Hijo de Abinoán originario de Quedes (Jc 4,6), al noroeste del lago Hule. La profetisa Débora le coloca a la cabeza de los guerreros de su propia tribu, Neftalí, y de los de la tribu vecina, Zabulón, para combatir contra el ejército de los cananeos del norte reunido por Yabín rey de Jasor y mandado por Sísara. Su nombre significa "relámpago", pero no se considera un rayo de la guerra: no accede a marchar contra el enemigo si no es acompañado por la profetisa, esto es, por el auxilio de Yahvé (Jc 4,7-9). El encuentro tuvo lugar en la llanura de Yizreel, donde el ejército cananeo sería derrotado y aniquilado por los hombres de Barac que bajaron del monte Tabor (Jc 4,12.16). El canto de victoria y de acción de gracias llamado "canto de Débora (Jc 5)" se atribuye conjuntamente a la profetisa y a Barac.
El libro de SAMUEL en el texto de los Setenta hace de ese mismo Barac, citado entre Yerubbaal (Gedeón) y Jefté, uno de los jueces de Israel (1S 12,11); el texto hebreo pone en su lugar otro nombre: Bedán o Badab, al que no se menciona en ningún otro lugar. La fama de Barac se mantiene durante siglos: el autor de la epístola a los HEBREOS alaba su fe en Dios, equiparable a la de Gedeón, Sansón, David, Samuel y los profetas (Hb 11,32).
El libro de SAMUEL en el texto de los Setenta hace de ese mismo Barac, citado entre Yerubbaal (Gedeón) y Jefté, uno de los jueces de Israel (1S 12,11); el texto hebreo pone en su lugar otro nombre: Bedán o Badab, al que no se menciona en ningún otro lugar. La fama de Barac se mantiene durante siglos: el autor de la epístola a los HEBREOS alaba su fe en Dios, equiparable a la de Gedeón, Sansón, David, Samuel y los profetas (Hb 11,32).
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