(Kannees, Kanys, probablemente también De Hondt).
Nacido en Nimwegen en Holanda, el 8 de mayo de 1521; murió en Fribourg,
el 21 de noviembre de 1597. Su padre fue un rico burgomaestre, Jacobo
Canisius; su madre, Aegidia van houweningen, quien murió muy poco
después del nacimiento de Pedro.
En 1536 Pedro fue enviado a Colonia, donde estudió artes, leyes, y teología en la universidad. Estuvo durante 1539 en la Universidad de Louvain y en 1540 recibió el título de Master en Artes en Colonia. Nicolás van Esche fue su consejero espiritual, y fue amigo de católicos como Jorge de Skodborg (el arzobispo expulsado de Luna), Johann Gropper (canon de la catedral), Eberhard Billick (monje carmelita), Justus Lanspergius, y de otros monjes cartusianos.
Aunque su padre deseaba que se casara con una mujer con riquezas, el 25 de febrero de 1540, él juró que se mantendría célibe. En 1543 visitó al Padre Faber y realizó “ejercicios espirituales” bajo su dirección. Fue admitido en la Sociedad de Jesús en Mainz, el 8 de mayo. Con la ayuda de Leonhard Kessel y otros, Canisius, trabajando con grandes dificultades, fundó en Colonia la primera casa alemana de la orden. Al mismo tiempo predicó en la ciudad y sus vecindades, y debatió y enseñó en la universidad.
En 1546 fue admitido al sacerdocio, y muy poco después fue enviado por los clérigos y la universidad, ante el Emperador Carlos V, el nuncio y los clérigos de Liege, para obtener asistencia de ellos, contra el apóstata Arzobispo Hermann von Wied, que había intentado pervertir la diócesis.
En 1547, participó en el concilio eclesiástico general como teólogo del Cardenal Otto Truchsess von Waldburg, Obispo de Augsburg. Esta actividad se llevó a cabo en Trent y en Boloña. Habló dos veces ante la congregación de los teólogos. Luego de esto estuvo varios meses bajo la dirección de Ignacio en Roma.
En 1548 enseñó retórica en Messina, Sicilia, enseñando italiano y latín. Durante este tiempo, el Duke William IV de Bavaria requirió de Paul III que le enviara algunos profesores de la Sociedad de Jesús para la Universidad de Ingolstadt; Canisius estuvo entre los seleccionados.
El 7 de septiembre de 1549, hizo su solemne profesión como jesuita en Roma, en la presencia del fundador de la orden. En su viaje más al norte, en Boloña, recibió su grado de doctor en teología. El 13 de noviembre, acompañado de los padres Jaius y Salieron, llegó a Ingolstadt, donde enseñó teología, catequizó y predicó.
En 1551 fue electo rector de la universidad, y en 1552 fue enviado por Ignacio al nuevo colegio de Viena. Allí también enseñó teología en la universidad, predicó en la catedral de San Esteba, y en la corte de Fernando I, y fue confesor en el hospital y en la prisión. Durante la cuaresma de 1553, visitó muchas parroquias abandonadas en la parte baja de Austria, predicando y administrando sacramentos.
El hijo mayor del rey (más tarde Maximiliano II) había nombrado como predicador, a Phauser, un sacerdote casado que enseñaba la doctrina luterana. Canisius le advirtió a Fernando I acerca del hecho tanto en forma verbal como escrita, y se opuso a Phauser en disputas públicas. Maximiliano fue obligado a despedir a Phauser a raíz de estos hechos, y por el resto de su vida, el sacerdote despedido se mantendría contra Canisius.
Fernando le ofreció tres veces que fuese obispo de Viena, pero lo rechazó. En 1557 Julio III le nombró administrador del obispado por un año, pero Canisius tuvo éxito en desprenderse de esta carga (cf. N. Paulus in "Zeitschrift für katholische Theologie", XXII, 742-8). En 1555 fue presentado en la Dieta de Augsburg con Fernando, y en 1555-6 predicó en la Catedral de Praga.
Después de largas negociaciones y preparaciones, fue capaz de abrir colegios jesuitas en Ingolstadt y Praga. En ese mismo año Ignacio le nombró primer provincial superior de Alta Alemania (Swabia, Bavaria, Bohemia, Hugría, baja y alta Austria). Durante el invierno e 1556-57 actuó como consejero del rey de los romanos en la dieta de Ratisbon y pronunció muchos sermones en la catedral.
Por nombramiento de los príncipes católicos y la orden del papa, tomó parte en las discusiones religiosas de Worms. Como dirigente máximo de los católicos frecuentemente habló en oposición a Melanchthon. El hecho de que los protestantes no estuvieran de acuerdo entre ellos y que se vieran obligados a abandonar el evento, fue en gran medida producto de la actividad de Canisius. También predicó en la catedral de Worms.
Durante el tiempo de Adviento y Navidad, visitó al Obispo de Strasburgo en Zabern. Principió negociaciones a fin de construir un colegio jesuita en esa localidad, predicó, explicó el catecismo a los niños y escuchó confesiones. También predicó en la catedral de Strasburgo y fortaleció a los católicos en su fe, en Alsacia y Freiburgo. En su viaje a Frankfort para ser proclamado emperador, Fernando se encontró con Pedro en Nuremberg; el futuro emperador le contó sus problemas.
El Duque Alberto V de Bavaria aseguró sus servicios; en Straubing los pastores y los predicadores se habían ido, luego de persuadir a la gente a que se alejaran de la fe católica. Canisius estuvo en esta ciudad durante seis semanas, predicando unas cuatro veces al día, y con su gentileza no hizo daño. De Straubing fue llamado a Roma para estar presente en la Primera Congregación General de su orden, pero antes de que finalizara, Paulo IV le envió con el nuncio Mentuati a Polonia, a la Dieta Imperial de Pieterkow; en Cracovia él se dirigió a los clérigos y a los miembros de la universidad.
En el año 1559 fue requerido por el emperador para presentarse en la Dieta de Augsburgo. Allí llegó a ser predicador en la catedral y mantuvo esa posición hasta 1566. Sus manuscritos muestran el gran cuidado que tuvo en la escritura de sus sermones. En una serie de los mismos se refirió a la condición del hombre, al Decálogo, la Misa, y las profecías de Jonás.
Al mismo tiempo, rara fue la vez que no hacía referencia al evangelio durante el día. Hablo de mantenerse con el espíritu de los tiempos, explicando la justificación del hombre, la libertad cristiana, la forma apropiada de interpretar las escrituras, defensa de la veneración de los santos, las ceremonias de la Iglesia, los votos religiosos, las indulgencias.
Hizo llamados urgentes en cuanto a la obediencia a las autoridades cristianas, la confesión, comunión, el ayuno, y la caridad. Censuró las faltas de los clérigos, a veces realizó esto de manera aguda, punzante; estaba consciente de que estas faltas fueron en muchos casos públicas y que con ello se favorecía a la reforma. Contra la influencia del mal, recomendó medios de defensa que habían sido utilizados desde los inicios de la iglesia en los primeros siglos: la fe viva, oración, bendiciones eclesiásticas y actos de penitencia.
De 1561 a 1562 predicó cerca de doscientos diez sermones, además de participar en retiros y de enseñar el catecismo. En la catedral, el altar donde daba confesiones y ofrecía Misa, estaba rodeado de multitudes. La envidia de algunos clérigos de la catedral fue creciendo, y Canisius y sus compañeros fueron acusados de usurpar derechos parroquiales. El papa y el obispo fueron favorables a los jesuitas, pero la mayoría de quienes estaban más cercanos se opusieron a ellos. Canisius fue obligado a firmar un acuerdo mediante el cual mantenía el púlpito, pero concedía el derecho de administrar sacramentos en la catedral.
En 1559 inauguró un colegio en Munich, en 1562 estuvo en Trent como teólogo papal. El concejo estuvo discutiendo si la comunión podía ser administrada también a laicos que pudieran no estar totalmente comprometidos con la fe católica. Lainez, el general de la Compañía de Jesús, se opuso a ello de manera incondicional.
Canisius mantuvo que se podía administrar el sacramento a bohemios y a algunos católicos cuya fue no estuviera muy firme. Luego de un mes, salió para Trent, pero continuó con su trabajo en apoyo a los padres y obispos, reportando la condición de los asuntos públicos y de los libros que se publicaban recientemente.
En la primavera de 1563 brindó un servicio particularmente importante a la Iglesia. El emperador tenía que llegar a Innsbruck (cerca de Trent), y se perfilaba que iba a enfrentar a varios académicos y eruditos como adversarios, incluyendo a Canisius. Algunos de estos hombres fomentaron un mal clima de relación entre el emperador con el papa y los cardenales que presidían el consejo. Durante meses Canisius trató de conciliar tal situación con la curia.
Nuestro personaje había sido culpado injustamente por comunicar a la general y a los representantes acerca de los planes de Fernando, los cuales podrían haber terminado en lo contrario a lo que era la intención: de que el consejo se disolviera y que se tuviera una nueva apostasía.
El emperador finalmente concedió al papa todas las demandas y el consejo fue capaz de culminar su labor de manera pacífica. Toda Roma alabó la acción de Canisius, pero muy rápidamente después, fue denunciado como desleal y perdió el favor de Fernando. En ese mismo tiempo, el religioso cambió su opinión sobre dar los sacramentos a ciertos laicos (algo en lo cual el emperador confiaba para aliviar sus dificultades). Al respecto Canisius indicó que tal concesión solamente tendería a crear confusión entre los católicos y a animar aún más la desobediencia entre los recalcitrantes.
En 1562 el Colegio de Innsbruck fue inaugurado por Canisius. Por ese mismo tiempo él actuaba en calidad de confesor de la Reina Magdalena (declarada venerable en 1906 por Pio X, hija de Fernando I, quien vivió para sus cuatro hermanas en Innsbruck). También era el consejero espiritual de las hermanas de Magdalena.
A requerimiento de ellas fue enviado como confesor de la sociedad, y cuando Magdalena presidió el convento, nuestro personaje le envió direcciones para poder alcanzar la perfección cristiana. En 1563 predicó en los monasterios de Swabia; en 1564, envió a los primeros misioneros a la Baja Bavaria, y recomendó al sínodo provincial de Salzburgo que no se diera la copa a los laicos, en tanto se tuviera autoridad para ello; su consejo, sin embargo, no fue atendido.
