lunes, 25 de abril de 2016

EXSURGE DOMINE

Después de clavar sus Noventa y cinco tesis sobre las indulgencias en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517, Martín Lutero se vio envuelto en varias discusiones teológicas con representantes de la Iglesia católica romana, como las de la Dieta de Augsburgo (12-14 de octubre de 1518) con el cardenal Cayetano, y la disputa de Leipzig (julio de 1519) con Johannes Eck. A comienzos de 1520, Eck intentó un proceso doctrinal contra Lutero en Roma, tomando en consideración las opiniones de las facultades teológicas de Colonia y de Lovaina. El 15 de junio de 1520, León X publicó la bula Exsurge Domine, que denunciaba como errores cuarenta y un proposiciones sacadas de diecisiete escritos y sermones de Lutero de los años 1511-1520. Estas afirmaciones se referían a temas como la imposibilidad de que los sacramentos confirieran la gracia justificante, la necesidad de la fe para obtener el perdón de los pecados y el mérito requerido para recibir la eucaristía; rechazaban la práctica de las indulgencias y de las excomuniones en la Iglesia, así como la declaración de que el papa es el vicario de Cristo; declaraban que los concilios se habían contradicho a sí mismos, que puede ser pecaminoso hacer una buena acción, y que nunca podemos estar seguros de no pecar mortalmente con un orgullo escondido; manifestaban que es un error quemar a los herejes o tomar las armas contra los turcos, desconfiaban de la base escriturística de la fe y de la práctica católica sobre el purgatorio y afirmaban que los gobernantes seculares no hacen mal al echar a las órdenes religiosas mendicantes de sus reinos. Estas diversas proposiciones fueron condenadas en masa como heréticas, escandalosas, falsas, ofensivas a los oídos piadosos, o simplemente como seductoras y nocivas para los no instruidos, sin indicar más en concreto qué categoría había que aplicar a cada proposición.
La bula Exsurge Domine concedía a  Lutero dos meses de tiempo para retractarse de las cuarenta proposiciones que le habían atribuido; pero el 10 de diciembre de 1520 Lutero quemó públicamente la bula, junto con algunos libros de derecho canónico y de decretos papales, fuera de las murallas de  Wittenberg. La reacción de Roma fue la bula de excomunión Decet romani pontificem del 3 de enero de 1521.
Unos meses más tarde, en la dieta de  Worms (abril de 1521), se exigió a Lutero que abjurase de estas opiniones ante el emperador Carlos y a lo que él respondió: «A no ser que se me desmienta por la Escritura o por una razón evidente, soy prisionero en conciencia de la Palabra de Dios. No puedo retractarme ni me retractaré. No es ni seguro ni justo ir contra la conciencia. ¡Que Dios me ayude! ¡Amén!"
W Henn
 
 Bibl.: HdI, Y 12855.22055; R. García Villoslada, Mnrtín Lutero, 2 vols., BAC. Madrid 1973.

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