La
Contrarreforma sirvió para frenar el avance de la Reforma. Sin embargo,
el luteranismo tuvo influencia en el centro y norte de Alemania, en los
países escandinavos y en el este de Francia; el calvinismo se extendió
por Suiza, Escocia, Holanda, Flandes y por algunas ciudades francesas,
desencadenando conflictos por todo el noroeste del país; el anglicanismo
se centró en Inglaterra y en la zona irlandesa del Ulster.
Las
zonas que continuaron siendo católicas fueron parte de Europa central y
del este (Polonia, Rumania, Austria, Chequia...), la península Itálica,
gran parte de Irlanda y Francia, y la península Ibérica.
Existieron
conflictos provocados por la religión en el Sacro Imperio (Alemania),
en Flandes y en Francia. El territorio de Flandes, que corresponde a la
actual Holanda y norte de Bélgica, pertenecía a la corona española, que
para conservarlo consumió en guerras buena parte de sus recursos
militares y económicos. Las fronteras religiosas todavía perduran en la
actualidad casi sin cambios. En el este de Europa también existieron
numerosos conflictos religiosos.
En
la actualidad hay un conflicto abierto entre protestantes y católicos en
el Ulster, donde la religión juega un papel claro en la identidad
nacional.
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