que les separa completamente de las demás escuelas del periodo. Venecia tiene muchas obras de Paolo Veronese, y hay muchos de sus cuadros en Florencia, Milán, Dresde, Munich, Viena, Londres, París y Castelfranco, en tanto que más de una docena de obras suyas han de verse en Madrid. Su obra decorativa de frescos sólo puede estudiarse en la comarca alrededor de Venecia, en las Villas Fanzolo, Tiene, Masiera y Magnadole.
Hay una detallada descripción de su decoración de la Villa Masiera por BLANC en La Gazette des Beaux-Arts. Ver también SIRET, KÖGLER, BRYAN, Diccionario. GEORGE CHARLES WILLIAMSON Trascrito por Matthew Reak Traducido por Francisco Vázquez
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