Hacia finales del s.XII la herejía del bogomilismo nacida en Macedonia se había extendido a los países balcánicos. Bosnia, región remota donde no habían penetrado eficazmente ni los católicos romanos por el Este, ni los ortodoxos bizantinos por el Sudeste, recibió las prédicas de los bogomilos y se estableció una iglesia nacional de dicho signo.
El bogomilismo bosnio fue una fase terminal, matizado el dualismo y la negación del mundo ante la necesidad de crear estructuras estables para preservar y transmitir la doctrina. Libres de las persecuciones que sufrían en otras partes, los bogomilos bosnios fundaron monasterios y desarrollaron su jerarquía eclesiástica propia. Un factor significativo fue la protección de la nobleza bosnia, con el propósito de reducir la influencia católicorromana en el país, que amenazaba invasiones de potencias vecinas. Algunos monasterios bogomilos llegaron a ser centros comerciales pasablemente prósperos.
Las cruzadas anti-bogomilos de 1235 no tuvo éxito. A comienzos del s. XIV hubo un cambio de táctica; mediante incursiones desde Dubrovnik se raptaba a los bosnios y dicha ciudad se convirtió en un mercado de esclavos, adonde acudían los católicos ricos de los lugares más alejados, incluso de Francia, para comprar lo que les apateciese. Los cronistas de la época dicen que las mujeres jóvenes y los niños eran especialmente apreciados. Como estos esclavos eran herejes, la Iglesia no tenía nada que objetar contra tal práctica.
A finales del s.XIV la Iglesia bosnia desapareció bajo la invasión musulmana. Pero los bogomilos dejaron un testimonio de su Iglesia antaño floreciente: decenas de miles de lápidas que llevan esculpidos misteriosos símbolos y figuras, sobre cuyo significado los eruditos discuten todavía.
El bogomilismo bosnio fue una fase terminal, matizado el dualismo y la negación del mundo ante la necesidad de crear estructuras estables para preservar y transmitir la doctrina. Libres de las persecuciones que sufrían en otras partes, los bogomilos bosnios fundaron monasterios y desarrollaron su jerarquía eclesiástica propia. Un factor significativo fue la protección de la nobleza bosnia, con el propósito de reducir la influencia católicorromana en el país, que amenazaba invasiones de potencias vecinas. Algunos monasterios bogomilos llegaron a ser centros comerciales pasablemente prósperos.
Las cruzadas anti-bogomilos de 1235 no tuvo éxito. A comienzos del s. XIV hubo un cambio de táctica; mediante incursiones desde Dubrovnik se raptaba a los bosnios y dicha ciudad se convirtió en un mercado de esclavos, adonde acudían los católicos ricos de los lugares más alejados, incluso de Francia, para comprar lo que les apateciese. Los cronistas de la época dicen que las mujeres jóvenes y los niños eran especialmente apreciados. Como estos esclavos eran herejes, la Iglesia no tenía nada que objetar contra tal práctica.
A finales del s.XIV la Iglesia bosnia desapareció bajo la invasión musulmana. Pero los bogomilos dejaron un testimonio de su Iglesia antaño floreciente: decenas de miles de lápidas que llevan esculpidos misteriosos símbolos y figuras, sobre cuyo significado los eruditos discuten todavía.
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