lunes, 28 de mayo de 2012

DECÁLOGO.

Decálogo de Jekuthiel Sofer, 1768, que imita la distribución en dos tablas. Bibliotheca Rosenthaliana (Ámsterdam).
En la Biblia (escritura sagrada de judíos y cristianos), el profeta Moisés (aprox. 1250 a. C.) recibió directamente de manos de Yahveh, «escritas con su dedo», una lista de órdenes o mandamientos que los israelitas debían respetar, los Diez Mandamientos. El nombre decálogo, con que suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos: ‘diez palabras’) con que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional, tanto en el Éxodo 34:28, como en el Deuteronomio 10:4.
De acuerdo con dichas escrituras, Moisés subió al Monte Sinaí y permaneció en su cima cuarenta días y cuarenta noches, al cabo de los cuales Dios le entregó escritos en dos tablas de piedra los Diez Mandamientos. Cuando bajaba del monte, vio al pueblo que estaba adorando un becerro de oro y enfurecido las rompió. Posteriormente, pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él un «convenio» (pacto o alianza). Entonces, el Señor ordenó a Moisés que tomara dos lajas de piedra, y en ellas quedaron escritos los Diez Mandamientos del pacto, reconviniéndole que «no deben tolerar la desobediencia».

Contenido

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[editar] Textos de los Diez Mandamientos

Las Mitzvot (mandamientos divinos) contenidos en la Torá (Pentateuco) son muy numerosos, 613 de acuerdo con el cómputo judío, pero se le ha dado una significación especial a los que constituyen el tratado que DIOS selló con el pueblo elegido en el curso del éxodo, escribiéndolos en tablas de piedra que entregó a Moisés en el monte Sinaí. El contenido de esos mandatos divinos se encuentra en varios pasajes del Pentateuco.
Las dos fuentes principales son Éxodo, 20: 2-17 y Deuteronomio, 5: 6-21. En el Libro del Éxodo (34:10-28) aparece otro texto muy antiguo, considerado por los antiguos rabinos israelitas como uno de los que mejor expresaban las ordenanzas de YAHVEH DIOS al celebrarse la Alianza. Los que redactaron estos capítulos posiblemente conocían varios catálogos de mandamientos, redactados algunos siglos antes en otros lugares (como Ebla, Canaán o Ugarit), que pretendían expresar los mandatos de sus dioses.
El libro del Éxodo contiene la siguiente narración:[1]
1 Y habló DIOS todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy tu YAHVEH tu DIOS, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás ante ninguna imagen, ni las honrarás; porque yo soy YAHVEH tu DIOS, fuerte, celoso, que castigo la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de YAHVEH tu DIOS en vano; porque no dará por inocente YAHVEH al que tomare su nombre en vano. 8 Acuérdate del día del sábado para santificarlo 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, 10 mas el séptimo día es reposo para YAHVEH tu DIOS; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Yahveh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, YAHVEH bendijo el día de reposo y lo santificó. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que YAHVEH tu DIOS te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No diras falso testimonio contra tu projimo 18 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
El libro del Deuteronomio, cuyo nombre griego alude a que repite en buena medida el contenido de los anteriores, ofrece una enumeración muy semejante a la de Éxodo 20:
6 Yo soy Israel tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre y te di de comer toda tu vida. 7 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 8 No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9 No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 10 y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 11 No tomarás el nombre de Yahveh tu Dios en vano; porque Yahveh no dará por inocente al que tome su nombre en vano. 12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Yahveh tu Dios te ha mandado. 13 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 14 mas el séptimo día es reposo a Yahveh tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. 15 Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Yahveh tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Yahveh tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo. 16 Honra a tu padre y a tu madre, como Yahveh tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Yahveh tu Dios te da. 17 No matarás. 18 No cometerás adulterio. 19 No hurtarás 20 No dirás falso testimonio contra tu prójimo. 21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Cuando Moisés bajó del Sinaí, encontró que los israelitas con ayuda de su hermano Aarón habían construido y adorado entretanto un ídolo y, airado, rompió las tablas contra el becerro de oro. Luego Dios le ordenó tallar otras tablas nuevas, en las que Dios mismo volvería a escribir sus mandamientos como en las primeras tablas (Éxodo, 34:1). En contradicción con el versículo 1, Dios ordena a Moisés escribir una alianza o pacto (versículo 27), que contiene otras cláusulas (Éxodo 34:10-28):
10 Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Yahveh; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo. 11 Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo. 12 Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti. 13 Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. 14 Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Yahveh, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. 15 Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; 16 o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas. 17 No te harás dioses de fundición. 18 La fiesta de los panes sin levadura guardarás; siete días comerás pan sin levadura, según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en el mes de Abib saliste de Egipto. 19 Todo primer nacido, mío es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. 20 Pero redimirás con cordero el primogénito del asno; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. Redimirás todo primogénito de tus hijos; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. 21 Seis días trabajarás, mas en el séptimo día descansarás; aun en la arada y en la siega, descansarás. 22 También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año. 23 Tres veces en el año se presentará todo varón tuyo delante de Yahveh el Señor, Dios de Israel. 24 Porque yo arrojaré a las naciones de tu presencia, y ensancharé tu territorio; y ninguno codiciará tu tierra, cuando subas para presentarte delante de Yahveh tu Dios tres veces en el año. 25 No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada del sacrificio de la fiesta de la pascua. 26 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra llevarás a la casa de Yahveh tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. 27 Y Yahveh dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. 28 Y él estuvo allí con Yahveh cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los Diez Mandamientos.
Las discrepancias entre las distintas observancias cristianas y judías hacia el decálogo, derivan en cierta medida de la interpretación, y a menudo también de qué otras fuentes se considera oportuno atender. El resultado son listas alternativas por su formulación u orden.