Fue en este mismo año, que Canisius abrió un colegio en Dilligen y asumió en nombre de la orden, la administración de la universidad que había sido fundada allí por el Cardenal Truchsess. En 1565 tomó parte en la Segunda Congregación General de la orden en Roma. Mientras estaba en esta ciudad visitó a Felipe, hijo del filologista protestante Joaquín Camerarius, en ese tiempo prisionero de la inquisición, e instruyó y le consoló.
Pío IV le envió como su nuncio secreto a entregar los decretos del Concilio de Trento a Alemania; el papa también le comisionó a fin de reforzar la idea de que los príncipes católicos debían de defender la Iglesia en la dieta que se avecinaba y negociar la fundación de colegios y seminarios.
Canisius negoció con cierto grado de éxito con los electores de Mainz y Traer, con los obispos de Augusburgo, Würzburg, Osnabrück, Münster, y Paderborn, con el Duque de Jülich-Cleves-Berg, y con la ciudad y la universidad de Colonia; también visitó Nimwegen, predicando allí y en otros lugares; su misión sin embargo, fue interrumpida por la muerte del papa.
Pío V deseaba su continuación, pero Canisius requirió ser relegado de esa condición. Indicó que se le estaba creando un clima en el que se hablaba de que era espía, de arrogancia, de interferir en política (para un detallado recuento de su misión, véase "Stimmen aus Maria-Laach", LXXI, 58, 164, 301).
En la Dieta de Augsburgo (1566) Canisius y otros teólogos, por orden del papa, dieron sus servicios al cardenal delegado Commendone; con la ayuda de sus amigos tuvo éxito aunque con gran dificultad, en persuadir al delegado de que no presentara su protesta contra la paz religiosa, y por tanto así se prevenía una nueva guerra fratricida.
Los miembros católicos aceptaron los decretos del Concilio, los designios de los protestantes fueron frustrados y desde ese tiempo principió una vida vigorosa para los católicos en Alemania. Ese mismo año, Canisius fue a Wiesensteig, donde visitó e hizo retornar a la iglesia luterana del Conde de Helfenstein y al condado entero. Y preparó para la muerte a dos brujas que habían sido abandonadas por los predicadores luteranos.
En 1567 predicó los sermones de la Cuaresma en la catedral de Würzburg. Dio instrucciones dos veces a la semana en una iglesia franciscana, así como también atendió a los niños y las domésticas del pueblo; discutió además con el obispo, la fundación de un colegio jesuita en esa localidad. Luego siguió el sínodo diocesano de Dillingen (en el cual Canisius fue el consejero principal del Obispo de Augsburg). Realizó viajes a Würzburg, Mainz, Séller y visitó al Obispo de Strasburg, a quien aconsejó, aunque sin tener éxito.
En Dillingen recibió la aplicación de Stanislaus Kostka para ingresar a la Compañía de Jesús, y le envió con recomendaciones ante el general de la orden en Roma. Fue en este tiempo que llegó a resolver exitosamente una disputa en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Ingolstadt.
Entre 1567 y 1568 fue en varias ocasiones a Innsbruck, donde en nombre del general, consultó con le Archiduque Fernando II y sus hermanas acerca de los confesores de la archiduquesa y sobre el establecimiento de una casa jesuita. En 1569 el general aceptó el colegio.
Durante la Cuaresma de 1568 predicó en Ellwangen en Würtemberg; de allí fue a ver al Cardenal Truchsess a Roma. La Alta Provincia de Alemania había elegido al provincial como su representante; la elección fue ilegal, pero Canisius fue admitido. Durante meses recolecto materiales en las bibliotecas de Roma, acerca de un gran trabajo que estaba preparando.
En 1569 regresó a Augsburg y predicó sermones de Cuaresma en la Iglesia de San Mauricio. Habiendo sido provincial durante trece años (un tiempo extraordinariamente largo) fue relegado de su cargo debido a su propio requerimiento, y enviado a Dillingen, donde escribió, catequizó, escuchó confesiones, pero su respiro fue breve. En 1570 fue obligado a ir nuevamente a Augsburg.
Un año más tarde fue a Innsbruck y aceptó la oficina del predicador de la corte del Archiduque Fernando II. En 1575 Gregorio XIII envió con él, mensajes papales al archiduque y al duque de Bavaria. Cuando llegó a Roma para presentar su reporte, se estaba reuniendo la Tercera Congregación General de la orden, y se requirió que Canisius estuviera presente.
Desde este tiempo estuvo predicando en la parroquia de Innsbruck hasta la Dieta de Ratisbon (1576), a la cual asistió como teólogo del cardenal delegado Morone. Al siguiente año supervisó en Ingolstadt la impresión de un importante trabajo, e indujo a los estudiantes de la universidad a fundar una agrupación dedicada a la Santísima Virgen. Durante la Cuaresma de 1578, predicó en la corte del Duque William de Bavaria en Landshut.
El nuncio Bonhomini deseaba tener un colegio de la Compañía en Fribourgo; la orden en un principio, rehusó tal pedido debido a la carencia de hombres, pero el papa intervino y a fines de 1580, Canisius puso la primera piedra. En 1581, fundó la agrupación dedicada a la Santísima Virgen, la que contó con la participación de ciudadanos, y luego, muy pronto, se incorporaron mujeres y estudiantes. En 1582, las escuelas abrieron y predicó en la iglesia y otros lugares hasta 1589.
En esas localidades se hacía sentir la influencia protestante. Canisius trabajó infatigablemente con Peter Schnewly, el franciscano Johannes Michel, y otros a fin de revivir los sentimientos religiosos entre las personas. Desde entonces, Fribourgo ha permanecido como un sólido bastión de la Iglesia Católica.
En 1584, en su camino para participar en otra reunión de la orden en Augsburg, predicó en Lucerna y realizó un peregrinaje ante la milagrosa imagen de la Santísima Virgen de Einsiedeln. De acuerdo con su recuento, fue allí que San Nicolás, el santo patrono de Fribourg, le dio a conocer el deseo que tenía de que Canisius no se fuera de Friboug otra vez.
Muchas veces los superiores de la orden planearon transferirlo a otra casa, pero el nuncio, el consejo de la ciudad, los ciudadanos por sí mismos, se opusieron a la medida. Ellos no podían consentir perder a tan famoso y santo hombre. Los últimos años de su vida los dedicó a la instrucción de los conversos, a hablar sobre asuntos espirituales a sus hermanos de la orden, a escribir y a reeditar libros.
Las autoridades de la ciudad ordenaron que su cuerpo fuera sepultado en el altar principal de la iglesia de San Nicolás; de los restos fueron trasladados en 1625 a San Michael, la iglesia del Colegio Jesuita.
Canisius sostuvo que defender las verdades de la Iglesia Católica con la pluma, era tan importante como la conversión de los hindúes. En Roma, como en Trento, urgió al establecimiento de un concilio, de una corte papal; en otras partes de Italia, pidió también que se instalaran esas instancias a fin de escribir en defensa de la fe católica.
Canisius le pidió vehementemente a Pío V que enviara subsidios anuales a los impresores católicos de Alemania, y que permitiera que los académicos alemanes editaran manuscritos romanos. Indujo también al consejo de la ciudad de Fribourg a que estableciera una imprenta y a que asegurara especiales privilegios para los impresores. Se mantuvo en contacto con los impresores católicos de la época, tal el caso de Plantin de Antwerp, Cholin de Colonia, y Mayer de Dillingen. Tuvo libros extranjeros reimpresos en Alemania, por ejemplo los trabajos de Andrada, Fontidonio y Villalpando en defensa del Concilio de Trento.
Nuestro personaje advirtió a los generales de la orden sobre crear un colegio de autores; urgió a los académicos como Bartolomeo Latomus, Federico Staphylus, y Hieronymus Torensis a que publicaran sus obras; asistió a Onofrio Panvinio y al polémico Estanislao Hosius, leyendo sus manuscritos y corrigiendo pruebas. Contribuyó al trabajo de su amigo Surius en los consejos.
Debido a su solicitud la obra "Briefe aus Indien", las primeras relaciones de los misioneros católicos, fueron publicadas (Dillingen, 1563-71); "Canisius", escribió el predicador protestante Witz, "debido a su actividad dio impulse a muchas obras, lo que merece nuestro indiscutible reconocimiento, y admiración" ("Petrus Canisius", Vienna, 1897, p. 12).
La última bibliografía sobre la Compañía de Jesús dedica treinta y ocho páginas a una lista de trabajos publicados por Canisius y a sus diferentes ediciones; a eso debe agregarse que la lista es incompleta. Los más importantes trabajos de nuestro personaje se describen a continuación, el asterisco significa que el trabajo contiene el nombre de Canisius ya sea en el título de la página o en el prefacio.
Su trabajo principal es el triple "Catechism". En 1551 el Rey Fernando I le pidió a la Universidad de Viena que escribiera un compendio de la doctrina cristiana y Canisius escribió (Vienna, 1555), al principio para los estudiantes avanzados, su "Summa doctrinæ christianæ . . . in usum Christianæ pueritiæ", doscientas once preguntas en cinco capítulos (la primera edición apareció sin el nombre del autor, pero todas las ediciones posteriors sí tienen su nombre).
Luego escribió un extracto para niños, "Summa . . . ad captum rudiorum accommodata" (Ingolstadt, 1556), el que fue publicado como un apéndice en el "Principia Grammatices"; su catecismo para los grados bajos e intermedios, "Parvus Catechismus Catholicorum" (más tarde conocido como "Institutiones christianæ pietatis" or "Catechismus catholicus"), es un extracto del catecismo más desarrollado, escrito en el invierno de 1557-58.
De la primera edición (Colonia, 1558) no existen copias. La edición alemana apareció en Dillingen, 1560. La “Summa” solamente recibió su forma definitiva en la edición de Colonia de 1556; contiene doscientas veinticuatro preguntas y dos mil citas de las escrituras, y cerca de mil doscientas citas de los Padres de la Iglesia, las que están escritas en los márgenes; más tarde, todas esas preguntas fueron compiladas en el original de Pedro Busaeus, S.J. y aparecieron en cuatro volúmenes bajo el título de "Authoritates Sacræ Scripturæ et Sanctorum patrum" (Cologne, 1569-70).
En 1557 Johannes Hasius, S.J. publicó el mismo trabajo en un volumen de folios largos, titulado "Opus catechisticum", para el cual Canisius escribió una introducción. El catecismo de Canisius es muy notable en cuanto a que contiene enseñanzas correctas, es claro y tiene oraciones positivas en forma digna. Aún hoy se le reconoce como un trabajo que es una obra maestra por no católicos, por ejemplo historiadores como Ranke, Menzel, Philippson, y teólogos como Kawerau, Rouffet, Zerschwitz.
