El Antiguo Testamento proclama con ->
himnos de acción de gracias (-> Salmos) los beneficios recibidos de Yahveh: «Dad
gracias al Señor porque es bueno, porque su gracia dura para siempre» (Sal 117,
1). Estos salmos de acción de gracias fueron cantados probablemente en el
culto del templo, en el -> sacrificio de acción de
gracias (Dt 12,7), cuyo punto central era el banquete festivo, en el que se
sacrificaba el cordero pascual (-> Pascua). Por este medio debía conservarse
viva la memoria de los beneficios de Yahveh (Jer 33,10s).
En el Nuevo
Testamento, la acción de gracias es una actitud fundamental del cristianismo,
nacida de la conciencia de vivir ya en la plenitud de los tiempos, en virtud de
la venida del Señor, y de haber experimentado la -> gracia de Dios (Col 2,7).
Por eso exhorta Pablo a los cristianos de Tesalónica: «En todo dad gracias»
(1Tes 5,18).
Al cristiano se le
ha hecho don de la vida entera como «existencia nueva». Contempla el mundo y a
sí mismo con ojos nuevos y sabe que el fundamento de su alegre exultación es
Dios, a quien se ha acercado a través de Jesucristo. Esta actitud agradecida se
manifiesta de modo especial, junto con la -> eulogia y la -> doxología, en
varias cartas de la cautividad de Pablo: "Damos gracias sin cesar a Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo, por vosotros en nuestras oraciones" (Tes 1,2). Esta
acción de gracias se dirige directamente a Dios (1Cor 1,4) por Cristo (Rom 1,8)
o en su nombre (cf. Ef 5,20), y es siempre expresión de aquello por lo que se
dan gracias: las promesas cumplidas por Dios en los redimidos (1Cor 14,16).
El elemento
fundamental de toda oración de acción de gracias es siempre (ya en el Antiguo
Testamento) el recuerdo de las acciones salvíficas de Dios.
El contenido de la
oración eucarística (-> Eucaristía), tanto en el Nuevo Testamento (1Cor 11,24s)
como en la primitiva Iglesia, es el -> recuerdo y memoria del Señor tal como se
ha transmitido, p. ej., en el Apocalipsis (Ap 11,17s) para la "liturgia
celestial". La acción de gracias se basa siempre en la conciencia de seguir
todavía sometido a prueba y por consiguiente en riesgo de volver a perder lo ya
alcanzado. Por eso, a la alegre acción de gracias se une la esperanzada petición
(-> Oración) de poder vivir también la plenitud de la obra de la -> redención.
En el Nuevo
Testamento, la acción de gracias es un acto humano funda-mental que presupone en
el hombre el conocimiento de su referencia a Dios como criatura. En la
afirmación creyente del nuevo conocimiento de sí adquirido en Cristo, reconoce
el cristiano haber hallado una nueva relación con Dios, con los -> hermanos y
consigo mismo. La característica más importante de esta nueva existencia es la
-> libertad frente a la -> esclavitud del -> pecado, que posibilita al hombre,
ya evadido de la tutela de la infancia, la respuesta responsable ante la llamada
y la misión, que concibe como venida de Dios.
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