jueves, 25 de diciembre de 2014

JESUS UN VERDADERO HOMBRE EN LIBERTAD...

JESUS, EL HOMBRE LIBRE...
Jesús vive en una compleja sociedad, dominada por el legalismo, convulsionada por tensiones ideológicas y que con graves problemas sociales está sometida a la dominación extranjera. La figura de Jesús aparece como la de un hombre libre que no se deja influenciar por la sociedad en que vive.
Libertad frente a las interpretaciones "farisaicas" y las normas "preestablecidas"...
Hace caso omiso de las prescripciones de la ley religiosa, curando en sábado (Mc 1,29-31), defendiendo la libertad de sus discípulos frente a la interpretación farisaica de la Ley (Mc 2,23-26) y afirmando su superioridad sobre la Ley misma. No respeta las normas sobre lo puro y lo impuro, ni en cuestión de alimentos (Mc 7, 1-23), ni en el caso de personas, consideradas impuras por la Ley y les mantenía socialmente marginados (1). No cumple las abluciones rituales purificatorias y ante la crítica de su omisión, arremete contra la hipocresía que se ocultaba en las observancias (Lc 11,37-44).
Se relaciona con toda clase de personas...
Se relaciona con recaudadores y descreídos, con gran escándalo de los "observantes", los invita a seguirlo y los admite en su comunidad (Mc 2,14-17). Las mujeres, otra categoría marginada, lo acompañan y ayudan económicamente a los discípulos (Lc 8,1-3). Permite que una pecadora arrepentida le perfume y bese los pies, con el consiguiente escándalo (Lc 7,36-39). Anula el fundamento teológico del comportamiento de los letrados y fariseos por su actitud con los descreídos, pues afirma que esa es la actitud de Dios con ellos (Lc 15,3-32). Acepta a los paganos, que, a los ojos de los judíos, eran impuros; Jesús les considera más aptos para la sociedad nueva que los mismos israelitas (2).
Denuncia la hipocresía de los poderosos...
Jesús es valiente para encararse con los dirigentes políticos y religiosos (senadores y sumos sacerdotes), así como los dirigentes espirituales (letrados y fariseos). Denuncia su conducta e hipocresía, dice al pueblo que no son más que unos hipócritas, porque su verdadera motivación no es honrar a Dios, sino buscar una fama de santidad que les dé poder sobre el pueblo (3) en su propia cara los llama "ladrones " e "inmorales" (4). Previene al pueblo contra su doctrina, porque no enseñan lo que Dios ha dicho, sino lo que ellos han inventado (5); pone al descubierto su indiferencia por el bien del hombre, mientras ellos se entretienen con nimiedades religiosas y ridiculiza su afán de sobresalir y la solemnidad de su atuendo, rechazando sus títulos y denunciando la explotación que, so pretexto de piedad, hacen de los más débiles (6).
Al pan, pan y al vino, vino...

A los sumos sacerdotes les llama "bandidos" (Mt 21,13) y denuncia a los poderosos que por su infidelidad conducen a la nación a la ruina (Mc 12,9). A los dirigentes saduceos les dice que están más lejos de Dios que las prostitutas y recaudadores (Mt 21,28-32) y a los responsables del templo los acusa de desconocer la Escritura y la fuerza de Dios y de ser totalmente materialistas (Mc 12,18-27). No se deja amedrentar por la autoridad civil romana, advierte a Pilato de la responsabilidad que conllevan sus decisiones como juez (Jn 19,9-11). Muestra su libertad respecto al tetrarca Herodes, llamándole un "don nadie" y negándole el derecho a disponer de su vida (Lc 13,31s); ante el tribunal de Herodes ni despegará los labios (Lc 23,6-9)
De nada sirve el simple cumplimiento...
Corrige Jesús la Ley de Moisés y propone una fidelidad a Dios que no se basa en el simple cumplimiento, sino en el amor que procura el bien del hombre (Mt 5,21-48), llegando incluso a señalar que el mismo Moisés había traicionado el designio divino (Mc 10,3-9)
Saltar cualquier obstáculo...
Pero aunque la familia es un pilar fundamental de la sociedad, Jesús no la considera como valor absoluto; se debe romper con ella cuando se convierte en obstáculo para el desarrollo del hombre o para la creación de una sociedad alternativa (Lc 14,26). El mensaje de Jesús puede crear una división que rompa los vínculos de sangre (7).
Todo queda relativizado ante el "Reino de Dios"...
Al dar Jesús un valor absoluto al "Reino", todo lo demás queda relativizado, por eso Jesús es un hombre verdaderamente libre.
- Libre frente al dinero (Mt 6,25-33).
- Libre frente a la ambición de poder y de honores (Jn 6,15).
- Libre frente a los poderosos (Lc 13, 31-32)
- Libre frente a los lazos exclusivistas de la familia (Mc 33-35).
- Libre frente a los grupos políticos o religiosos (Mc 33-35).
- Libre frente a la ley (8).
- Libre frente a los ritos religiosos (8).
Pues la libertad de Cristo es la del hombre que nada tiene que perder, como decía S. Juan Crisóstomo en la "Homilía II sobre Priscila y Aquila: "No hay nada que dé tanta libertad de palabra, nada que tanto ánimo infunda en los peligros, nada que haga a los hombres tan fuertes como el no poseer nada, el no llevar nada pegado a sí mismo. De suerte que quien quiera tener gran fuerza, abrace la pobreza, desprecie la vida presente, piense que la muerte no es nada. Ese podrá hacer más bien a la Iglesia que todos los opulentos y poderosos; más que los mismos que imperan sobre todo".
 
Notas:
(1) Mc 1,39-45; 5,25-34
(2) Mt 8,10-12; 22,1-10; Lc 13,28s; 14,15-24; Mc 12,1-12
(3) Mt 6,1; 6,5; 6,16
(4) Mt 23,25; Lc11,39; Jn 10,1ss
(5) Mt 15,3-9; 23,16-22
(6) Mt 23,23s y Mt 23,5-10; Mc 12,38-40
(7) Mc 13,12; Lc 9,59-62; 12,49-53; Mt 8,21s
(8) Mt 23,13-32; Mt 22,34

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