Pío V le confió a Canisius la refutación de los Centuriones de Magdeburg. Canisius abordó la prueba de deshonestidad de esos personajes por medio de exponer el tratamiento que hacían de las personas principales de los Evangelios, tales como Juan el Bautista, la Madre de Dios, el Apóstol Pedro, y publicó (Dillingen, 1571) su siguiente trabajo importante, "Commentariorum de Verbi Dei corruptelis liber primus: in quo de Sanctissimi Præcursoris Domini Joannis Baptistæ Historia Evangelica . . . pertractatur".
Aquí la refutación de los errores del protestantismo es de carácter exegético e histórico, más que escolástico. En 1577 "De Maria Virgine incomparabili, et Dei Genitrice sacrosancta, libri quinque" fue publicado en Ingolstadt. Más tarde unió estos dos trabajos en un libro con dos volúmenes, "Commentariorum de Verbi corruptelis" (Ingolstadt, 1583, y más tarde en París y Lyon).
Para ese entonces, solamente había empezado su tratado sobre San Pedro y su primacía. Un trabajo sobre la Virgen María contiene varias citas de los Padres de la Iglesia que no habían sido impresas con anterioridad, y hacen referencia a la adoración de María por parte de la Iglesia. Un famoso teólogo de nuestros días se refirió a este trabajo como un clásico de la defensa de la doctrina católica como un todo, en referencia a la Santísima Virgen (Scheeben, “Dogmatik”, III, 478).
En 1543 publicó (con el nombre de Petrus Nouiomagus) "Des erleuchten D. Johannis Tauleri, von eym waren Euangelischen leben, Göttliche Predig. Leren". En este trabajo aparecen por primera vez, varios escritos dominicos de carácter místico. Este fue el primer libro publicado por un jesuita, "Divi Cyrilli archiepiscopi Alexandrini Opera" (Latin translation, 2 fol. vols., Cologne, 1546).
En la obra "D. Leonis Papæ huius nominis primi . . . Opera" (Cologne, 1546, luego impreso en Venecia, Louvain y Colonia), Leo es presentado como un testigo de las enseñanzas católicas y de la disciplina de la Iglesia contra los innovadores; "De consolandis ægrotis" (Vienna, 1554), contiene exhortaciones (latín, alemán e italiano) y oraciones, con un prefacio de Canisius. En "Lectiones et Precationes Ecclesiasticæ" (Ingolstadt, 1556), se presenta un libro de oraciones para estudiantes, reimpreso más de treinta veces bajo el título de "Epistolæ et Evangelia".
En *"Principia grammatices" (Ingolstadt, 1556); tuvo una adaptación a la gramática Latina de Hannibal Codrett, y fue adaptado para los estudiantes por obra de Canisius, y reimpreso en 1561, 1564 and 1568; *"Ordnung der Letaney von vnser lieben Frawen" [Dillingen (1558)], fue el primer documento de que se tiene noticia de ser impreso de las Letanías de Loreto (Macerata, 1576), se cree que Canisius arregló los textos, *"Vom abschiedt des Coloquij zu Wormbs" (s. l. a., 1558?).
A requerimiento de Fernando II de Tyrol, Canisius supervisó la publicación de *"Von dem hoch vnd weitberhümpten Wunderzeichen, so sich . . . auff dem Seefeld . . . zugetragen" (Dillingen, 1580), y escribió un largo prefacio para esa obra; luego apareció "Zwey vnd neuntzig Betrachtung vnd Gebett, dess . . . Bruders Clausen von Vnterwalden" (Fribourg, 1586); "Manuale Catholicorum. In usum pie precandi" (Fribourg, 1587);
En "Zwo . . . Historien . . . Die erste von . . . S. Beato, ersten Prediger in Schweitzerland. Die andere von . . . S. Fridolino, ersten Prediger zu Glaris vnd Seckingen" (Fribourg, 1590), aquí se tiene la primera biografía de los santos especialmente dedicada a las condiciones de Suiza; Canisius no presenta aquí un ensayo académico, sino que hace énfasis en el ambiente suizo a fin de fortalecer la fe y la piedad. En "Notæ in Evangelicas lectiones, quæ per totum annum Dominicis diebus . . . recitantur (Fribourg, 1591), se tiene un gran cuarto volumen de sermons y meditaciones para los clérigos, "Miserere, das ist: Der 50. Psalm Davids . . . Gebettsweiss . . . aussgelegt" (Munich, 1594, Ingolstadt, 1594)
Otras obras en ese mismo sentido son, "Warhafte Histori . . . Von Sanct Moritzen . . . vnd seiner Thebaischen Legion . . . Auch insonderheit von Sanct Vrso" (Fribourg, 1594); *"Catholische Kirchengesäng zum theil vor vnd nach dem Catechismo zum teil sonst durchs Jahr . . . zusingen" (Fribourg, 1596); "Enchiridion Pietatis quo ad precandum Deum instruitur Princeps" (s. l., 1751), esta última es dedicada por Canisius en 1592 al emperador Fernando II (Zeitschrift für katholische Theologie; XIV, 741);
En "Beati Petri Canisii Exhortationes domesticæ", se tienen fundamentalmente notas breves editadas por G. Schlosser, S.J. (Roermond, 1876); "Beati Petri Canisii Epistulæ et Acta": 1541-65, editada por O. Braunsberger, S.J. (4 vols., Freiburg im Br., 1896-1905). Aún permanecen sin publicar cuatro o cinco volúmenes que contienen 1,195 documentos relacionados con el trabajo de Canisius.
El profesor de teología protestante, Krüger, indica que Canisius “fue un noble jesuita, sin mácula en su carácter” ("Petrus Canisius" in "Geschichte u. Legende", Giessen, 1898, 10). El principal rasgo de ese carácter fue el amor por Cristo y su trabajo. Dedicó su vida a defender, propagar y fortalecer a la Iglesia. De allí su devoción al papa. No negó los abusos de Roma, y demandó que se corrigieran rápidamente.
Canisius fue notable por la defensa del papa, al igual que lo hicieron sus hermanos de la orden de la Compañía de Jesús en Italia y España. No puede ser llamado un hombre episcopalian o semi-galo, su divisa fue “quien se adhiere a la Silla de Pedro, es mi hermano. Con Ambrosio I deseo seguir la Iglesia de Roma en cada aspecto”.
Pío V deseaba hacerlo cardenal. Existían varios obispos que lo tenían en gran estima, como eran Brendel de Mains, Brus de Pragua, Pflug de Naumburg, Blarer de Basle, Cromer de Ermland, y Spaur de Brixen. San Francisco de Sales buscó su consejo por carta. Disfrutó mucho de su amistad, al igual que los más distinguidos miembros del Colegio Cardenalicio, -Borromeo, Hosius, Truchsess, Commendone, Morone, Sirlet; de los nuncios, Delfino, Portia, Bonhomini y otros.
También estaban entre sus amigos, hombres de prominente aprendizaje eclesiástico como el Chancellor de la Universidad de Louvain, Ruard Tapper, el Provost Martin Eisengrein, Friedrich Staphylus, Franz Sonnius, Martin Rithovius, Wilhelm Lindanus, los vice-cancilleres Jacob Jonas y George Sigismund Seld, el canciller Bávaro Simon Thaddaeus Eck, así como Fuggers y Welsers de Augsburg.
El teólogo protestante suizo Gautier escribe en la “Vida Completa de Canisius”, “está animada por el deseo de formar una generación de clérigos devotos, capaces de servir de manera integral a la Iglesia” ("Etude sur la correspondance de Pierre Canisius", Geneva, 1905, p. 46).
En Ingolstadt sostuvo disputas y ejercicios sobre homilies entre los jóvenes clérigos. Llevó a cabo una elevación de los estándares científicos y religiosos del Georgianum. Reclutó y envió discípulos que habían de retornar a Roma.
Urgió a Gregorio XIII a hacer donaciones y a fundar instituciones similares en Alemania. Rápidamente seminarios papales fueron construidos en Pragua, Fulda, Braunsberg, y Dillingen. En Ingolstadt, Innsbruck, Munich, y las escuelas de Viena se siguieron los lineamientos de Canisius, tanto para los nobles como para los pobres. Los primeros se educaban con los clérigos de las catedrales, y los segundos con los clérigos de grados menores. Sus sugerencias fueron clave para publicaciones en las Universidades de Colonia, Ingolstadt, y Viena.
Con celo apostólico, amó a la Compañía de Jesús, el llamaba su segundo nacimiento, a la fecha en la cual había sido admitido en la Compañía. La obediencia a sus superiores fue su primera norma. Tuvo siempre un cuidado y amor paternal hacia las necesidades de sus subordinados.
Muy poco antes de su muerte, declaró que nunca se había arrepentido de haber sido un jesuita, y reflexionó sobre los abusos que los oponentes de la Iglesia habían realizado contra su orden y su persona. Johann Wigand escribió un vil panfleto contra su “Catecismo”; Flacius Illyricus, Johann Gnypheus, y Paul Scheidlich escribió libros contra tal obra; Melanchthon declaró que Canisius defendía errores con vehemencia.
En esa lista de agravios también se tiene a Chemnitz quien le llegó a llamar un cínico; el sátiro Fischart también le agravió; Andreæ Dathen, Gallus, Hesshusen, Osiander, Platzius, Roding, Vergerio, y otros, escribieron vigorosos ataques contra Canisius; en Pragua, los hussitas tiraron piedras en la iglesia en la cual oficiaba Misa; en Berna fue acosado por una multitude protestante.
En la Pascua de 1568 se vio obligado a predicar en la Catedral de Würzburg a fin de aclarar el rumor mediante el cual se indicaba que se había convertido al protestantismo. Afectado por esto señaló: “a medida que nuestros oponentes más nos calumnian, nosotros debemos amarles más”. Requirió que los autores católicos se ciñeran a la verdad con modestia y dignidad, sin temor al ridículo. Los nombres de Lutero y de Melanchthon nunca fueron mencionados en su “Catecismo”.
Fue siempre característico su amor por la gente alemana. Urgió a sus hermanos de la orden, a practicar el alemán con diligencia, y gustaba de escuchar himnos nacionales en alemán. A requerimiento de Canisius, San Ignacio decretó que todos los integrantes de la orden debían ofrecer Misas mensuales y oraciones por el bienestar de la gente de Alemania y de las tierras del norte. Nuestro personaje obtuvo clemencia del papa ante los fieles alemanes que tenían censuras eclesiásticas, y obtuvo permiso para absoluciones extraordinarias y dispensas derivadas de la ley del ayuno.
