jueves, 31 de mayo de 2012

EBIATAR o ABIATAR.

Nombre de un sacerdote hebreo, hijo de Aquimelec y nieto de Aquitub, considerado como el mayor apoyo religioso del rey David para su acceso al trono hebreo. La primera mención veterotestamentaria de Ebiatar se contiene en el Primer Libro de Samuel (XXII, 20), y se vincula, gracias a su parentesco con Pinejás, con el religioso Elí, sumo sacerdote del templo de Siló. El poder que los rabíes hebreos tenían sobre el pueblo no fue bien visto por el rey Saúl, que ordenó que fuera asesinada la mayor parte de ellos, episodio bíblico que es conocido con el nombre de "matanza de Nob". Según la narración de Samuel (1Sam., XXII, 9-23), Ebiatar consiguió escapar de esta matanza y huyó, en compañía de David, hacia Judea, donde ambos se mantuvieron en la clandestinidad al ser considerados proscritos por la ley de Saúl.

Más tarde, tras la muerte de Saúl y la entronización de David, Ebiatar fue nombrado sumo sacerdote, en compañía de Sadoc. Esta extraña dualidad sacerdotal en época de David se debe, en parte, al apoyo que el nuevo rey recibió del sacerdote levítico, pero Ebiatar, en este sentido, representaba una religiosidad conservadora, con una honda raigambre de la preeminencia del oráculo o santuario de Siló, y podía ser peligroso para un futuro complejo entregar todo el poder religioso del judaísmo a Ebiatar; de ahí que Sadoc, figura de no menos importancia en los sucesos de la monarquía davídica, tuviera algo más de preeminencia y su descendencia se convirtiese en casta sacerdotal.
A pesar de todas estas dudas, Ebiatar mostró su fidelidad a David, al que apoyó expresamente en la rebelión de su hijo, Absalón, que quería alzarse con la corona hebrea (2Sam., XV, 29-37). Pero las tornas cambiaron después de la muerte de David y el gobierno de Salomón, durante el cual Ebiatar apoyó la causa de otro de los hijos de David, Adonías, que esgrimió sus derechos al trono.

Fracasado el intento de Adonías, Ebiatar tuvo que marcharse al exilio en Anatot (Primer Libro de los Reyes, I, 5-7); este destierro, así como el apoyo de Sadoc a Salomón, contribuyó a que, de nuevo, volviese a haber un único sumo sacerdote en Judea, Sadoc, y fue el factor principal por el que los sucesores de Ebiatar se vieron desplazados de sus puestos religiosos por los de Sadoc. Después del destierro en época salomónica, las huellas de Ebiatar se pierden en la Biblia, puesto que alguna de ellas (como el Primer Libro de los Reyes, IV, 4), parecen ser añadidos posteriores. No obstante, en el Nuevo Testamento (Marcos, II, 28-38), Jesucristo, inquirido por los fariseos al respecto del trabajo de sus seguidores en el día sagrado (sábado), expone el ejemplo de Abiatar (Ebiatar) como aquel que supo, mediante la piedad y caridad, sobreponerse a las leyes para prestar ayuda a los desfavorecidos. La confusión nominal se debe al diferente origen lingüístico de los textos veterotestamentarios (escritos en hebreo) y novotestamentarios (preferentemente en griego). Por ello, el 'ebyâtâr ('el padre que tiene en sobreabundancia') hebreo se transformó en el abiathar griego, pero se trata del mismo sacerdote.

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