Edición de 1555 de las profecías de Nostradamus.
En la
aparición de las diversas corrientes reformistas, tuvieron un peso
considerable los motivos sociopolíticos. La época moderna estuvo marcada
por la intolerancia religiosa y los conflictos, tras los que se
escondían muchas veces intereses políticos y económicos.
Sin
embargo, la iglesia católica arrastraba desde la Edad Media un número de
problemas crecientes que exigían cambios considerables. Las
instituciones eclesiásticas se habían convertido en un aparato de poder
que dirigía las vidas de los ciudadanos desde la política, la economía y
el control ideológico.
En
el monopolio de las ideas impulsado por la iglesia no tuvieron cabida
las nuevas ideas impulsadas por el pensamiento racionalista que se fue
difundiendo a lo largo de la Edad Moderna, ya que vieron en él una
amenaza a su situación de privilegio porque proponía nuevas formas de
entender el mundo y la religión.
De
este modo, mientras los científicos fueron perseguidos por defender
investigaciones racionalistas que contradecían los dogmas de las
diferentes iglesias, otros estudiosos se decantaron por el estudio de lo
irracional.
Un
ejemplo notable y muy conocido lo ofrece Nostradamus, un doctor en
medicina que elaboró una serie de profecías, basadas en sus visiones y
supuestos estudios, a las que llamó Centurias. Fue muy famoso en vida y
muchos vieron en él a un nuevo profeta capaz de leer en el libro cerrado
del futuro.
Lo
notable es que todavía en la actualidad hay personas que creen en la
veracidad de estas predicciones e intentan adaptar los escritos de
Nostradamus a hechos que ocurren en la actualidad.
En
ocasiones la iglesia trató de mantener una situación de oscurantismo que
reforzaba su capacidad de influencia sobre el pueblo. Es significativa
la arraigada y no menos ilógica creencia en la existencia de brujas. En
toda la cristiandad occidental, ya fuese católica o protestante, existió
un fuerte miedo hacia las llamadas brujas y sus supuestos pactos con el
demonio. Fue así como durante los siglos XVI, XVII y XVIII se
generalizaron las «cazas de brujas», y muchas mujeres, y en menor medida
hombres, fueron llevados a la hoguera bajo la acusación de haber
practicado la brujería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.