También deseo que se cambiara el Index, de manera que los confesores alemanes pudieran leer algunos libros, aunque en sus sermones alertó a los fieles a abstenerse de leer tales libros sin permiso. Mientras que fue rector de la Universidad de Ingolstadt, pasó una resolución prohibiendo el uso de libros de texto protestantes, y a su requerimiento, el Duque de Bavaria prohibió la importación de libros opuestos a la religión y la moral.
En Colonia pidió al concejo del pueblo que se prohibiera la impresión o venta de libros hostiles a la fe y la moral, y en Tyrol, el Archiduque Fernando II suprimió tales libros. Aconsejó al Obispo Urbano de Gurk, al predicador de la corte Fernando I, a no leer muchos libros protestantes, sino que en lugar de ello, estudiaran las Escrituras y los textos de los Padres.
En Nimwegen investigó en las bibliotecas de sus amigos y quemó los libros que tenían herejía. En medio de todo esto, Canisius permaneció esencialmente como un hombre de oración. Fue un ardiente seguidor del Rosario. Fue también uno de los precursores en cuanto a la devoción al Sagrado Corazón.
Durante su vida, su “Catecismo” apareció en más de doscientas ediciones en al menos doce lenguas. Fue una de las obras que influyó en San Aloysius Gonzaga para ingresar en la Compañía de Jesús.
El Catecismo convirtió, entre otros, al Conde Palatino Wolfang Wilhelm de Neuburg, y hasta el Siglo XVIII, en muchas regiones del mundo, las palabras Canisi y Catecismo, eran sinónimas. La obra fue el patrón de fundación de los catecismos que se imprimirían más tarde. Su prédica también tuvo una gran influencia.
En 1560 los clérigos de la Catedral de Augsburg testificaron que sus sermones habían hecho regresar a la fe Católica a unas novecientas personas. En mayo de 1562, se reportó que en la Pascua, se tuvo más de mil comulgantes, mucho más que en años anteriores. Canisius indujo a algunos prominentes fuggeres a regresar a la Iglesia, y convirtió luego al líder de los anabaptistas de Augsburg.
En 1537 los clérigos católicos habían desaparecido del concejo de la ciudad de Augsburg. Pero luego de la prédica de Canisius, y de las procesiones públicas que el llevó a cabo, los monasterios ganaron novicios, la gente formó multitudes en las indulgencias del jubileo, los peregrinos fueron de nuevo numerosos, y la Comunión de manera frecuente, fue la norma. Luego de las elecciones de 1562, hubo 18 protestantes y 27 católicos en el concejo de la ciudad. Canisius recibió la aprobación de Pío IV para una Breve especial en 1561.
Nuestro personaje rindió grandes servicios a la Iglesia por medio de la Compañía de Jesús. Las dificultades fueron grandes, carencia de novicios, insuficiente educación de algunos de los miembros más jóvenes, pobreza, plaga, animosidad de los protestantes, celos de parte de otros compañeros católicos, interferencia de los príncipes y de los concejos de las ciudades.
No obstante todo ello, Canisius introdujo la orden en Bavaria, Bohemia, Swabia, Tyrol, y Hungría. Y preparó el camino de la misma en Alsacia, Palatinato, Hesse y Polonia. Aún los oponentes admitieron que los jesuitas tenían una gran parte del mérito en salvar a los alemanes de la innovación religiosa. En esta tarea, Canisius fue el líder.
En muchos aspectos, Canisius fue producto de tiempos en los cuales se creía en extraños milagros, se mataban brujas y se tenía que tener fuerza contra los seguidores de otra fe. Sin embargo todo esto, Johannes Janssen no duda en declarar que Canisius fue el más prominente e influyente reformador del Siglo XVI (Geschichte des deutschen Volkes, 15ª, y 16ª ediciones, IV, p. 406).
A. Chroust escribe: “Canisius más que ningún otro hombre, salvó la Iglesia alemana para la Iglesia de Roma” (Deutsche Zeitschrift für Geschichtswissenschaft, nuevas series, II, 106). Se ha declarado que Canisius en muchos aspectos se parece a San Bonifacio, y que por tanto es llamado el segundo Apóstol de Alemania. El profesor protestante de teología, Paul Drews, señala: "Debe admitirse que, desde la perspective de Roma, él merece el título de Apóstol de Alemania" ("Petrus Canisius", Halle, 1892, p. 103).
En muy poco tiempo después de su muerte, se principió a reportar hechos milagrosos que se habrían obtenido luego de invocar su nombre. Su tumba fue visitada por peregrinos. La Compañía de Jesús decidió emprender su beatificación. Las investigaciones eclesiásticas de sus virtudes y milagros, fueron al principio conducidas por los Obispos de Fribourg, Dillingen y Freising (1625-90).
Los procedimientos apostólicos principiaron en 1734, pero fueron interrumpidos por desórdenes políticos y religiosos. Gregorio XVI les volvió a dar seguimiento en 1833; Pío IX, el 17 de abril de 1864, aprobó los cuatro milagros que se habían presentado, y el 20 de noviembre de 1869, tuvo lugar la solemne beatificación en la Plaza de San Pedro en Roma. En relación con esto, en el período de 1864-66, aparecieron más de treinta diferentes biografías.
Con ocasión del tricentenario de su muerte, León XIII envió a los obispos de Austria, Alemania y Suiza, su muy discutido documento "Epistola Encyclica de memoria sæculari B. Petri Canisii"; los obispos de Suiza dieron a conocer una pastoral colectiva; en numerosos lugares de Europa y en algunas localidades de Estados Unidos, este tricentenario fue celebrado con la publicación de unos cincuenta panfletos.
Con fin de animar la veneración de Canisius, se publica en Fribourg y Suiza, de manera mensual y desde 1896, el "Canisius-Stimmen" (en alemán y francés). El lugar del Colegio de San Miguel, donde Canisius murió, es actualmente una capilla. Su vestimenta y otros objetos materiales se conservan en diferentes casas de la orden. El Colegio Canisius en Búfalo posee preciosas reliquias.
En Broersstraat, Nimwegen, se conserva aún la habitación en la cual nació Canisius. Otros lugares dedicados a su memoria son: la estatua de Canisius en las plazas públicas de Fribourg, la estatua en la catedral de Augsbur, la Iglesia del Santo Salvador y la Vírgen de los Dolores. Recientemente se construyó en Viena, en Nimwegen, el Colegio Canisius.
En la 26ª reunión general de los católicos alemanes, llevada a cabo en Aachen, 1879, fue fundada una sociedad para la educación religiosa de jóvenes con el nombre de Canisius. La oración general que originó Canisius para los domingos, aún se reza en gran parte de Alemania y en muchos lugares de Austria y Suiza. Varios retratos de Canisius existen, ya sea en la Iglesia de San Nicolás y de San Miguel en Fribourg, o en el vestíbulo de la catedral de Augsburg.
También hay retratos suyos en la Iglesia de San Miguel en Munich, en el pueblo de Nimwegen, en la municipalidad de Ingolstadt, en el monasterio cistercense de Stams. El grabado en Pantaleo, "Prosopographia", III (Basle, 1566), no tiene mayor valor. Platos de Copper fueron producidos por (1619), Custos (1612), Sadeler (1628), Hainzelmann (1693), etc. En el Siglo XIX se desarrollaron: la pintura del vaticano debida a Fracassini, el grabado en acero de Jeckel, el grabado de Steinle (1886), y la pintura realizada por Leo Samberger.
En mayoría de estos casos, Canisius es representado con un catecismo y otros libros o bien rodeado por niños a quienes está instruyendo (véase además DOCTRINA CRISTIANA, CONTRA REFORMA, y COMPAÑÍA DE JESUS).
B.P. Canisii Epist. et Acta, ed. BRAUNSBERGER, (5 vols., Freiburg im Br., 1896-1905) s. v. Confessions and Testamentum; the Beatification Acts (algunos impresos como manuscritos en solamente unas pocas copias, los otros no han sido impresos); Mon. Hist. Societatis Jesu: Chronicon Polanci, Epistola quadrimestres mittæ etc., hasta ahora treinta volúmenes (Madrid. 1894--).
De las biografías, las siguientes son las más importantes: RADERUS, De Vita Canisii (Munich, 1614); SACCHINUS, De vita et rebus gestis P. Petri Canisii (Ingolstadt, 1616); BOERO, Vita del Beato Pietro Canisio (Roma, 1864); RIESS, Der selige Petrus Canisius (Freiburg, 1865); LE BACHELET in Dict. de Théol. Cath. (Paris, 1905), s. v. Canisius. Biografías en alemán: PRATISS (Vienna, 1865), MARCOUR (Freiburg, 1881), PFÜLF (Einsiedeln, 1897), MEHLER (Ratisbon, 1897); en latín PYTHON (Munich, 1710); en francés DORIGNY (París, 1707), SÉGUIN (París, 1864), BOVET (Fribourg, 1865, 1881), DE BERTIGNY (Fribourg, 1865), MICHEL (Lille, 1897); en dutch DE SMIDT (Antwerp, 1652), SÉGUIN-ALLARD (Nimwegen, 1897); en italiano FULIGIATTI (Roma, 1649), ODDI (Nápoles, 1755); en español NIEREMBERG (Madrid, 1633), GARCIA (Madrid, 1865). Cf. también KROSS, Der selige Petrus Canisius in Oesterreich (Vienna, 1898), de Fuentes de manuscritos; REISER, B. Petrus Canisius als Katechet (Mainz, 1882); ALLARD, Canisiana, de estudios de dutch, Dutch Studien (Utrecht, 1898-99); BRAUNSBERGER, Entstehung u. erste Entwicklung d. Katechismen d. seligen Petrus Canisius (Freiburg, 1893); SOMMERVOGEL, Bibliothèque de la C. de J. (new ed., Bruselas y París, 1890-1900), II, 617-88; VIII, 1974-83; DUHR, Gesch. d. Jesuiten in den Länden deutscher Zunge, I (Freiburg, 1907); varios en reportes de nunciatura de Alemania y Suiza, publicados por STEINHERZ, SCHELLHASS, HANSEN, STEFFENS-REINHARDT, etc.
