El mismo sonido para pronunciar la misma palabra, con grafías distintas. Podemos ver la que corresponde a la que escribe la tradición Kabalista europea; la lengua española, y el modo como la escriben los estudiantes de la Qábalah hermética.
La Kabbalah significa tradición, enseñanzas espirituales para alcanzar estados superiores de Consciencia, que repercutirán en nuestro entorno y medio ambiente. El vocablo Kabbalah significa literalmente “recepción”. Es una pedagogía que prepara al ser humano, a estar receptivo a los planos y grados de la experiencia cotidiana; a estar receptivo y atento, para reconocer la realidad de la apariencia y la verdad, de la instrucción de la vida.
El
origen de la Qábalah se pierde en los tiempos remotos, con origen en
los pueblos del medio oriente. En principio atribuida a la mística
hebrea o tradición del judaísmo, pues contiene la traducción esotérica,
de los Libros del Pentateuco o Antiguo Testamento, para la tradición
judaica: la Torah. Escrita en su origen en arameo o lenguaje cuadrangular, de donde deriva el hebreo. La Qabalah se sirve de esos Libros, y de las enseñanzas que en ellos se hallan, y son universales.
Algunas de esas obras pudieron ser tarea
de los primeros Patriarcas. La inmensa mayoría no sólo era patrimonio
de pueblos y civilizaciones anteriores, sino que estaban dedicadas a finalidades diferentes, posiblemente por los babilonios y egipcios, como la astrología y la magia. La
Qábalah se fue desarrollando a lo largo de diferentes procesos
históricos y culturales, lo que ha generado diferentes influencias y
tradiciones, en las líneas de transmisión a lo largo de las diferentes
épocas.
Los comienzos de la Qabalah, son conocidos como:Arcaica (s. XXX al X a. C.) Sus fuentes fueron los semitas primitivos. Kábalah primitiva (s. I al IX d. C.)Místicos de la Merkabáh. Comunidades esenias, qumram. Comienzo del Cristianismo primitivo. Qábalah clásica (s. XII y XIII d. C.) Girona. Toledo (España) Sur de Francia. Vislumbres de la primera Qábalah cristiana y Gnosticismo.
Desde el siglo XIV, la Qabalah comienza a
extenderse por Europa y Palestina; por los cabalistas expulsados de
España. Hasta la entrada del siglo XVI (d.C.) a través de la corriente
de la Kabbalah “moderna”, donde las tradición de los maestros cabalistas de Safed (Palestina), hoy Israel, nos dejaron hermosos legados.
Desde el siglo XVIII a nuestros días, han surgido distintos perfiles de transmisión, desde el Jasidismo, al ocultismo y Hermetismo cabalista. Muchos
eruditos y muchos escritos en todos esos siglos, nos han proporcionado
las enseñanzas cabalísticas, que conocemos en nuestros días. Una
de las particularidades que distinguieron a los cabalistas de todos los
tiempos, fue la de guardar celosamente, durante siglos, el conocimiento
o saber del que eran depositarios. A través de los tiempos, las
versiones sobre el origen de la Qabalah son muchos, pero se puede
ratificar que el sistema cabalístico procede de épocas muy antiguas,
dado que existen desde tiempo inmemorial, tradiciones orales que más
tarde fueron recogidas en dos libros, resumen de la teosofía cabalista,
escritos en arameo, y hebreo: “Sepher Yetsirah”, y el “Zohar”.
El Sepher Yetsirah, es uno de los tratados más antiguos existentes sobre las doctrinas esotéricas hebreas. Y el Zohar, desarrolla sabiamente las ideas esbozadas en el Sepher Yetsirah, atribuido al rabino Moisés de León (1250-1306).
El propósito de la especulación cabalista, consiste en la búsqueda de la significación secreta, y simbólica, de las palabras arcanas del Antiguo Testamento.
Transmitida por revelación y por enseñanza oral, ha sido manejada
durante siglos mediante una discreta tradición. En términos metafísicos,
pedagógicos, y prácticos, la Qabalah formula una enseñanza eterna: Los atributos de lo Divino en el ser humano; la Naturaleza del Universo; y el Destino del Hombre.
Los cabalistas tradicionales consideran a la Kabbalah como: “La tradición de los conocimientos ocultos”, y “La Sabiduría Divina, patrimonio de la humanidad”. Z’ev ben Shimon Halevi. A
los conocimientos de la Qabalah, se le llamó la sabiduría divina, la
eterna realidad de las cosas, esoterismo, y misticismo.…Términos
utilizados para definir un sendero, que conduce a obtener un corazón
inteligente, y a hallar un motivo esencial a la existencia. Sus enseñanzas guían al ser humano por la senda de la búsqueda interior, hasta alcanzar la meta deseada: la unión con DIOS.
Conocimiento que se encuentra más allá, de todo sistema dogmático o sectario. El saber, pertenece al librepensador, aquel que se liberó de todo límite.
A partir de nuestra propia apertura de conciencia, penetramos y colaboramos con la evolución de la humanidad, empezando por nosotros mismos. Y aquí se halla el propósito de nuestra existencia: despertar de las apariencias y “velos” que cubren nuestra realidad.
La luz de entendimiento que nos proporciona la Qabalah,
nos servirá de guía para iluminar nuestro propio encuentro, y salir de
la ofuscación, hallando en ello, la sabiduría de la vida fraternal entre
todos los seres humanos.
Cuando nuestro ser descubre, el sentido trascendente y profundo de uno mismo. De los demás y de la vida, se produce un cambio, apropiado al lenguaje
de cada ser humano en particular. A partir de aquí, todo se acelera y
evolucionamos, entramos en una crisis de valores y crecemos. Se quiebran
viejas corazas, modelos y puntos de vista; estructuras del ayer, que figuraban y esclavizaban, velando la realidad de nosotros mismos.
El punto decisivo de nuestra vida,
quizás sea el de pasar, de una personalidad impuesta por el ambiente y
educación socio cultural, a otra nueva pedagogía.
Obtener una identidad adquirida, ganada a pulso y experimentada. Este
cambio requiere de una gran fuerza interior, un gran poder de
perseverancia y pureza de corazón.
“Fuerte es
aquel que se vence a sí mismo”; “Puro es el que no tiene máscaras”;
“Únicamente lo que se obtiene por el propio esfuerzo, en dura lucha y
amarga experiencia, es de valor permanente y duradero”.Varias citas de acreditados cabalistas esotéricos.
La transmutación pedagógica, o cambios
obtenidos en nuestra personalidad, a través de las prácticas de las
enseñanzas de la Qabalah, no nos confundirán los medios, ni las
apariencias; y estaremos en condiciones de comprender las causas u
origen de lo que sucede, así como la finalidad de nuestra existencia.
Transmutando, cambiamos la confusión, el dolor, la preocupación, la ansiedad, la inseguridad y el miedo, en conocimiento y entendimiento de nosotros mismos, de los demás, de la vida y de nuestro entorno.
En algún momento de nuestras vidas, a todos se nos presentan dos
caminos. De esa elección depende nuestro futuro, inclusive hasta nuestro
propio destino. A muchos les falta
esa luz o guía, o tal vez no tienen el valor para comenzar la senda
que nos conduce a lo trascendental. Por eso deseamos llegar a tu
corazón con esta
página. Cuando aprendemos a
escucharnos a nosotros mismos, entablamos un diálogo sublime con nuestra
propia Alma. Ella es la que nos indica el camino a elegir. El que se
encuentra con su Alma, se está conectando con su verdadero Ser; el Alma
es una chispa del Alma Universal de DIOS.
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