La
referencia a Jesús como único Maestro establece la libertad cristiana
(Mt 23,8; cf. 1 Cor 3,21-23; Rom 14,7-9), que significa la ausencia de
dominio y de privilegios en la comunidad.
1.
Jesús define su misión: no ser servido, sino servir (Mc 10,45 par.);
está entre los discípulos como el que sirve (Le 22,27), les lava los
pies Un 13,4-11). No da órdenes a sus discípulos, sino encargos (Mc
11,1-3 par.), consejos y recomendaciones (Mt 6,2.5.9.16.19.25; 7,1.7.13,
etc.), expresa sus exigencias de modo condicional (Mc 8,34 par.; Lc
14,25-33). Sólo les prohíbe, para evitar una interpretación equivocada
de su mesianismo (Mt 16,20) o por la que han hecho los discípulos mismos
(Mc 8,30; Le 9,21; Mt 17,9 par.), publicar que él es el Mesías.
Corrige
los brotes de ambición (Mc 9,33b-37 par.), excluye del grupo cristiano
todo asomo de poder (Mc 10,42-45 par.); única autoridad, la del
servicio, a imitación suya (Mc 10,45 par.). Prohíbe los títulos
honoríficos en el grupo (Mt 23,8-12); él mismo, siendo Maestro y Señor
(Jn 13,13), llama a los discípulos, no siervos, sino amigos (Jn 15,15;
Lc 12,4) y hermanos (Mt 28,10; Jn 20,17); no se usan otros títulos (Mt
23,8; Hch 1,15s; Rom 1,13; Sant 1,2; 1 Pe 4,12). Jesús espera que
el discípulo llegue a la altura de su maestro (Le 6,40). Quien ocupa un
cargo, esfuércese por subrayar la igualdad (Lc 22,16).
En
el grupo cristiano hay que entrar como pobre (Mc 10,21); todos han de
ser igualmente últimos, para ser todos igualmente primeros (Mc 10,31).
Tampoco la antigüedad o la calidad del trabajo producen superioridad (Mt
19,30-20,16).
II.
Pablo, a su vez, subraya la igualdad (1 Cor 3,9; 2 Cor 4,5); en la
comunidad, las diferencias no constituyen privilegio (Gál 3,27; Col
3,11; cf. Rom 12,3; 1 Cor 12,13); no tener pretensiones (Rom 11,20.25; 1
Cor 7,19; Gál 5,6; 6,15); igualdad en lo económico (2 Cor 8,13s).
Particularmente severo es Santiago (1,9-11; 2,1-4.5-9).
Pablo
se llama indirectamente "padre» de los corintios (1 Cor 4,14-16; cf.
Flm 10; 1 Tes 2,7.11), pero se trata de efusión, no de título. Sin
embargo, no siempre sacó en la práctica todas las consecuencias de su
doctrina sobre la igualdad, sobre todo respecto a las mujeres, con las
que se porta siguiendo la costumbre de la sociedad de su tiempo, aun en el interior de la asamblea cristiana (1 Cor 11,2-16; 14,34-36, aunque este último pasaje es de dudosa autenticidad).
Pedro no acepta el homenaje de Cornelio (Hch 10,26; cf. 14,15). que se porta siguiendo la costumbre de la sociedad de su tiempo, aun en el interior de la asamblea cristiana (1 Cor 11,2-16; 14,34-36, aunque este último pasaje es de dudosa autenticidad).
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