OTTO BRAUNSBERGER Transcripción de Gary A. Mros Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
En 1536 Pedro fue enviado a Colonia, donde estudió artes, leyes, y teología en la universidad. Estuvo durante 1539 en la Universidad de Louvain y en 1540 recibió el título de Master en Artes en Colonia. Nicolás van Esche fue su consejero espiritual, y fue amigo de católicos como Jorge de Skodborg (el arzobispo expulsado de Luna), Johann Gropper (canon de la catedral), Eberhard Billick (monje carmelita), Justus Lanspergius, y de otros monjes cartusianos.
Aunque su padre deseaba que se casara con una mujer con riquezas, el 25 de febrero de 1540, él juró que se mantendría célibe. En 1543 visitó al Padre Faber y realizó “ejercicios espirituales” bajo su dirección. Fue admitido en la Sociedad de Jesús en Mainz, el 8 de mayo. Con la ayuda de Leonhard Kessel y otros, Canisius, trabajando con grandes dificultades, fundó en Colonia la primera casa alemana de la orden. Al mismo tiempo predicó en la ciudad y sus vecindades, y debatió y enseñó en la universidad.
En 1546 fue admitido al sacerdocio, y muy poco después fue enviado por los clérigos y la universidad, ante el Emperador Carlos V, el nuncio y los clérigos de Liege, para obtener asistencia de ellos, contra el apóstata Arzobispo Hermann von Wied, que había intentado pervertir la diócesis.
En 1547, participó en el concilio eclesiástico general como teólogo del Cardenal Otto Truchsess von Waldburg, Obispo de Augsburg. Esta actividad se llevó a cabo en Trent y en Boloña. Habló dos veces ante la congregación de los teólogos. Luego de esto estuvo varios meses bajo la dirección de Ignacio en Roma.
En 1548 enseñó retórica en Messina, Sicilia, enseñando italiano y latín. Durante este tiempo, el Duke William IV de Bavaria requirió de Paul III que le enviara algunos profesores de la Sociedad de Jesús para la Universidad de Ingolstadt; Canisius estuvo entre los seleccionados.
El 7 de septiembre de 1549, hizo su solemne profesión como jesuita en Roma, en la presencia del fundador de la orden. En su viaje más al norte, en Boloña, recibió su grado de doctor en teología. El 13 de noviembre, acompañado de los padres Jaius y Salieron, llegó a Ingolstadt, donde enseñó teología, catequizó y predicó.
En 1551 fue electo rector de la universidad, y en 1552 fue enviado por Ignacio al nuevo colegio de Viena. Allí también enseñó teología en la universidad, predicó en la catedral de San Esteba, y en la corte de Fernando I, y fue confesor en el hospital y en la prisión. Durante la cuaresma de 1553, visitó muchas parroquias abandonadas en la parte baja de Austria, predicando y administrando sacramentos.
El hijo mayor del rey (más tarde Maximiliano II) había nombrado como predicador, a Phauser, un sacerdote casado que enseñaba la doctrina luterana. Canisius le advirtió a Fernando I acerca del hecho tanto en forma verbal como escrita, y se opuso a Phauser en disputas públicas. Maximiliano fue obligado a despedir a Phauser a raíz de estos hechos, y por el resto de su vida, el sacerdote despedido se mantendría contra Canisius.
Fernando le ofreció tres veces que fuese obispo de Viena, pero lo rechazó. En 1557 Julio III le nombró administrador del obispado por un año, pero Canisius tuvo éxito en desprenderse de esta carga (cf. N. Paulus in "Zeitschrift für katholische Theologie", XXII, 742-8). En 1555 fue presentado en la Dieta de Augsburg con Fernando, y en 1555-6 predicó en la Catedral de Praga.
Después de largas negociaciones y preparaciones, fue capaz de abrir colegios jesuitas en Ingolstadt y Praga. En ese mismo año Ignacio le nombró primer provincial superior de Alta Alemania (Swabia, Bavaria, Bohemia, Hugría, baja y alta Austria). Durante el invierno e 1556-57 actuó como consejero del rey de los romanos en la dieta de Ratisbon y pronunció muchos sermones en la catedral.
Por nombramiento de los príncipes católicos y la orden del papa, tomó parte en las discusiones religiosas de Worms. Como dirigente máximo de los católicos frecuentemente habló en oposición a Melanchthon. El hecho de que los protestantes no estuvieran de acuerdo entre ellos y que se vieran obligados a abandonar el evento, fue en gran medida producto de la actividad de Canisius. También predicó en la catedral de Worms.
Durante el tiempo de Adviento y Navidad, visitó al Obispo de Strasburgo en Zabern. Principió negociaciones a fin de construir un colegio jesuita en esa localidad, predicó, explicó el catecismo a los niños y escuchó confesiones. También predicó en la catedral de Strasburgo y fortaleció a los católicos en su fe, en Alsacia y Freiburgo. En su viaje a Frankfort para ser proclamado emperador, Fernando se encontró con Pedro en Nuremberg; el futuro emperador le contó sus problemas.
El Duque Alberto V de Bavaria aseguró sus servicios; en Straubing los pastores y los predicadores se habían ido, luego de persuadir a la gente a que se alejaran de la fe católica. Canisius estuvo en esta ciudad durante seis semanas, predicando unas cuatro veces al día, y con su gentileza no hizo daño. De Straubing fue llamado a Roma para estar presente en la Primera Congregación General de su orden, pero antes de que finalizara, Paulo IV le envió con el nuncio Mentuati a Polonia, a la Dieta Imperial de Pieterkow; en Cracovia él se dirigió a los clérigos y a los miembros de la universidad.
En el año 1559 fue requerido por el emperador para presentarse en la Dieta de Augsburgo. Allí llegó a ser predicador en la catedral y mantuvo esa posición hasta 1566. Sus manuscritos muestran el gran cuidado que tuvo en la escritura de sus sermones. En una serie de los mismos se refirió a la condición del hombre, al Decálogo, la Misa, y las profecías de Jonás.
Al mismo tiempo, rara fue la vez que no hacía referencia al evangelio durante el día. Hablo de mantenerse con el espíritu de los tiempos, explicando la justificación del hombre, la libertad cristiana, la forma apropiada de interpretar las escrituras, defensa de la veneración de los santos, las ceremonias de la Iglesia, los votos religiosos, las indulgencias.
Hizo llamados urgentes en cuanto a la obediencia a las autoridades cristianas, la confesión, comunión, el ayuno, y la caridad. Censuró las faltas de los clérigos, a veces realizó esto de manera aguda, punzante; estaba consciente de que estas faltas fueron en muchos casos públicas y que con ello se favorecía a la reforma. Contra la influencia del mal, recomendó medios de defensa que habían sido utilizados desde los inicios de la iglesia en los primeros siglos: la fe viva, oración, bendiciones eclesiásticas y actos de penitencia.
De 1561 a 1562 predicó cerca de doscientos diez sermones, además de participar en retiros y de enseñar el catecismo. En la catedral, el altar donde daba confesiones y ofrecía Misa, estaba rodeado de multitudes. La envidia de algunos clérigos de la catedral fue creciendo, y Canisius y sus compañeros fueron acusados de usurpar derechos parroquiales. El papa y el obispo fueron favorables a los jesuitas, pero la mayoría de quienes estaban más cercanos se opusieron a ellos. Canisius fue obligado a firmar un acuerdo mediante el cual mantenía el púlpito, pero concedía el derecho de administrar sacramentos en la catedral.
En 1559 inauguró un colegio en Munich, en 1562 estuvo en Trent como teólogo papal. El concejo estuvo discutiendo si la comunión podía ser administrada también a laicos que pudieran no estar totalmente comprometidos con la fe católica. Lainez, el general de la Compañía de Jesús, se opuso a ello de manera incondicional.
Canisius mantuvo que se podía administrar el sacramento a bohemios y a algunos católicos cuya fue no estuviera muy firme. Luego de un mes, salió para Trent, pero continuó con su trabajo en apoyo a los padres y obispos, reportando la condición de los asuntos públicos y de los libros que se publicaban recientemente.
En la primavera de 1563 brindó un servicio particularmente importante a la Iglesia. El emperador tenía que llegar a Innsbruck (cerca de Trent), y se perfilaba que iba a enfrentar a varios académicos y eruditos como adversarios, incluyendo a Canisius. Algunos de estos hombres fomentaron un mal clima de relación entre el emperador con el papa y los cardenales que presidían el consejo. Durante meses Canisius trató de conciliar tal situación con la curia.
Nuestro personaje había sido culpado injustamente por comunicar a la general y a los representantes acerca de los planes de Fernando, los cuales podrían haber terminado en lo contrario a lo que era la intención: de que el consejo se disolviera y que se tuviera una nueva apostasía.
El emperador finalmente concedió al papa todas las demandas y el consejo fue capaz de culminar su labor de manera pacífica. Toda Roma alabó la acción de Canisius, pero muy rápidamente después, fue denunciado como desleal y perdió el favor de Fernando. En ese mismo tiempo, el religioso cambió su opinión sobre dar los sacramentos a ciertos laicos (algo en lo cual el emperador confiaba para aliviar sus dificultades). Al respecto Canisius indicó que tal concesión solamente tendería a crear confusión entre los católicos y a animar aún más la desobediencia entre los recalcitrantes.
En 1562 el Colegio de Innsbruck fue inaugurado por Canisius. Por ese mismo tiempo él actuaba en calidad de confesor de la Reina Magdalena (declarada venerable en 1906 por Pio X, hija de Fernando I, quien vivió para sus cuatro hermanas en Innsbruck). También era el consejero espiritual de las hermanas de Magdalena.
A requerimiento de ellas fue enviado como confesor de la sociedad, y cuando Magdalena presidió el convento, nuestro personaje le envió direcciones para poder alcanzar la perfección cristiana. En 1563 predicó en los monasterios de Swabia; en 1564, envió a los primeros misioneros a la Baja Bavaria, y recomendó al sínodo provincial de Salzburgo que no se diera la copa a los laicos, en tanto se tuviera autoridad para ello; su consejo, sin embargo, no fue atendido.
Fue en este mismo año, que Canisius abrió un colegio en Dilligen y asumió en nombre de la orden, la administración de la universidad que había sido fundada allí por el Cardenal Truchsess. En 1565 tomó parte en la Segunda Congregación General de la orden en Roma. Mientras estaba en esta ciudad visitó a Felipe, hijo del filologista protestante Joaquín Camerarius, en ese tiempo prisionero de la inquisición, e instruyó y le consoló.
Pío IV le envió como su nuncio secreto a entregar los decretos del Concilio de Trento a Alemania; el papa también le comisionó a fin de reforzar la idea de que los príncipes católicos debían de defender la Iglesia en la dieta que se avecinaba y negociar la fundación de colegios y seminarios.
