viernes, 31 de mayo de 2013

LA SITUACIÓN DEL TÍBET.

 El monasterio de Lamayuru, uno de los más antiguos del Tíbet.
 El monasterio de Lamayuru, uno de los más antiguos del Tíbet.

En la actualidad el Tíbet atraviesa una situación, prolongada ya durante más de medio siglo, que ha cambiado las tradiciones y costumbres del budismo tibetano, pero que también ha facilitado, a través del exilio de muchos habitantes de la zona, la expansión por el mundo de sus costumbres.
En 1951 Mao Tse Tung, el jefe supremo de China en aquel entonces, impuso un «Acuerdo de Liberación Pacífica del Tíbet» que otorgaba a China la defensa y la política exterior del territorio, mientras que la política interior quedaba bajo el control del Dalai Lama. Las tropas chinas entraron en Lhasa el 9 de septiembre de 1951. El 10 de marzo de 1959 hubo una gigantesca manifestación pacífica en las calles de Lhasa en la que se pedía la independencia del Tíbet, pero fue brutalmente aplastada por los chinos y se estima que murieron 87.000 tibetanos. El Dalai Lama marchó al exilio con cerca de 100.000 tibetanos. Se establecieron en Dharamsala, en el norte de la India, donde fijaron un gobierno en el exilio. En 1965 Tíbet fue convertido en una región de la República Popular China y durante la Revolución Cultural la guardia roja maoísta intensificó la persecución religiosa y se destruyeron miles de monasterios y monumentos budistas.
El Dalai Lama trató de abrir las puertas del diálogo con los chinos y en 1987-1988 propuso el Plan de Paz de Cinco Puntos para estabilizar la situación política del país, pero no fue atendido por los chinos. En 1989 el Dalai Lama recibió el Premio Nobel de la Paz, lo que fue criticado por el gobierno chino. En agosto de 1993 se mantuvieron conversaciones entre representantes del Dalai Lama y el gobierno chino, aunque no consiguieron cambios sustanciales en la política china. Desde entonces se celebran reuniones esporádicas sin grandes avances. El Dalai Lama se ha comprometido, en el caso de que volviera al Tíbet, a renunciar a su cargo político de jefe supremo del Tíbet y ha propuesto convocar elecciones, pero, dada la política china del último medio siglo de instalar en el Tíbet a población china, parece que la mayoría de la población con derecho a voto serían no tibetanos. En cualquier caso, se trata de un complejo problema en el que la geoestrategia tiene mucha importancia y que muestra los problemas que se plantean en ocasiones entre política y religión.

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