[editar] Análisis de menciones bíblicas

Aunque los mandatos contenidos en Éxodo 34 son notablemente diferentes en cuanto a su centro de interés y expresión, algunos descartan la posibilidad de que la Biblia tenga varias versiones del Decálogo. Observan, apoyándose en Éxodo 34:1,27-28 y Deuteronomio 10:1-4 las coincidencias siguientes:
  • Tanto en Éxodo 34, como en Deuteronomio 10, las tablas de piedra y los mandamientos de que se habla son los mismos.
  • En los dos libros Dios le dice a Moisés que Él será (Dios) el que escriba en las tablas de piedra.
  • En las dos versiones Dios afirma que escribirá las mismas palabras que estaban en las primeras.
  • En Deuteronomio 10, Moisés relata claramente que Dios fue el que escribió en las tablas de piedra, pero en Éxodo 34:27-28 no queda claro si Dios escribe o solamente dicta, porque el sujeto no es especificado en el último versículo. Puede alegarse que fue Dios mismo citando Éxodo 34:1 y Deuteronomio 10:4.
Según esta interpretación, lo que Dios le mandó escribir a Moisés en Éxodo 34:27 no son los Diez Mandamientos, por lo que surge una confusión en Éxodo 34:27 porque Dios le dijo a Moisés: «Escribe tú estas palabras». Muchos suponen, que se refiere a escribir los Diez Mandamientos en las dos tablas. Pero esto claramente sería una contradicción con Éxodo 34:1 y Deuteronomio 10:2,4. Por tanto, lo que parece es que Él (Dios), estaba instruyendo a Moisés que escribiera las palabras que Él (Dios) acaba de pronunciar, ya que no dice: escribe los Diez Mandamientos ni dice escribe en las tablas. Posteriormente Dios escribe nuevamente con su dedo en las tablas de piedra los mismos y únicos Diez Mandamientos, ya que Moisés rompió las primeras.

[editar] ¿Cómo estaban los Diez Mandamientos distribuidos en las dos tablas?