Canisius negoció con cierto grado de éxito con los electores de Mainz y Traer, con los obispos de Augusburgo, Würzburg, Osnabrück, Münster, y Paderborn, con el Duque de Jülich-Cleves-Berg, y con la ciudad y la universidad de Colonia; también visitó Nimwegen, predicando allí y en otros lugares; su misión sin embargo, fue interrumpida por la muerte del papa.
Pío V deseaba su continuación, pero Canisius requirió ser relegado de esa condición. Indicó que se le estaba creando un clima en el que se hablaba de que era espía, de arrogancia, de interferir en política (para un detallado recuento de su misión, véase "Stimmen aus Maria-Laach", LXXI, 58, 164, 301).
En la Dieta de Augsburgo (1566) Canisius y otros teólogos, por orden del papa, dieron sus servicios al cardenal delegado Commendone; con la ayuda de sus amigos tuvo éxito aunque con gran dificultad, en persuadir al delegado de que no presentara su protesta contra la paz religiosa, y por tanto así se prevenía una nueva guerra fratricida.
Los miembros católicos aceptaron los decretos del Concilio, los designios de los protestantes fueron frustrados y desde ese tiempo principió una vida vigorosa para los católicos en Alemania. Ese mismo año, Canisius fue a Wiesensteig, donde visitó e hizo retornar a la iglesia luterana del Conde de Helfenstein y al condado entero. Y preparó para la muerte a dos brujas que habían sido abandonadas por los predicadores luteranos.
En 1567 predicó los sermones de la Cuaresma en la catedral de Würzburg. Dio instrucciones dos veces a la semana en una iglesia franciscana, así como también atendió a los niños y las domésticas del pueblo; discutió además con el obispo, la fundación de un colegio jesuita en esa localidad. Luego siguió el sínodo diocesano de Dillingen (en el cual Canisius fue el consejero principal del Obispo de Augsburg). Realizó viajes a Würzburg, Mainz, Séller y visitó al Obispo de Strasburg, a quien aconsejó, aunque sin tener éxito.
En Dillingen recibió la aplicación de Stanislaus Kostka para ingresar a la Compañía de Jesús, y le envió con recomendaciones ante el general de la orden en Roma. Fue en este tiempo que llegó a resolver exitosamente una disputa en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Ingolstadt.
Entre 1567 y 1568 fue en varias ocasiones a Innsbruck, donde en nombre del general, consultó con le Archiduque Fernando II y sus hermanas acerca de los confesores de la archiduquesa y sobre el establecimiento de una casa jesuita. En 1569 el general aceptó el colegio.
Durante la Cuaresma de 1568 predicó en Ellwangen en Würtemberg; de allí fue a ver al Cardenal Truchsess a Roma. La Alta Provincia de Alemania había elegido al provincial como su representante; la elección fue ilegal, pero Canisius fue admitido. Durante meses recolecto materiales en las bibliotecas de Roma, acerca de un gran trabajo que estaba preparando.
En 1569 regresó a Augsburg y predicó sermones de Cuaresma en la Iglesia de San Mauricio. Habiendo sido provincial durante trece años (un tiempo extraordinariamente largo) fue relegado de su cargo debido a su propio requerimiento, y enviado a Dillingen, donde escribió, catequizó, escuchó confesiones, pero su respiro fue breve. En 1570 fue obligado a ir nuevamente a Augsburg.
Un año más tarde fue a Innsbruck y aceptó la oficina del predicador de la corte del Archiduque Fernando II. En 1575 Gregorio XIII envió con él, mensajes papales al archiduque y al duque de Bavaria. Cuando llegó a Roma para presentar su reporte, se estaba reuniendo la Tercera Congregación General de la orden, y se requirió que Canisius estuviera presente.
Desde este tiempo estuvo predicando en la parroquia de Innsbruck hasta la Dieta de Ratisbon (1576), a la cual asistió como teólogo del cardenal delegado Morone. Al siguiente año supervisó en Ingolstadt la impresión de un importante trabajo, e indujo a los estudiantes de la universidad a fundar una agrupación dedicada a la Santísima Virgen. Durante la Cuaresma de 1578, predicó en la corte del Duque William de Bavaria en Landshut.
El nuncio Bonhomini deseaba tener un colegio de la Compañía en Fribourgo; la orden en un principio, rehusó tal pedido debido a la carencia de hombres, pero el papa intervino y a fines de 1580, Canisius puso la primera piedra. En 1581, fundó la agrupación dedicada a la Santísima Virgen, la que contó con la participación de ciudadanos, y luego, muy pronto, se incorporaron mujeres y estudiantes. En 1582, las escuelas abrieron y predicó en la iglesia y otros lugares hasta 1589.
En esas localidades se hacía sentir la influencia protestante. Canisius trabajó infatigablemente con Peter Schnewly, el franciscano Johannes Michel, y otros a fin de revivir los sentimientos religiosos entre las personas. Desde entonces, Fribourgo ha permanecido como un sólido bastión de la Iglesia Católica.
En 1584, en su camino para participar en otra reunión de la orden en Augsburg, predicó en Lucerna y realizó un peregrinaje ante la milagrosa imagen de la Santísima Virgen de Einsiedeln. De acuerdo con su recuento, fue allí que San Nicolás, el santo patrono de Fribourg, le dio a conocer el deseo que tenía de que Canisius no se fuera de Friboug otra vez.
Muchas veces los superiores de la orden planearon transferirlo a otra casa, pero el nuncio, el consejo de la ciudad, los ciudadanos por sí mismos, se opusieron a la medida. Ellos no podían consentir perder a tan famoso y santo hombre. Los últimos años de su vida los dedicó a la instrucción de los conversos, a hablar sobre asuntos espirituales a sus hermanos de la orden, a escribir y a reeditar libros.
Las autoridades de la ciudad ordenaron que su cuerpo fuera sepultado en el altar principal de la iglesia de San Nicolás; de los restos fueron trasladados en 1625 a San Michael, la iglesia del Colegio Jesuita.
Canisius sostuvo que defender las verdades de la Iglesia Católica con la pluma, era tan importante como la conversión de los hindúes. En Roma, como en Trento, urgió al establecimiento de un concilio, de una corte papal; en otras partes de Italia, pidió también que se instalaran esas instancias a fin de escribir en defensa de la fe católica.
Canisius le pidió vehementemente a Pío V que enviara subsidios anuales a los impresores católicos de Alemania, y que permitiera que los académicos alemanes editaran manuscritos romanos. Indujo también al consejo de la ciudad de Fribourg a que estableciera una imprenta y a que asegurara especiales privilegios para los impresores. Se mantuvo en contacto con los impresores católicos de la época, tal el caso de Plantin de Antwerp, Cholin de Colonia, y Mayer de Dillingen. Tuvo libros extranjeros reimpresos en Alemania, por ejemplo los trabajos de Andrada, Fontidonio y Villalpando en defensa del Concilio de Trento.
Nuestro personaje advirtió a los generales de la orden sobre crear un colegio de autores; urgió a los académicos como Bartolomeo Latomus, Federico Staphylus, y Hieronymus Torensis a que publicaran sus obras; asistió a Onofrio Panvinio y al polémico Estanislao Hosius, leyendo sus manuscritos y corrigiendo pruebas. Contribuyó al trabajo de su amigo Surius en los consejos.
Debido a su solicitud la obra "Briefe aus Indien", las primeras relaciones de los misioneros católicos, fueron publicadas (Dillingen, 1563-71); "Canisius", escribió el predicador protestante Witz, "debido a su actividad dio impulse a muchas obras, lo que merece nuestro indiscutible reconocimiento, y admiración" ("Petrus Canisius", Vienna, 1897, p. 12).
La última bibliografía sobre la Compañía de Jesús dedica treinta y ocho páginas a una lista de trabajos publicados por Canisius y a sus diferentes ediciones; a eso debe agregarse que la lista es incompleta. Los más importantes trabajos de nuestro personaje se describen a continuación, el asterisco significa que el trabajo contiene el nombre de Canisius ya sea en el título de la página o en el prefacio.
Su trabajo principal es el triple "Catechism". En 1551 el Rey Fernando I le pidió a la Universidad de Viena que escribiera un compendio de la doctrina cristiana y Canisius escribió (Vienna, 1555), al principio para los estudiantes avanzados, su "Summa doctrinæ christianæ . . . in usum Christianæ pueritiæ", doscientas once preguntas en cinco capítulos (la primera edición apareció sin el nombre del autor, pero todas las ediciones posteriors sí tienen su nombre).
Luego escribió un extracto para niños, "Summa . . . ad captum rudiorum accommodata" (Ingolstadt, 1556), el que fue publicado como un apéndice en el "Principia Grammatices"; su catecismo para los grados bajos e intermedios, "Parvus Catechismus Catholicorum" (más tarde conocido como "Institutiones christianæ pietatis" or "Catechismus catholicus"), es un extracto del catecismo más desarrollado, escrito en el invierno de 1557-58.
De la primera edición (Colonia, 1558) no existen copias. La edición alemana apareció en Dillingen, 1560. La “Summa” solamente recibió su forma definitiva en la edición de Colonia de 1556; contiene doscientas veinticuatro preguntas y dos mil citas de las escrituras, y cerca de mil doscientas citas de los Padres de la Iglesia, las que están escritas en los márgenes; más tarde, todas esas preguntas fueron compiladas en el original de Pedro Busaeus, S.J. y aparecieron en cuatro volúmenes bajo el título de "Authoritates Sacræ Scripturæ et Sanctorum patrum" (Cologne, 1569-70).
En 1557 Johannes Hasius, S.J. publicó el mismo trabajo en un volumen de folios largos, titulado "Opus catechisticum", para el cual Canisius escribió una introducción. El catecismo de Canisius es muy notable en cuanto a que contiene enseñanzas correctas, es claro y tiene oraciones positivas en forma digna. Aún hoy se le reconoce como un trabajo que es una obra maestra por no católicos, por ejemplo historiadores como Ranke, Menzel, Philippson, y teólogos como Kawerau, Rouffet, Zerschwitz.
Pío V le confió a Canisius la refutación de los Centuriones de Magdeburg. Canisius abordó la prueba de deshonestidad de esos personajes por medio de exponer el tratamiento que hacían de las personas principales de los Evangelios, tales como Juan el Bautista, la Madre de Dios, el Apóstol Pedro, y publicó (Dillingen, 1571) su siguiente trabajo importante, "Commentariorum de Verbi Dei corruptelis liber primus: in quo de Sanctissimi Præcursoris Domini Joannis Baptistæ Historia Evangelica . . . pertractatur".
