DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE
JUSTICIA PORQUE ESOS VAN A SER SACIADOS
(Juan J. Mateos)
La última de este grupo de tres bienaventuranzas resume a las
otras dos. Y la metáfora es fortísima: "hambre y sed".
Quiere decir que, sin justicia, el hombre no puede vivir. La vida en la
injusticia es de muertos en vida. Lo mismo que el que no tiene que comer
y no tiene que beber se muere, el que no tiene justicia es un muerto en
vida. Esa es una vida que no es digna de vivirse. Y esta situación de
injusticia resume las dos anteriores, y otros muchos aspectos de la
injusticia que se pueden presentar en el mundo. Y "justicia"
es aquí, naturalmente, la justicia entre el hombre y hombre. Justicia
supone igualdad, supone dignidad, ser tratado como persona, supone
libertad, autonomía, derecho a decidir por uno mismo, en fin, todo lo
que constituye una persona humana.
Pues todo eso, todo el deseo de justicia, el deseo
ardiente, vehemente, necesario, irreprimible, que siente la humanidad,
queda satisfecho en esta nueva utopía, esta nueva sociedad que debe
empezar ahora. Esto es lo importante: que debe empezar i hoy. Esto está
muy claro, pero ahora necesitamos la cabeza para decir: "Y ¿cómo
se empieza esto ahora?, en una sociedad tan diferente de la de Jesús".
El no lo aplica a su sociedad, como vemos, sino que pone una visión
general, universal, que sirve para toda época. Pero ahora, ¿cómo
podemos nosotros empezar algo así`?; algo que responda plenísimamente
a la situación de la sociedad en que vivimos. Ahí es donde hay que ir.
¿Cómo se puede organizar esa comunidad?. ¿Cómo podemos entender esa
renuncia al dinero en esta sociedad de hoy, en la concreta en que
vivimos nosotros?. ¿Cómo podemos entender esa solidaridad de unos con
otros?. ¿,Cuales son los canales?. Esto hay que pensarlo, porque de las
mismas bienaventuranzas no se pueden sacar unas normas claras, ya que
las circunstancias varían. Suponiendo el Espíritu, que es el deseo de
hacerlo, el deseo de entrega, vamos a ver, con el talento que Dios nos
ha dado, cómo lo llevamos a la práctica. Y luego, ya formada la
comunidad, cómo esa comunidad puede incidir de alguna manera para que
sea real esta liberación de la injusticia que el Señor propone, y que
el Señor dice que tiene que ser efecto de esta comunidad, cuáles son
los aspectos de esta injusticia que nos tocan o que podemos remediar, o
dónde podemos incidir de alguna manera. Esto hay que pensarlo. Y hay
que pensarlo dialogando, y hay que pensarlo imaginando, proponiendo, y
hay que pensarlo experimentando. Y, si una cosa no resulta, probaremos
de otra manera. Y esto no es una ley, sino un espíritu. Si tomamos esto
como una ley, nos destrozamos, pues entonces decimos: "ninguno de
los que estamos aquí somos cristianos, porque ninguno hemos hecho una
opción de esta categoría. Si tomamos las cosas como una ley, no se
entiende nada del asunto. Es un espíritu enormemente lanzado y
exigente, es nuestro espíritu, que Jesús nos ha dado, que nos lanza y
nos empuja, pero ahora viene la cabeza: ¿cómo podemos hacerlo?. Una
cosa concreta, una cosa práctica, porque el Señor es enormemente práctico,
una cosa desde hoy. Y, si no podemos hoy, ¿cómo podemos ir creciendo
en el sentido de aborrecer esta injusticia enorme que hay en el mundo?
Porque la hay en infinitos niveles, no sólo en el sentido de que la
gente coma o no coma, sino en otras infinitas cosas. Esta injusticia que tenemos en
nuestro ambiente y que existe en el mundo en magnitudes horrorosas. ¿Cómo
podemos nosotros hacer algo concreto?. Pensar, discutir, reunir se,
dialogar, aprender, ver iniciativas... Porque, desde luego, estas
bienaventuranzas no las podemos echar en saco roto. No se puede.
Entonces, si pasamos de ellas, es cuando ya renunciamos a ser
cristianos. Pero ¿cómo vamos a ponerlo en práctica?.
Ya vimos lo que hacen estas
comunidades de Murcia (ver "preguntas"). Esta es una manera,
pero tampoco es el modelo, pues habrá otras mil. Supongamos una, por
ejemplo: somos un grupo de gente normal, que no pasa necesidad, ¿por qué
no abrimos una cuenta comente y todos los meses cada uno mete ahí lo
que puede o lo que tenga gana? Una vez serán 500 y otra serán 5.000,
y, si a uno le toca la lotería, puede que sean 50.000. Y luego, ese
dinero, al cabo de un tiempo, si no podemos organizar nada, aunque sea
lo damos a Cáritas o a "Manos Unidas". Esto, para empezar a
ser un poco solidarios. Esto es elemental, por supuesto, y tampoco
arregla nada, pero por lo menos manifiesta una solidaridad. Esto es casi
nada, pero por algún lado hay que empezar.
Las otras tres bienaventuranzas son las que expresan una situación
positiva. Se refieren a la comunidad en su vida interior, su disposición
interior. Las tres anteriores, las de las situaciones negativas, son el
efecto que va a producir la existencia de la comunidad a plazo más o
menos largo, y en una extensión más o menos grande, según los grupos
cristianos que haya. Pero ahora, ¿cuáles son las disposiciones que
tiene la comunidad para efectuar esa obra?.
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