


Patriarca de Moscú.
El
obispo ostenta el cargo superior de una diócesis, lo que quiere decir
que bajo su dirección y supervisión están las iglesias de una zona
geográfica concreta, a él se le deben dar cuentas de lo ocurrido en
ellas, al igual que él marca las directrices de la educación espiritual
de los fieles en cada una de esas iglesias.
La
figura del obispo se caracteriza, tanto para católicos como para
ortodoxos, por tener poderes ministeriales, es decir, poderes que le
autorizan para el gobierno y que adquiere a través de la consagración
episcopal. Los poderes ministeriales le diferencian de los sacerdotes.
Este cargo también le concede privilegios administrativos.
En
las iglesias ortodoxas los obispos son elegidos por el organismo
competente de cada rito o bien a través de un sínodo, pero entre los
católicos son los papas los que eligen a los obispos. Esto se debe a que
los papas están por encima de cualquier otro cargo eclesiástico en la
iglesia católica, son sumos pontífices de Roma y, según la tradición,
sucesores de san Pedro en la administración de la iglesia católica y de
sus fieles. La representan, según la definición, como cabeza visible: el papa controla todo el territorio que abarcan las iglesias católicas en el mundo.
El término patriarca
designa una dignidad que poseen los máximos dirigentes de algunas sedes
mayores del ámbito cristiano, como la de Roma, Alejandría, Jerusalén y
Constantinopla. Este título les capacita, en esta clara jerarquía, para
supervisar a los obispos.
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