En el
Nuevo Testamento, esta palabra indica la cualificación especial de una hora o de
un período de tiempo determinado, en cuanto opera en él una acción de Dios.
a) El ahora como
tiempo divino cualificado: Algunas horas se distinguen del curso normal del
tiempo porque en ellas se hará presente la salvación obrada por Dios. La
llamada de los — discípulos (p. ej., de Simón: Lc 5,10) es una de estas
intervenciones divinas; lo mismo la «hora» de Jesús, que es la hora de su pasión
y, a par, de su glorificación, y por ello también del juicio del mundo (Jn
12,27ss). A través del acontecimiento de Cristo, Dios ha impreso a la historia
de la humanidad un giro hacia la salvación; pero este giro no es para la
predicación neotestamentaria un hecho pasado, sino que está presente en el
ahora. Según Rom 5,9 «somos justificados ahora por su sangre y, por tanto,
también seremos por él salvados de la ira» (cf.
Col 1,22). Según Rom 12,26 el -> misterio eterno de Dios se revela ahora. Del
mismo modo, la decisión una vez tomada por cada individuo a favor (Rom 11,30) o
en contra (Rom 11,31) de Cristo sigue manteniendo todo su peso en el ahora del
presente.
En lo anteriormente
dicho se pueden reconocer dos características: que en el ahora se experimenta la
historia como -> presencia (de Dios), y que el ahora indica un punto temporal
con valor definitivo. Pero en el ahora no está presente sólo el pasado, sino
también el -> futuro. Así como en el Antiguo Testamento los profetas contemplan
y proclaman no sólo las amenazas de castigo y las promesas de salvación, sino
también el castigo y la salvación misma como realizándose en un tiempo dado, así
también el Nuevo Testamento hace afirmaciones parecidas, recurriendo a los giros
de la «doctrina de los dos eones» (-> Eón). Este «tiempo del mundo» es el tiempo
de la antigua alianza, el tiempo irredimido. Por otra parte, el «tiempo del
mundo futuro» se ha iniciado ya, ocultamente, con la venida de Cristo aunque
espera aún su manifestación definitiva por la gracia que se producirá con la ->
nueva venida de Cristo. En el ahora como tiempo de transición están presentes
los dos tiempos: el antiguo como ya radicalmente superado aunque ejerza
todavía su poder y el nuevo como radicalmente ya iniciado aunque aguarde
todavía su manifestación definitiva.
En el ahora se ha
iniciado el -> día del Señor, el hoy en que las -> promesas marchan hacia su
-> cumplimiento (Lc 4,19.21). Especialmente Juan ve que en el ahora se inicia el
tiempo último: con Cristo ha llegado el juicio (3,19; 12,31), la resurrección de
los muertos (5,24s), la visión de Dios (14,7), la victoria sobre el mal (16,33).
Más que ningún otro escrito neotestamentario, ve el Evangelio de Juan en el
ahora de Cristo la presencia de laconsumación. Pero junto a esto aparece también
en todo el Nuevo Testamento la idea del cumplimiento todavía pendiente (Rom
5,8s; Ef 1,13s; y el mismo Juan).
b) También en la ->
parénesis ética del Nuevo Testamento desempeña un papel el ahora. Dado que el
cristiano debe seguir convirtiéndose en aquello que ya es por Cristo, junto al
ahora como indicativo se da siempre el ahora como imperativo (-> Indicativo e
imperativo). Ya en los profetas veterotestamentarios el ahora era el momento de
la decisión, la oportunidad de la conversión. En el Nuevo Testamento, el ahora
de la exhortación moral se encuentra principalmente en la predicación misional (Act
17,30s), sobre todo en la instrucción comunitaria: los cristianos, que
estuvieron un tiempo alejados de Dios, sin esperanza, están ahora, por la
entrega de Cristo, liberados del dominio de la -> ley y colocados cerca de Dios
(cf. Ef 2,12s). Por eso no es ya conciliable una vida en pecado. Los cristianos
deben servir ahora a la -> justicia (Rom 6,19).
Mientras que el ->
griego estaba sometido a un tiempo carente de meta y el judío a una meta
siempre provisional y transitoria, que no era más que punto de tránsito hacia el
futuro, el cristiano puede adherirse y abandonarse enteramente al presente, pues
su presente está lleno del acontecimiento de Cristo. Aquí y ahora proclama, en
la celebración del -> banquete del Señor, la muerte y la nueva venida del Señor
como presentes (ICor 11,25s). En el ahora de la predicación está presente el
acontecimiento de Cristo, bien que sólo sea experimentable por la -> fe. El
ahora neotestamentario es el entero período intermedio entre la primera y la
segunda venida de Cristo, pero para cada cristiano en particular coincide con
cada una de sus decisiones concretas. En este punto, no debe olvidarse que «el
día que llegará» del futuro no está todavía presente, sino que sigue esperando su
cumplimiento definitivo (Rom 8,19ss).
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