  • Filón de Alejandría aseguraba que cinco en cada una, opinión que ha sido secundada por algunos a lo largo de la historia entendiendo que en la primera tabla estaban los preceptos de la piedad y en la segunda los de la prohición.[cita requerida]
  • San Agustín creía que tres en la primera y siete en la segunda y así se siguió esta creencia por la generalidad de los católicos después de san Agustín. En efecto, se suele hacer una correspondencia entre los dos mandamientos de Jesús y los Diez Mandamientos: «Amarás al Señor tu Dios...» corresponde a los tres primeros (deberes para con Dios) y «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» corresponde a los siete restantes (deberes para con los hombres).
  • Según algunos teólogos los 10 mandamientos están distribuidos de la siguiente manera: Los 4 primeros en la primera tabla y los otros 6 en la segunda. Esto obedece a lo siguiente: los 4 primeros Mandamientos están relacionados con el amor hacia Dios y los otros 6 con el amor hacia el prójimo.

[editar] El Decálogo en la iglesia católica

Según se enseña en el actual catecismo de la Iglesia católica[2] los Diez Mandamientos son:
  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No pronunciarás el nombre de Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás actos impuros.
  7. No robarás.
  8. No dirás falsos testimonios ni mentirás.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.
El catecismo católico, citando el Evangelio de Mateo (Mt 22;37-40) añade: «Estos Diez Mandamientos se encierran en dos; amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo».
La división y numeración de los mandamientos ha variado en el curso de la historia. El presente catecismo sigue la división de los mandamientos establecida por san Agustín y que ha llegado a ser tradicional en la Iglesia católica. Es también la de las confesiones luteranas. Los Padres griegos hicieron una división algo distinta que se usa en las Iglesias ortodoxas y las comunidades reformadas.
Catecismo de la Iglesia católica, n. 2066

[editar] El Decálogo y la ley natural

Para la Tradición católica, los Diez Mandamientos, aunque fueron revelados, son accesibles a la razón humana de modo natural. Además, ofrecen a todos los hombres un compendio de la ley natural:
Los Diez mandamientos pertenecen a la revelación de Dios. Nos enseñan al mismo tiempo la verdadera humanidad del hombre. Ponen de relieve los deberes esenciales y, por tanto indirectamente, los derechos fundamentales, inherentes a la naturaleza de la persona humana. El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ‘ley natural’
Aunque accesibles a la sola razón, los preceptos del Decálogo han sido revelados. Para alcanzar un conocimiento completo y cierto de las exigencias de la ley natural, la humanidad pecadora necesitaba esta revelación: «En el estado de pecado, una explicación plena de los mandamientos del Decálogo resultó necesaria a causa del oscurecimiento de la luz de la razón y de la desviación de la voluntad» (san Buenaventura, sent. 4, 37, 1, 3)........... Conocemos los mandamientos de la ley de Dios por la revelación divina que nos es propuesta en la Iglesia, y por la voz de la conciencia moral.
Catecismo de la Iglesia católica, n. 2071

[editar] El decálogo en las confesiones Protestantes

Al no tener catecismo que proponga un estándar, el decálogo tal y como lo suelen citar los Protestantes, se ciñe al texto de Éxodo 20, quedando los Diez Mandamientos como sigue:
  1. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
  2. No te harás imagen, ni ninguna semejanza (...); No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.
  3. No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano.
  4. Acuérdate del día de reposo para santificarlo (El Sabath,Shabat o Sábado).
  5. Honra a tu padre y a tu madre.
  6. No matarás.
  7. No cometerás adulterio.
  8. No hurtarás.
  9. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
  10. No codiciarás.

[editar] Discrepancias sobre el Decálogo entre católico-romanos y protestantes

Puede verse cómo el que para protestantes es el cuarto mandamiento (para católicos, el tercero), es cambiado en el Catecismo de la Iglesia católica de «Acuérdate del día de reposo para santificarlo», a «Santificarás las fiestas». Pero la mayor discrepancia se refiere al mandamiento de las imágenes (véase Iconoclasia), en el que aparece un problema clásico de interpretación. Aunque la prohibición es expresa en el texto bíblico (Éxodo 20:4y5), la tradición católica considera desde el segundo concilio de Nicea de 787 que la encarnación equivale a una revocación práctica de aquella prohibición; y también que el fondo de la prohibición aparece ya reflejado en el primer mandamiento: es una prohibición a la idolatría. Por eso en su catecismo no considera este mandamiento como distinto, sino que está contenido en el primero. A su vez los protestantes consideran «no consentirás pensamientos ni deseos impuros» y «no codiciarás bienes ajenos» como uno solo: «no codiciarás», ni la mujer, ni ningún bien de tu prójimo. Este ultimo mandamiento se basa en un solo versiculo, Deuteronomio 5:21 o Exodo 20:18, que trata acerca de la codicia. En un sentido claro se alude al hecho de codiciar la mujer de tu projimo, no la de tener pensamientos impuros; esta hablando del deseo de "posesion de lo prohibido" rebajando a la mujer o al hombre a nivel de "objeto".

