( Latín Cingulum)
El cíngulo (o, como se le llama más comúnmente en Inglaterra, el cinturón) es un artículo de las vestimentas litúrgicas, que ciertamente ha sido reconocido como tal desde el siglo IX. Entonces, como ahora, se utilizaban para confinar el alba
suelta y ondeante, y evitar que impidiese los movimientos del usuario.
Pero su carácter litúrgico se desprende de las oraciones que incluso
desde los primeros tiempos
se recitaban al ponérsela y por el simbolismo de vigilancia espiritual
que se les atribuía especialmente, según el texto "Sint lumbi vestri
praecincti".
El cíngulo se enumera entre las vestimentas de la Misa en el Misal Stowe, y esto muy posiblemente puede representar la práctica de la Iglesia Celta en el siglo VII. Parece probable, sin embargo, que en la Iglesia Celta, al igual que en la Iglesia Griega del presente, el cíngulo era usado sólo por obispos y sacerdotes; la túnica del diácono se dejaba suelta. Algunos pocos ejemplos sobrevivientes de los primeros cinturones (siglos X y XI) muestran que en un principio el cíngulo no fue un simple cordón, como lo es ahora. Por el contrario, nos encontramos con bandas estrechas de seda y telas preciosas, a menudo ricamente bordadas, cuyo uso se prolongó hasta bien entrada la Edad Media. En el siglo XIX se introdujo de nuevo el uso de algunas bandas y fajines, pero la Congregación de los Ritos Sagrados desaprobó la práctica, aunque permitió que se utilizasen las ya existentes hasta que se gastaran (24 de noviembre de 1899).
El material del cíngulo es preferiblemente lino o cáñamo, pero no se prohíbe la lana y la seda ---esta última especialmente en ocasiones de solemnidad. Este material se teje en una cuerda, y los extremos suelen estar decorados con borlas. A veces se introducen hebras de hilo dorado y plateado a modo de ornamento, en particular en las borlas de los extremos. La oración que recita el sacerdote al ceñirse el cíngulo, "Cíñeme, oh Señor, con el cinturón de la pureza”, etc., sugiere fuertemente que esta vestimenta debe ser considerada como típica de la castidad sacerdotal. Como los demás ornamentos de la Misa, el cíngulo requiere ser bendecido antes de su uso.
Se debe señalar además, que en casi todas las formas de indumentaria eclesiástica o religiosa se incluye una especie de cinturón. En algunas órdenes religiosas recibe una bendición especial, y se sanciona en tales casos conocidos como el cordón de San Francisco o el Cinto de San Agustín y la Iglesia le concede indulgencias como una indicación de una profesión de fidelidad a un determinado instituto. Una vez más, la banda ancha que forma parte del atuendo civil de los obispos, sacerdotes y otros eclesiásticos, ha sido imitada, al parecer por razones estéticas, en el vestuario del coro de niños y servidores en el altar. Debe decirse que este último desarrollo, mientras que no esté expresamente prohibido siempre y cuando se respeten ciertas reglas con respecto al color y material, no está en modo alguno prescrito o recomendado por la autoridad eclesiástica.
Bibliografía: BRAUN, Die liturgische Gewandung (Friburgo, 1901) VAN DER STAPPEN, Sacra Liturgia (Malinas, 1902), IV; BARBIER DE MONTAULT, Le Costume et les usages ecclésiastiques (París, 1901); THALHOFER, Liturgik, etc.; ROHAULT DE FLEURY, La Messe, VII. Casi todas lasobras sobre la Misa, por ejemplo las de GIHR, MÜLLER, BENEDICT XIV, le dedican una sección a las vestimentas.
Fuente: Thurston, Herbert. "Cincture." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03776a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
El cíngulo se enumera entre las vestimentas de la Misa en el Misal Stowe, y esto muy posiblemente puede representar la práctica de la Iglesia Celta en el siglo VII. Parece probable, sin embargo, que en la Iglesia Celta, al igual que en la Iglesia Griega del presente, el cíngulo era usado sólo por obispos y sacerdotes; la túnica del diácono se dejaba suelta. Algunos pocos ejemplos sobrevivientes de los primeros cinturones (siglos X y XI) muestran que en un principio el cíngulo no fue un simple cordón, como lo es ahora. Por el contrario, nos encontramos con bandas estrechas de seda y telas preciosas, a menudo ricamente bordadas, cuyo uso se prolongó hasta bien entrada la Edad Media. En el siglo XIX se introdujo de nuevo el uso de algunas bandas y fajines, pero la Congregación de los Ritos Sagrados desaprobó la práctica, aunque permitió que se utilizasen las ya existentes hasta que se gastaran (24 de noviembre de 1899).
El material del cíngulo es preferiblemente lino o cáñamo, pero no se prohíbe la lana y la seda ---esta última especialmente en ocasiones de solemnidad. Este material se teje en una cuerda, y los extremos suelen estar decorados con borlas. A veces se introducen hebras de hilo dorado y plateado a modo de ornamento, en particular en las borlas de los extremos. La oración que recita el sacerdote al ceñirse el cíngulo, "Cíñeme, oh Señor, con el cinturón de la pureza”, etc., sugiere fuertemente que esta vestimenta debe ser considerada como típica de la castidad sacerdotal. Como los demás ornamentos de la Misa, el cíngulo requiere ser bendecido antes de su uso.
Se debe señalar además, que en casi todas las formas de indumentaria eclesiástica o religiosa se incluye una especie de cinturón. En algunas órdenes religiosas recibe una bendición especial, y se sanciona en tales casos conocidos como el cordón de San Francisco o el Cinto de San Agustín y la Iglesia le concede indulgencias como una indicación de una profesión de fidelidad a un determinado instituto. Una vez más, la banda ancha que forma parte del atuendo civil de los obispos, sacerdotes y otros eclesiásticos, ha sido imitada, al parecer por razones estéticas, en el vestuario del coro de niños y servidores en el altar. Debe decirse que este último desarrollo, mientras que no esté expresamente prohibido siempre y cuando se respeten ciertas reglas con respecto al color y material, no está en modo alguno prescrito o recomendado por la autoridad eclesiástica.
Bibliografía: BRAUN, Die liturgische Gewandung (Friburgo, 1901) VAN DER STAPPEN, Sacra Liturgia (Malinas, 1902), IV; BARBIER DE MONTAULT, Le Costume et les usages ecclésiastiques (París, 1901); THALHOFER, Liturgik, etc.; ROHAULT DE FLEURY, La Messe, VII. Casi todas lasobras sobre la Misa, por ejemplo las de GIHR, MÜLLER, BENEDICT XIV, le dedican una sección a las vestimentas.
Fuente: Thurston, Herbert. "Cincture." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03776a.htm>.
Traducido por Luz María Hernández Medina.
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