sábado, 25 de mayo de 2013

ILUMINACIÓN.

Iluminación, en sentido amplio, significa adquisición de nueva sabiduría o entendimiento, acompañado de una sensación de plenitud.
Conviene diferenciar, sin embargo, los dos conceptos distintos que cubre esta acepción:
  • la iluminación intelectual (en alemán, Aufklärung). En este sentido, es esclarecimiento interior, experimental o racional, pero no místico. Es poner en claro, llegar al fondo y dilucidar un asunto o una doctrina. Se debe reconocer la diferencia entre iluminación y aprendizaje (que también es la adquisición de nuevo conocimiento)
  • la iluminación espiritual (en alemán, Erleuchtung), que —en sentido religioso— es la experiencia de lo divino, sentir la presencia de Dios. Esta experiencia se manifiesta en paz, amor, felicidad o sentido de unidad con el universo. Es un esclarecimiento interior, que puede ser místico o no.

Índice

En la tradición filosófica occidental

En la tradición filosófica occidental, la iluminación se ve como una fase en la historia cultural marcada por una fe en la razón, generalmente acompañada por el rechazo a la fe manifestada en la religión institucional. Esto se dio en el siglo XVII en Europa y se conoció como Era de la Razón o Ilustración.

En las religiones orientales

El concepto también aparece en las religiones abrahámicas, como en la tradición de la cábala en el judaísmo, mismo que se adquiere al meditar sobre las características del árbol de la vida, en el misticismo cristiano, y en la tradición sufi del islam.

Iluminación espiritual o religiosa

El hinduismo sostiene que la iluminación se logra mediante:
  • ejercicios de respiración (pranayama),
  • meditación en alguna forma de Dios,
  • meditación en los chakras (círculos de energía espiritual),
  • repetición de mantras,
  • obediencia a un gurú (maestro espiritual),
  • mantener posiciones de yoga o
Según las líneas monásticas es necesario abandonar (sanniasa) todo apego a lo material (incluida la familia).[cita requerida]

Otros nombres

Budismo

Un buda, o alguien totalmente iluminado, es considerado como un ser sensible que ha desarrollado todas las cualidades positivas, y ha erradicado todas las negativas. Según la tradición theravāda, la iluminación total de un buda no es posible para la mayoría, en contraste con las tradiciones del majāiāna, que afirman que todo ser humano tiene el potencial por lograr la total iluminación y la budeidad. Para más información, refiérase a budismo.

Hinduismo

La iluminación en el hinduismo se considera como la unión de la persona con todo el universo. Es decir, el sujeto que experimenta la iluminación se percibe a sí mismo como una parte integrante, y no separado del resto de la existencia, ya que para el hinduismo místico, todo es uno, no existe la dualidad, ni siquiera entre Dios y los hombres. Iluminación es darse cuenta de que estamos unidos a la divinidad, y por lo tanto, a toda su creación. Véase hinduismo.

Simbolismo de la luz

La lámpara simboliza la disipación de las tinieblas con su luz, porque desde hace miles de años, la luz y su contrapartida, la oscuridad, han sido manejadas por las religiones como un elemento de caracter mítico-arquetípico.
Estas religiones fueron originalmente orientales; el fín último del budismo es alcanzar la iluminación o satori1 y la oscuridad se equipara a ignorancia2 o, en terminología budista, avidya, que es un error de base en la percepción del mundo. De hecho, la ignorancia (u oscuridad) constituye la esencia de la Segunda Noble Verdad del budismo.3 La oscuridad está personificada por Mara, el diablo.
Buda se crio en el seno del hinduismo, religión que al igual que el budismo, persigue la iluminación como fín último de sus practicantes.4
Otras religiones orientales, como el yainismo, persiguen asimismo la iluminación de sus fieles.5
A partir del siglo I d. C., a través de los Padres de la Iglesia, la luz se transforma en un elemento metafísico relacionado con la verdad infundida por Dios.
Las antorchas, velas, candelabros, lámparas están integradas en las ceremonias religiosas. En Grecia ardía constantemente una lámpara de oro en el Erecteón de la Acrópolis. En Argos se enterraban bajo tierra lámparas encendidas para que alumbrara el camino de Perséfone por los infiernos.
En las iglesias de muchas religiones comienza la ceremonia encendiendo las velas y lámparas.
En el bautísmo católico los padres llevan una vela que alumbra el camino hacia la luz. El día de difuntos, en muchas regiones, se tiene la costumbre de encender velas y lámparas de aceite. En los funerales se ponen cuatro velas (o lamparas actualmente) alrededor del ataud y se encienden velas a las imágenes religiosas (y en sudamérica a las animitas) como una forma de solicitar sus favores.
Así mismo, la lámpara es el Símbolo del desarrollo de la civilización y la cultura humana a lo largo de los siglos.
Algo interesante es que los caricaturistas muestren el surgimiento de una idea en un personaje colocando en el globo de los pensamientos una bombilla encendida.

Notas

  1. Daisetz Teitaro SUZUKI: Ensayos sobre budismo zen (tercera serie). Buenos Aires: Kier, 1995, ISBN 950-17-1013-0, 9789501710137, pag. 195.
  2. Daisetz Teitaro SUZUKI: Ensayos sobre budismo zen. Buenos Aires: Kier, 2004, ISBN 950-17-1011-4, 9789501710113, pág. 169.
  3. Elias CAPRILES: Budismo y dzogchen. La doctrina del Buda y el vehículo supremo del budismo tibetano. La Llave, 2000. pág. 49.
  4. W. Braswell, Jr., George. Guia Holman de religiones del mundo. B&H Publishing Group, 2005, ISBN 0-8054-3276-0, 9780805432763, 224 páginas, Pag. 42.
  5. Marc GELLMAN y Thomas Hartman: Religión. Norma, 2003, ISBN 958-04-7426-5, 9789580474265, pág. 348.

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