martes, 5 de mayo de 2015

Doctor.

(Latín, Doctores Ecclesiae). Ciertos escritores eclesiásticos han recibido este título debido a las grandes ventajas que la Iglesia universal ha obtenido de su doctrina. En la Iglesia Occidental cuatro eminentes Padres de la Iglesia obtuvieron este honor a principios de la Edad Media: el Papa San Gregorio I el Grande, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Los “cuatro doctores” fueron algo común entre los escolásticos y un decreto de Bonifacio VIII (1298) ordenando que sus fiestas fueran consideradas como dobles en toda la Iglesia se conserva en su sexto libro de decretales (Capítulo “Gloriosus”, de relique et vener. Sanctorum, in Sexto, III, 22).
En la Iglesia Oriental tres doctores fueron los más sobresalientes: San Juan Crisóstomo, San Basilio el Grande y San Gregorio Nacianceno. El Papa León VI el Sabio, el que depuso a Focio hizo obligatorias las fiestas de estos tres santos a para todo el imperio oriental. Más tarde se instituyó una fiesta en su honor llamada “la Fiesta de los Tres Jerarcas”, la cual se celebraría el 30 de enero. En el Menaion para ese día se dice que los tres doctores se le aparecieron en sueños a Juan, obispo de Euchaitae ordenándole que instituyera una fiesta en su honor con el fin de detener las rivalidades entre sus adeptos y panegiristas. Esto fue bajo Alexio Comneno (1081-1118; vea Acta S.S., 14 de junio, bajo San Basilio, c. XXXVIII). Pero los sermones en manuscritos para la fiesta se atribuyen a Cosmas Vestitor, quien floreció en el siglo X. Los tres son tan comunes en el arte oriental como son los cuatro en el occidental. Durandus (I, 3) enfatiza que los doctores deben ser representados con libros en sus manos. En Occidente la analogía llevó a la veneración de los cuatro doctores orientales, al ser San Atanasio propiamente añadido a la lista de los tres jerarcas
Posteriormente se añadieron otros a estos grandes nombres, para lo cual se requieren tres condiciones: eminens doctrina, insignis vitae sanctitas, Ecclesiae declaratio (es decir, conocimiento eminente, un alto grado de santidad y proclamación por la Iglesia). Benedicto XIV explicó la tercera como una declaración del Soberano Pontífice o de un Concilio General. Pero a pesar de que los concilios generales han aclamado los escritos de ciertos doctores, ningún concilio ha conferido el título de Doctor de la Iglesia. En la práctica, el procedimiento consiste en extender a la Iglesia universal el uso del Oficio Divino y Misa del santo al cual se le aplica el título de doctor. La Congregación de Ritos Sagrados emite el decreto y el Papa lo aprueba, después de un cuidadoso examen, si es necesario, de los escritos del santo. No es de ningún modo una decisión ex cátedra, ni siquiera es una declaración que indique que no existen errores en las enseñanzas del Doctor. Ciertamente, se sabe que los más grandes de ellos no están completamente inmunes al error. Ningún mártir ha sido incluido en la lista, puesto que el Oficio y la Misa son para confesores. Por lo tanto, como señala Benedicto XIV, San Ignacio de Antioquía, San Ireneo y San Cipriano de Cartago no son llamados Doctores de la Iglesia.
La Misa propia de los Doctores tiene el introito “In medio”, tomado del “Theologus” por excelencia, San Juan el Evangelista, junto con oraciones especiales y el Evangelio, además se recita el Credo. La principal peculiaridad del Oficio es la antífona al Magnificat en ambas Vísperas, “O DOCTOR OPTIME”, y es más bien por esta antífona que por una Misa especial que se percibe si un santo es un doctor (S.r.C., 7 de septiembre de 1754). De hecho, San Juan Damasceno tiene su Misa propia, mientras que Atanasio, Basilio, León y San Cirilo de Jerusalén no tienen el Evangelio de los Doctores, y muchos no tienen la colecta.
Las fiestas de los cuatro doctores latinos no fueron añadidas sino hasta el siglo XVI, cuando Santo Tomás de Aquino fue declarado Doctor por el dominico Papa San Pío V en su nueva edición del Breviario (1568), en el cual las fiestas de los cuatro doctores griegos también fueron también elevadas a la categoría de dobles. El franciscano Sixto V (1588) añadió a San Buenaventura.
La lista completa de los Doctores de la Iglesia es como sigue:
  • San Ambrosio: (340-397). Uno de los cuatro tradicionales Doctores de la Iglesia latina. Combatió el arrianismo en Occidente. Obispo de Milán y mentor de San Agustín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio VIII.
  • San Francisco de Sales (1567-1622). Obispo y líder de la contrarreforma. Patrón de los escritores y la prensa católica. Aclamado doctor el 16 de noviembre de 1871 por Pío IX.
  • San Hilario de Poitiers (315-368). Obispo. Llamado el Atanasio de Occidente. Aclamado doctor el 13 de mayo de 1851 por Pío IX.
  • San Jerónimo (343-420). Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la Biblia al latín. Aclamado doctor el 20 de septiembre de 1295 por Bonifacio XIII.
  • San Juan Crisóstomo (347-407). Obispo de Constantinopla. Patrón de los predicadores. Llamado "boca de oro" por su gran elocuencia. Aclamado doctor en 1568 por Pío V.
  • San Juan Damasceno (675-749). Teólogo griego. Aclamado doctor el 19 de agosto de 1890 por León XIII.
  • San Pedro Canisio. (1521-97). Teólogo jesuita. Líder de la contrarreforma. Aclamado doctor el 21 de mayo de 1925 por Pío XI.
  • San Pedro Damián (1007-72). Benedictino. Reformador eclesiástico y clerical. Aclamado doctor el 27 de septiembre de 1828 por León XII.
  • Santa Teresa de Ávila. (1515-82). Española, fundadora de las carmelitas descalzas, mística. Primera mujer Doctora de la Iglesia. Aclamada doctora el 27 de septiembre de 1970 por Pablo VI.
Hay por lo tanto a la fecha, treinta y tres Doctores de la Iglesia, de los cuales hay ocho orientales y veinticinco occidentales. En la lista hay tres carmelitas, dos jesuitas, tres dominicos, tres franciscanos, un redentorista y cinco benedictinos. Son treinta hombres y tres mujeres.

Bibliografía: POHLE en Kirchliches Handlexikon (Munich, 1907). II, 384; FESSLER-JUNGMANN, Instit. Patrologiae (Innsbruck, 1890); BARDENHEWER, Patrology, tr. SHAHAN (Friburgo im Br., St. Louis, 1908), 2-3. Para los primeros doctores vea WEYMAN en Hist. Jahrbuch (1894), XV, 96; y en Rev. d'hist. et de litt. religieuses (1898) III, 562; para los doctores griegos vea NILLES en Zeitschrift f. kath. Theologie (1894), XVIII, 742. Vea también BOUVY, Les Peres de l'Eglise en Rev. Augustinienne (1904) 461-86, y PESCH Praelect. Dogmat. (Friburgo, 1903), 346 ss.
Fuente: Chapman, John. "Doctors of the Church." The Catholic Encyclopedia. Vol. 5. New York: Robert Appleton Company, 1909. <http://www.newadvent.org/cathen/05075a.htm>.
Traducido por Antonio Hernández Baca Revisado y corregido por José Gálvez Krüger

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