Cfr. Hech 6, 5; 11, 19-30; 13, 1-3; 15, 1-2; 15, 22-35.
Situada en el extremo Sur de Turquía a orillas del Orontes su nombre actual es Antakya, esta ciudad fue reconstruida, varias veces a lo largo de su historia durante las épocas greco-romana y cristiana e incluso se la nombra en ocasiones como la tercera ciudad más grande del Mediterráneo, siendo siempre un importante centro cultural, comercial y religioso. Poco a poco se convertirá en el segundo centro en importancia de la época paleocristiana, después de Jerusalén, y es el lugar desde donde es enviado Pablo para sus actividades misioneras.
Antioquia se encuentra instalada en la llanura de Amik, zona fértil regada por el Orontes, las excavaciones arqueológicas realizadas en esta región han demostrado la presencia del ser humano en la misma desde el Neolítico hasta la época bizantina. Después de la muerte de Alejandro Magno en el ano 323 a.C. sus generales se repartieron sus tierras haciéndose finalmente con Siria Seleuco I Nicator (victorioso, conquistador), el cual después de haber fundado la dinastía Seleucida hizo construir la ciudad de Antioquia, a la que le dio el nombre de su padre Antioco, antiguo general de Alejandro Magno y a la que trasladara su capital.
Los sucesivos gobernantes de Antioquia siempre la han cuidado con primor, ocupándose no solamente del desarrollo económico de la misma sino también de elevar su nivel cultural presentándola como rival de Alejandría (Egipto). Bajo el reinado de Pompeyo, año 64 a.C. la ciudad cae en manos de los Romanos, pero estos mismos continúan mimándola, reconstruyéndola varias veces, especialmente en el siglo I de nuestra era cuando fue totalmente destruida por un terremoto, suceso que desgraciadamente se repetirá mas de una vez a lo largo de su historia.
Las continuas invasiones que sufrirá la ciudad durante los siglos siguientes acabaran con su belleza y con su importancia, los primeros que llegan son los Árabes (637-638 d.C.), a continuación los Seleucidas, los Cruzados y al fin los Otomanos que se instalaran en ella hasta el siglo XX. Después de la Primera Guerra Mundial y según el tratado de Mondros, Antioquia y toda la provincia de Hatay se unía a Siria y quedaba bajo la protección de Francia hasta el año 1939 en que mediante la decisión de su asamblea Turquía la anexiona a su territorio nacional.
La antigua Antioquia era una típica ciudad greco-romana con su avenida principal bordeada de columnas, su ágora, su teatro, su circo…, todo ello de distinguida y delicada arquitectura. Pero la mala suerte parecía perseguirla, en varias ocasiones terremotos e incendios se cebaron con ella, pero sus gobernantes se empeñaron una y otra vez en reconstruirla, resurgiendo cada vez de sus propias cenizas mas y mas embellecida, convirtiéndose en la ciudad-reina del Mediterráneo Oriental durante toda la época romana. Prueba de esto son los hermosos mosaicos que se han descubierto en las excavaciones y que constituyen la gran riqueza del extraordinario Museo de Hatay, clasificado como uno de los tres más importantes del mundo en su género. En las diversas salas de este museo, aparte de enormes mosaicos romanos muy bien conservados, también podemos ver valiosos ejemplos de estatuas y una gran colección de monedas de las épocas Hititas, asirías y Romanas.
Antioquia vivió un momento especialmente importante durante la época Paleo-cristiana, en el siglo I de nuestra era vivía en la ciudad una numerosa comunidad judía que fueron los primeros evangelizados por los llegados de Jerusalén (Hech 1119), aquí se empezó a usar la denominación de “cristianos” y de aquí salieron Pablo y sus compañeros para realizar los viajes misionales que les había encargado la comunidad. (Hech 13,1-3, 14,26, 15,22, 30, 18.22)
Pedro y Pablo se encontraron en Antioquia donde tuvieron una viva discusión sobre el problema de la circuncisión (Gal 2,11-14), muchas tradiciones locales hablan de la presencia de Pedro en la ciudad, haciendo a menudo referencia a la gruta y a la iglesia de San Pedro, que se encuentra en la ladera Sur del monte Staurion, la actual fachada de la iglesia fue añadida por los caballeros Cruzados en los siglos XII-XIII, y en la gruta original de 10 m. x 12 m. todavía es posible distinguir un mosaico, un altar y un túnel que serviría para huir en caso de necesidad, todos los años el 29 de Junio la fiesta de San Pedro es solemnemente celebrada en esta iglesia.
Hacia finales del siglo I, San Ignacio fue nombrado obispo de Antioquia y a partir de ahí la ciudad se convirtió en un gran centro de la teoría y la teología cristiana, doctores como San Luciano, San Doroteo, San Teodoro, San Teodoreto y San Diodoro, maestro de San Juan Crisóstomo el gran obispo de Constantinopla, impartieron sus enseñanzas en este lugar.
A 10 Km. de la ciudad se halla el barrio de Daphne famoso por sus manantiales, su naturaleza y sus bellas residencias, aquí fueron construidos los templos de Apolo, Afrodita, Artemisa, Isis y Zeus.
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