Aquí la refutación de los errores del protestantismo es de carácter exegético e histórico, más que escolástico. En 1577 "De Maria Virgine incomparabili, et Dei Genitrice sacrosancta, libri quinque" fue publicado en Ingolstadt. Más tarde unió estos dos trabajos en un libro con dos volúmenes, "Commentariorum de Verbi corruptelis" (Ingolstadt, 1583, y más tarde en París y Lyon).
Para ese entonces, solamente había empezado su tratado sobre San Pedro y su primacía. Un trabajo sobre la Virgen María contiene varias citas de los Padres de la Iglesia que no habían sido impresas con anterioridad, y hacen referencia a la adoración de María por parte de la Iglesia. Un famoso teólogo de nuestros días se refirió a este trabajo como un clásico de la defensa de la doctrina católica como un todo, en referencia a la Santísima Virgen (Scheeben, “Dogmatik”, III, 478).
En 1543 publicó (con el nombre de Petrus Nouiomagus) "Des erleuchten D. Johannis Tauleri, von eym waren Euangelischen leben, Göttliche Predig. Leren". En este trabajo aparecen por primera vez, varios escritos dominicos de carácter místico. Este fue el primer libro publicado por un jesuita, "Divi Cyrilli archiepiscopi Alexandrini Opera" (Latin translation, 2 fol. vols., Cologne, 1546).
En la obra "D. Leonis Papæ huius nominis primi . . . Opera" (Cologne, 1546, luego impreso en Venecia, Louvain y Colonia), Leo es presentado como un testigo de las enseñanzas católicas y de la disciplina de la Iglesia contra los innovadores; "De consolandis ægrotis" (Vienna, 1554), contiene exhortaciones (latín, alemán e italiano) y oraciones, con un prefacio de Canisius. En "Lectiones et Precationes Ecclesiasticæ" (Ingolstadt, 1556), se presenta un libro de oraciones para estudiantes, reimpreso más de treinta veces bajo el título de "Epistolæ et Evangelia".
En *"Principia grammatices" (Ingolstadt, 1556); tuvo una adaptación a la gramática Latina de Hannibal Codrett, y fue adaptado para los estudiantes por obra de Canisius, y reimpreso en 1561, 1564 and 1568; *"Ordnung der Letaney von vnser lieben Frawen" [Dillingen (1558)], fue el primer documento de que se tiene noticia de ser impreso de las Letanías de Loreto (Macerata, 1576), se cree que Canisius arregló los textos, *"Vom abschiedt des Coloquij zu Wormbs" (s. l. a., 1558?).
- "Ain Christlicher Bericht, was die hailige Christliche Kirch . . . sey" (Dillingen, 1559), fue una traducción por Canisius quien también escribió el prefacio (cf. N. Paulus in "Historischpolit. Blätter", CXXI, 765); "Epistolæ B. Hieronymi . . . selectæ" (Dillingen, 1562), se trata de una edición para escuela que fue arreglada y con prefacio de Canisius y más tarde reimpresa cerca de cuarenta veces; *"Hortulus Animæ" (q.v.), fue un libro de oraciones en alemán arreglado por Canisius (Dillingen, 1563), fue reimpreso más tarde, y probablemente publicado por nuestro personaje también en latín.
A requerimiento de Fernando II de Tyrol, Canisius supervisó la publicación de *"Von dem hoch vnd weitberhümpten Wunderzeichen, so sich . . . auff dem Seefeld . . . zugetragen" (Dillingen, 1580), y escribió un largo prefacio para esa obra; luego apareció "Zwey vnd neuntzig Betrachtung vnd Gebett, dess . . . Bruders Clausen von Vnterwalden" (Fribourg, 1586); "Manuale Catholicorum. In usum pie precandi" (Fribourg, 1587);
En "Zwo . . . Historien . . . Die erste von . . . S. Beato, ersten Prediger in Schweitzerland. Die andere von . . . S. Fridolino, ersten Prediger zu Glaris vnd Seckingen" (Fribourg, 1590), aquí se tiene la primera biografía de los santos especialmente dedicada a las condiciones de Suiza; Canisius no presenta aquí un ensayo académico, sino que hace énfasis en el ambiente suizo a fin de fortalecer la fe y la piedad. En "Notæ in Evangelicas lectiones, quæ per totum annum Dominicis diebus . . . recitantur (Fribourg, 1591), se tiene un gran cuarto volumen de sermons y meditaciones para los clérigos, "Miserere, das ist: Der 50. Psalm Davids . . . Gebettsweiss . . . aussgelegt" (Munich, 1594, Ingolstadt, 1594)
Otras obras en ese mismo sentido son, "Warhafte Histori . . . Von Sanct Moritzen . . . vnd seiner Thebaischen Legion . . . Auch insonderheit von Sanct Vrso" (Fribourg, 1594); *"Catholische Kirchengesäng zum theil vor vnd nach dem Catechismo zum teil sonst durchs Jahr . . . zusingen" (Fribourg, 1596); "Enchiridion Pietatis quo ad precandum Deum instruitur Princeps" (s. l., 1751), esta última es dedicada por Canisius en 1592 al emperador Fernando II (Zeitschrift für katholische Theologie; XIV, 741);
En "Beati Petri Canisii Exhortationes domesticæ", se tienen fundamentalmente notas breves editadas por G. Schlosser, S.J. (Roermond, 1876); "Beati Petri Canisii Epistulæ et Acta": 1541-65, editada por O. Braunsberger, S.J. (4 vols., Freiburg im Br., 1896-1905). Aún permanecen sin publicar cuatro o cinco volúmenes que contienen 1,195 documentos relacionados con el trabajo de Canisius.
El profesor de teología protestante, Krüger, indica que Canisius “fue un noble jesuita, sin mácula en su carácter” ("Petrus Canisius" in "Geschichte u. Legende", Giessen, 1898, 10). El principal rasgo de ese carácter fue el amor por Cristo y su trabajo. Dedicó su vida a defender, propagar y fortalecer a la Iglesia. De allí su devoción al papa. No negó los abusos de Roma, y demandó que se corrigieran rápidamente.
Canisius fue notable por la defensa del papa, al igual que lo hicieron sus hermanos de la orden de la Compañía de Jesús en Italia y España. No puede ser llamado un hombre episcopalian o semi-galo, su divisa fue “quien se adhiere a la Silla de Pedro, es mi hermano. Con Ambrosio I deseo seguir la Iglesia de Roma en cada aspecto”.
Pío V deseaba hacerlo cardenal. Existían varios obispos que lo tenían en gran estima, como eran Brendel de Mains, Brus de Pragua, Pflug de Naumburg, Blarer de Basle, Cromer de Ermland, y Spaur de Brixen. San Francisco de Sales buscó su consejo por carta. Disfrutó mucho de su amistad, al igual que los más distinguidos miembros del Colegio Cardenalicio, -Borromeo, Hosius, Truchsess, Commendone, Morone, Sirlet; de los nuncios, Delfino, Portia, Bonhomini y otros.
También estaban entre sus amigos, hombres de prominente aprendizaje eclesiástico como el Chancellor de la Universidad de Louvain, Ruard Tapper, el Provost Martin Eisengrein, Friedrich Staphylus, Franz Sonnius, Martin Rithovius, Wilhelm Lindanus, los vice-cancilleres Jacob Jonas y George Sigismund Seld, el canciller Bávaro Simon Thaddaeus Eck, así como Fuggers y Welsers de Augsburg.
El teólogo protestante suizo Gautier escribe en la “Vida Completa de Canisius”, “está animada por el deseo de formar una generación de clérigos devotos, capaces de servir de manera integral a la Iglesia” ("Etude sur la correspondance de Pierre Canisius", Geneva, 1905, p. 46).
En Ingolstadt sostuvo disputas y ejercicios sobre homilies entre los jóvenes clérigos. Llevó a cabo una elevación de los estándares científicos y religiosos del Georgianum. Reclutó y envió discípulos que habían de retornar a Roma.
Urgió a Gregorio XIII a hacer donaciones y a fundar instituciones similares en Alemania. Rápidamente seminarios papales fueron construidos en Pragua, Fulda, Braunsberg, y Dillingen. En Ingolstadt, Innsbruck, Munich, y las escuelas de Viena se siguieron los lineamientos de Canisius, tanto para los nobles como para los pobres. Los primeros se educaban con los clérigos de las catedrales, y los segundos con los clérigos de grados menores. Sus sugerencias fueron clave para publicaciones en las Universidades de Colonia, Ingolstadt, y Viena.
Con celo apostólico, amó a la Compañía de Jesús, el llamaba su segundo nacimiento, a la fecha en la cual había sido admitido en la Compañía. La obediencia a sus superiores fue su primera norma. Tuvo siempre un cuidado y amor paternal hacia las necesidades de sus subordinados.
Muy poco antes de su muerte, declaró que nunca se había arrepentido de haber sido un jesuita, y reflexionó sobre los abusos que los oponentes de la Iglesia habían realizado contra su orden y su persona. Johann Wigand escribió un vil panfleto contra su “Catecismo”; Flacius Illyricus, Johann Gnypheus, y Paul Scheidlich escribió libros contra tal obra; Melanchthon declaró que Canisius defendía errores con vehemencia.
En esa lista de agravios también se tiene a Chemnitz quien le llegó a llamar un cínico; el sátiro Fischart también le agravió; Andreæ Dathen, Gallus, Hesshusen, Osiander, Platzius, Roding, Vergerio, y otros, escribieron vigorosos ataques contra Canisius; en Pragua, los hussitas tiraron piedras en la iglesia en la cual oficiaba Misa; en Berna fue acosado por una multitude protestante.
En la Pascua de 1568 se vio obligado a predicar en la Catedral de Würzburg a fin de aclarar el rumor mediante el cual se indicaba que se había convertido al protestantismo. Afectado por esto señaló: “a medida que nuestros oponentes más nos calumnian, nosotros debemos amarles más”. Requirió que los autores católicos se ciñeran a la verdad con modestia y dignidad, sin temor al ridículo. Los nombres de Lutero y de Melanchthon nunca fueron mencionados en su “Catecismo”.