[editar] Los Diez mandamientos en el Mormonismo

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en su Guía para el Estudio de las Escrituras, explica sobre los Diez Mandamientos. Estas enseñanzas están en concordancia con otras iglesias o fe de la cristiandad. La Iglesia en el artículo sobre los Diez Mandamientos[3] reconoce que ha habido una diferencia de opiniones acerca de cómo los mandamientos fueron divididos en diez. Se explica, que la Iglesia católica siguiendo el ejemplo de san Agustín, une lo que los mormones conocen como el primero y segundo, y divide el último en dos.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días también explica que Jesús, citando Deuteronomio, 6: 4-5 y Levítico, 19: 18, ha resumido los Diez Mandamientos en dos grandes mandamientos: «Amarás al Señor» [...] y «amarás a tu prójimo». (Véase Mateo, 22: 36-40).
Los Diez Mandamientos han sido reiterados en escrituras modernas, certificando su veracidad e importancia, al igual que la experiencia de Moisés en el monte Sinaí (véase Mosíah, 12: 32-27; 13: 5; Doctrina y convenios, 42: 18-29; 59: 5-13). Dios ha prometido bendiciones para las personas que guarden los Diez Mandamientos. (Véase Doctrina y convenios, 59: 16-19).
La Iglesia requiere seguir los mandamientos al igual que otras enseñanzas. Por ejemplo, el profeta José Smith enseñó que el pueblo también debía obedecer, honrar y sostener las leyes del país donde vivan (véase Artículo de fe n.º 12), aunque claro está para mormones y no mormones que esto es aparte de los Diez Mandamientos.

[editar] Los Diez Mandamientos en el judaísmo

En la religión judía, en la Torá, los Diez Mandamientos está divididos del siguiente modo:[4]
Dios dijo todas estas palabras:
  1. "Yo soy el Eterno, tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud".
  2. "No tendrás ni reconocerás a otros dioses en mi presencia fuera de mí. No te harás una imagen tallada ni ninguna semejanza de aquello que está arriba en los cielos ni abajo en la tierra ni en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos ni los adorarás, pues yo soy el Eterno, tu Dios, el único Dios, quien tiene presente el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación con mis enemigos; pero quien muestra benevolencia con miles de generaciones a aquellos que me aman y observan mis preceptos".
  3. "No tomarás para jurar en el nombre del Eterno, tu Dios, en vano, pues el Eterno no absolverá a nadie que tome su nombre en vano".
  4. "Recuerda el día de shabat, para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu labor; mas el séptimo día es shabat para el Eterno, tu Dios; no harás ninguna labor, tú, tu hijo, tu hija, tu esclavo, tu sirvienta, tu animal y tu converso dentro de tus puertas, pues en seis días el Eterno hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el séptimo día. Por eso, el Eterno bendijo el día de shabat y lo santificó".
  5. "Honra a tu padre y tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Eterno, tu Dios, te da".
  6. "No asesinarás al inocente".
  7. "No cometerás adulterio".
  8. "No robarás".
  9. "No brindes contra tu prójimo falso testimonio".
  10. "No codiciarás los bienes ajenos".

[editar] Véase también

[editar] Referencias

  1. Catecismo de la Iglesia. Los Diez Mandamientos
  2. DIEZ MANDAMIENTOS
  3. «Ten Commandments», artículo en Bible dictionary.
  4. De acuerdo con el Curso de introducción a la Torá, de la Universidad Virtual de Judaísmo.

[editar] Enlaces externos

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