domingo, 26 de mayo de 2013

AUTO DE FE.

File:Francisco Ricci - Auto de Fe (1683).jpeg Auto de Fe, de Francisco Ricci (1683). Museo del Prado.

Los autos de fe fueron una manifestación pública de la Inquisición. Si la sentencia de la Inquisición era condenatoria, implicaba que el condenado debía participar en la ceremonia así llamada, que solemnizaba su retorno al seno de la Iglesia (en la mayor parte de los casos [cita requerida]), o su castigo como hereje impenitente. Los autos de fe podían ser privados ("auto particular") o públicos ("auto público" o "auto general").
Los autos solían realizarse en un espacio público de grandes dimensiones (en la plaza mayor de la ciudad, frecuentemente), generalmente en días festivos. Los rituales relacionados con el auto empezaban ya la noche anterior (la llamada "procesión de la Cruz Verde") y duraban a veces el día entero.
Dos de los actos de fe más célebres por su solemnidad fueron celebrados en la Plaza Mayor de Valladolid los días 21 de mayo y 8 de octubre de 1559. En el primero de los dos fueron quemadas catorce personas y los huesos y estatua de otra más, y se reconciliaron dieciséis con penitencia. En el segundo, se quemaron trece personas y los huesos de otra, y hubo también otros dieciséis penitenciados. Seguramente estos dos actos históricos inspiraron a Miguel Delibes el descrito en su novela El hereje. Otra referencia literaria la encontramos en la novela Auto de fe del autor búlgaro-austriaco-inglés, Elias Canetti, escrita en 1935, prohibida por los nazis y desconocida hasta los años 60 del siglo XX.
El auto de fe fue frecuentemente llevado al lienzo por pintores: uno de los ejemplos más conocidos es el cuadro de Francisco Ricci conservado en el Museo del Prado y que representa el celebrado en la Plaza Mayor de Madrid el 30 de junio de 1680 (ver imagen).
El último auto de fe público tuvo lugar en el año 1826. En el último auto de fe realizado en España, el maestro de Ruzafa Cayetano Ripoll fue condenado a ser ejecutado en la horca y quemado después, en Valencia por hereje. Pero como ya en aquellos tiempos no se consentía tan horrible espectáculo, la sentencia dispuso que no fuese quemado de forma real, sino que las llamas se pintaran en un cubo, dentro del cual estaría el cadáver, el cual sería arrojado al río.[cita requerida]

Índice

Procesión y signos externos

Al igual que en una representación teatral, los personajes que participaban en el auto de fe, vestían de acuerdo con su cometido y categoría. El cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar de la representación tenía también sus normas en cuanto al orden y distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del Santo Oficio de donde salía formada toda la procesión. En algunos lugares llamaban a este desfile la procesión de la Cruz Verde por ser esta cruz el símbolo de la Inquisición. La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie, caminaban los reos reconciliados portando cirios encendidos en señal de penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte. Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados. En la cabeza soportaban la coroza o capirote, una especie de cucurucho también pintado con símbolos infernales, generalmente hecho de cartón, que resultaba grotesco y humillante. Tras ellos iban los llamados familiares de la Inquisición que en algunos escritos figuran como ¨los ojos¨ y cerraban el cortejo, primero los lanceros a caballo (u otra delegación militar) y después los representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad.

Clases de autos de fe

Se distinguen los siguientes tipos de autos de fe:
  • Auto general de fe: es el que se celebraba con gran número de reos de todas clases de quemados vivos por impenitentes, quemados muertos después de agarrotados por herejes relapsos aunque arrepentidos, quemados en estatua con huesos cuando se han desenterrado los del difunto impenitente, quemados en estatua sin huesos, de ausentes fugitivos, reconciliados herejes, confitentes arrepentidos y penitenciados y criminales, sospechosos de haber incurrido en herejía que abjuraban y se les absolvía ad cautelam.
  • Auto particular de fe: es el que se celebraba con algunos reos sin aparato ni solemnidad del auto general por lo que no concurrían todas las autoridades y corporaciones respetables sino solo el Santo-Oficio y el juez real ordinario en caso de haber algún relajado.
  • Auto singular de fe: es el que se celebraba con un solo reo sea en el templo sea en la plaza pública según las circunstancias.
  • Autillo: es el auto singular de fe que se celebraba dentro de las salas del tribunal de la Inquisición y puede ser a puertas abiertas para que concurrieran los que quisieran y quepan en la sala o a puertas cerradas no entrando sino las personas autorizadas para ello. En este segundo caso era a veces con número fijo de personas de fuera del Tribunal y las designaba el inquisidor decano o con ministros del secreto y entonces solo asistían los secretarios.1

Véase también

Referencias

  • Henry Kamen, The Spanish Inquisition: A Historical Revision. (Yale University Press, 1999). ISBN 0-300-07880-3
  • Henry Charles Lea, A History of the Inquisition of Spain (4 volumes), (New York and London, 1906-1907)
  • Simon Whitechapel, Flesh Inferno: Atrocities of Torquemada and the Spanish Inquisition (Creation Books, 2003). ISBN 1-84068-105-5
  1. Historia crítica de la inquisición de España, 1, Juan Antonio Llorente, 1835

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