Fue siempre característico su amor por la gente alemana. Urgió a sus hermanos de la orden, a practicar el alemán con diligencia, y gustaba de escuchar himnos nacionales en alemán. A requerimiento de Canisius, San Ignacio decretó que todos los integrantes de la orden debían ofrecer Misas mensuales y oraciones por el bienestar de la gente de Alemania y de las tierras del norte. Nuestro personaje obtuvo clemencia del papa ante los fieles alemanes que tenían censuras eclesiásticas, y obtuvo permiso para absoluciones extraordinarias y dispensas derivadas de la ley del ayuno.
También deseo que se cambiara el Index, de manera que los confesores alemanes pudieran leer algunos libros, aunque en sus sermones alertó a los fieles a abstenerse de leer tales libros sin permiso. Mientras que fue rector de la Universidad de Ingolstadt, pasó una resolución prohibiendo el uso de libros de texto protestantes, y a su requerimiento, el Duque de Bavaria prohibió la importación de libros opuestos a la religión y la moral.
En Colonia pidió al concejo del pueblo que se prohibiera la impresión o venta de libros hostiles a la fe y la moral, y en Tyrol, el Archiduque Fernando II suprimió tales libros. Aconsejó al Obispo Urbano de Gurk, al predicador de la corte Fernando I, a no leer muchos libros protestantes, sino que en lugar de ello, estudiaran las Escrituras y los textos de los Padres.
En Nimwegen investigó en las bibliotecas de sus amigos y quemó los libros que tenían herejía. En medio de todo esto, Canisius permaneció esencialmente como un hombre de oración. Fue un ardiente seguidor del Rosario. Fue también uno de los precursores en cuanto a la devoción al Sagrado Corazón.
Durante su vida, su “Catecismo” apareció en más de doscientas ediciones en al menos doce lenguas. Fue una de las obras que influyó en San Aloysius Gonzaga para ingresar en la Compañía de Jesús.
El Catecismo convirtió, entre otros, al Conde Palatino Wolfang Wilhelm de Neuburg, y hasta el Siglo XVIII, en muchas regiones del mundo, las palabras Canisi y Catecismo, eran sinónimas. La obra fue el patrón de fundación de los catecismos que se imprimirían más tarde. Su prédica también tuvo una gran influencia.
En 1560 los clérigos de la Catedral de Augsburg testificaron que sus sermones habían hecho regresar a la fe Católica a unas novecientas personas. En mayo de 1562, se reportó que en la Pascua, se tuvo más de mil comulgantes, mucho más que en años anteriores. Canisius indujo a algunos prominentes fuggeres a regresar a la Iglesia, y convirtió luego al líder de los anabaptistas de Augsburg.
En 1537 los clérigos católicos habían desaparecido del concejo de la ciudad de Augsburg. Pero luego de la prédica de Canisius, y de las procesiones públicas que el llevó a cabo, los monasterios ganaron novicios, la gente formó multitudes en las indulgencias del jubileo, los peregrinos fueron de nuevo numerosos, y la Comunión de manera frecuente, fue la norma. Luego de las elecciones de 1562, hubo 18 protestantes y 27 católicos en el concejo de la ciudad. Canisius recibió la aprobación de Pío IV para una Breve especial en 1561.
Nuestro personaje rindió grandes servicios a la Iglesia por medio de la Compañía de Jesús. Las dificultades fueron grandes, carencia de novicios, insuficiente educación de algunos de los miembros más jóvenes, pobreza, plaga, animosidad de los protestantes, celos de parte de otros compañeros católicos, interferencia de los príncipes y de los concejos de las ciudades.
No obstante todo ello, Canisius introdujo la orden en Bavaria, Bohemia, Swabia, Tyrol, y Hungría. Y preparó el camino de la misma en Alsacia, Palatinato, Hesse y Polonia. Aún los oponentes admitieron que los jesuitas tenían una gran parte del mérito en salvar a los alemanes de la innovación religiosa. En esta tarea, Canisius fue el líder.
En muchos aspectos, Canisius fue producto de tiempos en los cuales se creía en extraños milagros, se mataban brujas y se tenía que tener fuerza contra los seguidores de otra fe. Sin embargo todo esto, Johannes Janssen no duda en declarar que Canisius fue el más prominente e influyente reformador del Siglo XVI (Geschichte des deutschen Volkes, 15ª, y 16ª ediciones, IV, p. 406).
A. Chroust escribe: “Canisius más que ningún otro hombre, salvó la Iglesia alemana para la Iglesia de Roma” (Deutsche Zeitschrift für Geschichtswissenschaft, nuevas series, II, 106). Se ha declarado que Canisius en muchos aspectos se parece a San Bonifacio, y que por tanto es llamado el segundo Apóstol de Alemania. El profesor protestante de teología, Paul Drews, señala: "Debe admitirse que, desde la perspective de Roma, él merece el título de Apóstol de Alemania" ("Petrus Canisius", Halle, 1892, p. 103).
En muy poco tiempo después de su muerte, se principió a reportar hechos milagrosos que se habrían obtenido luego de invocar su nombre. Su tumba fue visitada por peregrinos. La Compañía de Jesús decidió emprender su beatificación. Las investigaciones eclesiásticas de sus virtudes y milagros, fueron al principio conducidas por los Obispos de Fribourg, Dillingen y Freising (1625-90).
Los procedimientos apostólicos principiaron en 1734, pero fueron interrumpidos por desórdenes políticos y religiosos. Gregorio XVI les volvió a dar seguimiento en 1833; Pío IX, el 17 de abril de 1864, aprobó los cuatro milagros que se habían presentado, y el 20 de noviembre de 1869, tuvo lugar la solemne beatificación en la Plaza de San Pedro en Roma. En relación con esto, en el período de 1864-66, aparecieron más de treinta diferentes biografías.
Con ocasión del tricentenario de su muerte, León XIII envió a los obispos de Austria, Alemania y Suiza, su muy discutido documento "Epistola Encyclica de memoria sæculari B. Petri Canisii"; los obispos de Suiza dieron a conocer una pastoral colectiva; en numerosos lugares de Europa y en algunas localidades de Estados Unidos, este tricentenario fue celebrado con la publicación de unos cincuenta panfletos.
Con fin de animar la veneración de Canisius, se publica en Fribourg y Suiza, de manera mensual y desde 1896, el "Canisius-Stimmen" (en alemán y francés). El lugar del Colegio de San Miguel, donde Canisius murió, es actualmente una capilla. Su vestimenta y otros objetos materiales se conservan en diferentes casas de la orden. El Colegio Canisius en Búfalo posee preciosas reliquias.
En Broersstraat, Nimwegen, se conserva aún la habitación en la cual nació Canisius. Otros lugares dedicados a su memoria son: la estatua de Canisius en las plazas públicas de Fribourg, la estatua en la catedral de Augsbur, la Iglesia del Santo Salvador y la Vírgen de los Dolores. Recientemente se construyó en Viena, en Nimwegen, el Colegio Canisius.
En la 26ª reunión general de los católicos alemanes, llevada a cabo en Aachen, 1879, fue fundada una sociedad para la educación religiosa de jóvenes con el nombre de Canisius. La oración general que originó Canisius para los domingos, aún se reza en gran parte de Alemania y en muchos lugares de Austria y Suiza. Varios retratos de Canisius existen, ya sea en la Iglesia de San Nicolás y de San Miguel en Fribourg, o en el vestíbulo de la catedral de Augsburg.
También hay retratos suyos en la Iglesia de San Miguel en Munich, en el pueblo de Nimwegen, en la municipalidad de Ingolstadt, en el monasterio cistercense de Stams. El grabado en Pantaleo, "Prosopographia", III (Basle, 1566), no tiene mayor valor. Platos de Copper fueron producidos por (1619), Custos (1612), Sadeler (1628), Hainzelmann (1693), etc. En el Siglo XIX se desarrollaron: la pintura del vaticano debida a Fracassini, el grabado en acero de Jeckel, el grabado de Steinle (1886), y la pintura realizada por Leo Samberger.
En mayoría de estos casos, Canisius es representado con un catecismo y otros libros o bien rodeado por niños a quienes está instruyendo (véase además DOCTRINA CRISTIANA, CONTRA REFORMA, y COMPAÑÍA DE JESUS).
B.P. Canisii Epist. et Acta, ed. BRAUNSBERGER, (5 vols., Freiburg im Br., 1896-1905) s. v. Confessions and Testamentum; the Beatification Acts (algunos impresos como manuscritos en solamente unas pocas copias, los otros no han sido impresos); Mon. Hist. Societatis Jesu: Chronicon Polanci, Epistola quadrimestres mittæ etc., hasta ahora treinta volúmenes (Madrid. 1894--).
De las biografías, las siguientes son las más importantes: RADERUS, De Vita Canisii (Munich, 1614); SACCHINUS, De vita et rebus gestis P. Petri Canisii (Ingolstadt, 1616); BOERO, Vita del Beato Pietro Canisio (Roma, 1864); RIESS, Der selige Petrus Canisius (Freiburg, 1865); LE BACHELET in Dict. de Théol. Cath. (Paris, 1905), s. v. Canisius. Biografías en alemán: PRATISS (Vienna, 1865), MARCOUR (Freiburg, 1881), PFÜLF (Einsiedeln, 1897), MEHLER (Ratisbon, 1897); en latín PYTHON (Munich, 1710); en francés DORIGNY (París, 1707), SÉGUIN (París, 1864), BOVET (Fribourg, 1865, 1881), DE BERTIGNY (Fribourg, 1865), MICHEL (Lille, 1897); en dutch DE SMIDT (Antwerp, 1652), SÉGUIN-ALLARD (Nimwegen, 1897); en italiano FULIGIATTI (Roma, 1649), ODDI (Nápoles, 1755); en español NIEREMBERG (Madrid, 1633), GARCIA (Madrid, 1865). Cf. también KROSS, Der selige Petrus Canisius in Oesterreich (Vienna, 1898), de Fuentes de manuscritos; REISER, B. Petrus Canisius als Katechet (Mainz, 1882); ALLARD, Canisiana, de estudios de dutch, Dutch Studien (Utrecht, 1898-99); BRAUNSBERGER, Entstehung u. erste Entwicklung d. Katechismen d. seligen Petrus Canisius (Freiburg, 1893); SOMMERVOGEL, Bibliothèque de la C. de J. (new ed., Bruselas y París, 1890-1900), II, 617-88; VIII, 1974-83; DUHR, Gesch. d. Jesuiten in den Länden deutscher Zunge, I (Freiburg, 1907); varios en reportes de nunciatura de Alemania y Suiza, publicados por STEINHERZ, SCHELLHASS, HANSEN, STEFFENS-REINHARDT, etc.
OTTO BRAUNSBERGER Transcripción de Gary A. Mros Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
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