Pero
hay que hacer dos observaciones. La primera es que muchos
grupos cristianos se encuentran todavía de hecho en el
estadio religioso; por ejemplo, en cuanto a la necesidad de
espectáculo litúrgico, de devoción dulzona, de imágenes de
mal gusto, de novenas con peticiones rastreras. El interés de
ellos y el bien de la Iglesia y del mundo piden que salgan de
esta situación. Pero hay que considerar que no saben otra
cosa y que la angustia en que viven no les permite nada
diferente. Sería cruel, anticristiano y antidivino privarlos
de lo que tienen, ofenderlos y ofrecerles un pan que no pueden
masticar.
No hay que resignarse simplemente, sin embargo. Si el
niño tiene hambre, hay que darle leche; pero poco a poco el
maestro, consciente de su misión, tiene que plantar la
inquietud en el ánimo del alumno para estimularlo a obrar por
sí mismo. Por el momento, ha de alimentarlo con lo que puedan
triturar sus encías, pero al mismo tiempo ha de ir formando a
la Iglesia para el servicio de la humanidad. En el servicio
mismo, empezado quizá sin convicción, al sentirse cooperador
de Dios en la ayuda al más necesitado que él, puede
descubrir a un Dios que. no sea simplemente panacea. Uno que
merece ser amado por sí mismo, no como recurso, ni siquiera
como caudillo.
La
segunda observación atañe también al realismo. Aunque el
cristiano comprenda ser voluntad de Dios que el hombre crezca
y vaya arreglando sus problemas por sí mismo, sabe también
que para muchos de ellos las soluciones están todavía lejos.
Esto justifica la petición a Dios. De hecho, se le pide que
llene un hueco, porque el hueco es real, hay que llenarlo y no
hay nadie capaz. Es un aspecto de nuestra humildad. La
diferencia con la mentalidad religiosa consiste en que no se
recurre a Dios por dejadez ni por miedo a la responsabilidad,
sino por resultar imposible tomársela. Conociendo el designio
sobre el hombre y excluyendo todo espíritu mercenario,
confesamos cándidamente nuestra impotencia, reconociendo que,
en el caso concreto, él es nuestro único refugio; y él lo
sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Procura comentar con libertad y con respeto. Este blog es gratuito, no hacemos publicidad y está puesto totalmente a vuestra disposición. Pero pedimos todo el respeto del mundo a todo el mundo. Gracias.